Los salva-vidas
Cristian Zamorano , Cientista político
Hace justo un año, asistíamos a una ola de indignación que se apoderó de Colombia y Perú después la conmoción provocada por un video viral. Si días atrás, en Antofagasta, la victima se llamaba Byron Castillo; que en paz descanse; hace un año, esta se llamaba Silvino Cántaros, un joven peruano de 19 años quien había sido lanzado desde un puente, en Colombia, por personas que se sospechaban ser venezolanos. Ese drama, grabado, dará lugar a movilizaciones en Lima.
El último 28 de enero, en el diario peruano "El Regional Piura", el doctor Edhín Campos, en una de sus columnas, escribía:
"… al parecer producto de la migración venezolana (…) han venido integrantes de presuntas bandas y organizaciones criminales como " El Tren de Aragua " y " Los Gatilleros de la Guaira ". La mayor cantidad de hechos punibles, se perpetran en una moto lineal o mototaxi y normalmente se ha podido advertir que los facinerosos actúan en pareja, a mano armada.(…) otra nueva modalidad delictiva, es cuando los delincuentes cometen delitos contra el patrimonio en manada, es decir un grupo de hampones en la calle que roban todo lo que encuentren a su paso (…) También vemos como se realiza todo un trabajo de reglaje en aeropuertos, en lugares exclusivos, vigilancia y seguimiento a turistas y empresarios, con la finalidad de sustraer joyas y relojes de marca(…) También, se han incrementado otras modalidades de hechos punibles, como homicidio calificado, extorsión y sicariato".
Los políticos a cargo, en la región, y los que hacen parte del oficialismo, han reaccionado muy poco a los últimos acontecimientos. Se puede esencialmente destacar el desempeño del gobernador regional, Ricardo Díaz, quien parece ser más "delegado presidencial" que el mismo" delegado presidencial". La política no siempre consiste en quedarse apegado a la letra de las potestades otorgadas por el cargo ocupado. También, a veces, la política se trata de hacer lo máximo posible. Como también existe el leitmotiv "gobernar es prever". No hacerlo, no es gobernar; es simplemente correr a su ruina.
Indiscutiblemente, la llegada masiva de venezolanos ha creado problemas de seguridad. Una respuesta drástica a aquello planteará, sea como sea, un problema de orden humanitario, que debe ser anticipado. Hoy, por ejemplo, los que no entran al territorio nacional, se encuentran en un limbo administrativo y circunstancial ya que los países vecinos tampoco quieren, lógicamente, acogerlos. En el mejor de los casos, cerrar la frontera es solo una parte de la solución, un episodio, un escalón.
Tomando en consideración lo que está sucediendo en Perú, cuando se está visualizando la importación de "nuevas metodologías" para delinquir; lo que estaría confirmándose con lo que está sucediendo en Iquique y Alto Hospicio; obligatoriamente, los políticos deben mirar hacia adelante y anticipar, trabajar en coordinación con la sociedad civil pero no esperar que esta le indique, a la fuerza, cuáles son las prioridades en su agenda. Para evitar aquello, se necesita lucidez, información, coordinación y mucho trabajo. Y también tener una cierta fibra que permita percibir el sentir popular. No se trata de ser populista, se trata de ser un buen gobernante. Él que más que prometer y figurar, cumple. Y, accesoriamente, salva vidas.