El eterno problema con las basuras
La proliferación de microbasurales en zonas urbanas y periferia es una característica en las comunas de la Región y denotan poco apego a los lugares que habitan. Nuestra sociedad tiene que avanzar en ese afán de ser empáticos, de respetar y de cuidar sus ciudades. Evolucionar como personas y sentir que esas incivilidades perjudican a todos.
Los basurales clandestinos, vertederos ilegales, microbasurales o como se les quiera llamar abundan en nuestras comunas y no sólo es falta de atención de las autoridades también existe una gran responsabilidad de una parte de la población que poco le importa contaminar y respetar la limpieza en el lugar que decidió vivir.
No es extraño ver como la basura se apodera de espacios en sectores urbanos y en zonas circundantes y en todos ellos hay testimonios gráficos que dejan al descubierto la triste realidad.
En Antofagasta en el ingreso por Salvador Allende, hay quebradas cubiertas principalmente de escombros de construcción. Al verlos en fotografías parece estar observando un río de basura.
Qué hablar del sector del exvertedero. Se cierra, se insiste en que no vayan a botar basura, pero el problema persiste y a ello se suman las quemas que convierten la vida de los vecinos en una verdadera pesadilla.
Y en el centro-alto, en las inmediaciones de la línea férrea, también proliferan espacios llenos de basura domiciliaria que llega desde allí y también de otros sectores.
En Calama, la periferia poniente por años ha tenido un cordón de basura y pese a los esfuerzos y a la existencia de un relleno sanitario y un Rescon, no logra ser erradicado porque sigue recibiendo desechos de todo tipo.
En San Pedro de Atacama, operativos de voluntarios ponen de relieve que hay sectores con paisajes hermosos que son contaminados principalmente con botellas de plástico y otros elementos propios de fiestas al aire libre. Y así la lista es larga y no se para de contar.
Constatar esta realidad es doloroso y llama a la reflexión, la que muchas veces encuentra respuesta en la despreocupación de las autoridades para atacar ese problema sanitario. Fiscalizar y aplicar fuertes multas a los infractores. Pero también hay un porcentaje de vecinos que tiene poca conciencia social y que deja sus desechos en cualquier lugar.
Nuestra sociedad tiene que avanzar en ese afán de ser empáticos, de respetar y de cuidar sus ciudades. Evolucionar como personas y sentir que esas incivilidades perjudican a todos.
Si hay causas que no debieran unir, una de ellas sería terminar con la contaminación por basura.