Requisitos básicos
Cuando en estos días se leen declaraciones de parlamentarios, que estaban absolutamente vigentes cuando se aprobó la Ley 21.200 (que modificaba el capítulo XV de la Constitución Política de la República) el 24 de diciembre del 2019, que permitió la creación de la Convención Constitucional y la elección de los constituyentes, para redactar, nada más y nada menos que la nueva Constitución para los chilenos, criticando, o digamos mejor, no muy de acuerdo, por el camino que ha ido recorriendo la labor de la Convención Constituyente y en particular con los temas propuestos, bien vale preguntarse...
¿Es qué a ninguno de ellos, a algún senador, a algún diputado, ó alguno de los cientos y cientos de asesores que los apuntalaban en el Congreso, no les pareció poco adecuado, sin ninguna lógica, o al menos les hizo reflexionar más profundamente, para decirlo de una manera aceptada por la RAE, el hecho de que las personas que iban a ser los candidatos a constituyentes, o sea los redactores de la Nueva Constitución de Chile, no del reglamento de un "Club de amigos que creen que hay vida en la galaxia Andrómeda II", solo tenían que cumplir con requisitos tan básicos según el Artículo XIII de la Constitución?
Porque no había que ser experto, para darse cuenta de inmediato, que solo cumplir con esos básicos requisitos, no tenía ninguna relación, ó lógica posible, con la tremenda responsabilidad que tendrían que asumir, los que fueran elegidos, esto es, nada más y nada menos que redactar la Nueva Constitución, por lo que sus críticas de hoy, sus desacuerdos con lo que está resultando del trabajo de la CC, están fuera de lugar, simplemente son extemporáneos, porque fueron incapaces de prever, de lo que sucedería, o sea los diputados, los senadores y el batallón de asesores, se sacaron un 1 en la tarea, que les encomendaron el casi 80% de los chilenos.Luis Enrique Soler Milla
Integrar previsión y vivienda
Nuestro modelo previsional, de capitalización individual, puede ser una herramienta clave para la obtención de la primera vivienda, en la medida que se integren las políticas públicas respectivas, como subsidio habitacional, ahorro para la vivienda y financiamiento.
Hoy en día, la complejidad para la primera vivienda pasa por la capacidad de crédito de la persona y por el pie inicial, en donde ambos puntos tienen relación con la previsión.
Una opción interesante sería aumentar la tasa de cotización, de manera voluntaria, y que dicho aumento pueda ser destinado para el pie para la primera vivienda, y que sea complementado con igual monto desde el ahorro obligatorio. Esta modificación a su vez incentivaría el trabajo formal, lo que a su vez generaría capacidad de crédito hipotecario por la formalidad laboral en el tiempo. Si a lo anterior sumamos políticas de subsidios habitacionales interesantes, entonces logramos un círculo virtuoso entre previsión y vivienda.
Eduardo Jerez Sanhueza
Educación intercultural
Nuestro sistema educativo formal no presenta mayor esfuerzo en el desarrollo de competencias interculturales; como tener interés y voluntad en conocer al "otro", comunicarnos de forma asertiva con ese "otro" o poder llegar a consensos respetando nuestras diferencias. Es así como las competencias interculturales de quienes conforman el gobierno dependen de sus experiencias de vida; esperamos que éstas les hayan permitido tener una visión de mundo qué esté en condiciones de establecer vínculos "saludables" con aquellos países que son nuestros "otros", con los cuales no compartimos los mismos códigos, pero sí el mismo planeta. Cuando la Asamblea Constituyente propone establecer un Estado de carácter intercultural, no solo debe entenderse su importancia por los conflictos internos, sino que configura un proyecto país que reconoce el valor de la diversidad. Si se aprueba, la educación chilena deberá asumir la deficiencia que posee en esta área y deberá prepararse para enfrentarla a través de la implementación de una educación con énfasis intercultural. Esperemos que las futuras generaciones vivan en un mundo intercultural y no en uno donde los conflictos culturales puedan concluir o concluyan en guerras
Dra. Pilar Valenzuela Rettig Investigadora U. Autónoma Chile