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8 M y reforma en el pago de pensiones de alimentos

"Esta modificación amplía las posibilidades de retención de dinero en operaciones comerciales en que participe el deudor".
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H oy, 8 de marzo, recordamos con tristeza la quema de las obreras en la fábrica Cotton, de Nueva York, pero también tenemos mucho que conmemorar pues este hecho señaló el inicio de un largo camino en el logro de las reivindicaciones femeninas.

Uno de esos aspectos más básicos en estas pretensiones es lograr que haya una real y efectiva repartición en las cargas económicas que deben soportar los progenitores de niños y adolescentes, lo que en Chile es una negativa realidad al pesar principalmente sobre las madres, lo cual quedó en evidencia durante los periodos de retiro de los fondos de AFP puesto que eran cientos las mujeres que se agolparon fuera de los Tribunales de Familia, la justicia de las mujeres y los niños, esperando obtener la retención de los retiros a que tenían derecho los padres de sus hijos.

Por fortuna, este problema social tuvo una respuesta inmediata que implicó la dictación de la Ley 21.389, publicada en el Diario Oficial el 18 de noviembre del año recién pasado y que pretende endurecer y hacer más efectivas las medidas que se toman para obtener el pago de las pensiones de alimentos. Así, a las medidas ya existentes para el caso de no pago o retardo de pensiones, como es el arresto nocturno del deudor(a), retención del salario por parte del empleador, arraigo nacional, retención de la devolución anual del impuesto a la renta y suspensión de licencia de conducir, se agrega la creación de un registro nacional de deudores de pago de pensiones de alimentos, se introduce el concepto de "acuerdo de pago serio".

Esta modificación amplía las posibilidades de retención de dinero en operaciones comerciales en que participe el deudor, se establecen condiciones relativas al correcto cumplimiento las pensiones de alimentos para quienes ingresen a la administración pública y organismos del estado, incluidos cargos de representación popular; dispone la obligación de informar sobre el estatus de deudor en las actas de manifestación tanto en el matrimonio como en los acuerdos de unión civil y una cuestión adicional que definió esta ley es que en los casos en que se pretenda ejercer control económico sobre la mujer o los hijos provenientes de una relación en común, es considerado como violencia intrafamiliar.

Con su práctico contenido, esta Ley 21.389 aporta a una efectiva igualdad social permitiendo que se concrete una de las más antiguas aspiraciones de las mujeres: igual repartición de las obligaciones más importantes que porta la vida, la de los hijos.

Desafíos en el Día de la Mujer

Aspirar a una sociedad con paridad de género en todas sus áreas debiese ser el objetivo de nuestra sociedad. El Presidente electo Gabriel Boric ha sido claro que su gobierno será feminista e invita a la población a sumarse a este desafío que debemos enfrentar como sociedad.
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Cada 8 de marzo nos ponemos a tono para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, una efeméride que nos recuerda una tragedia y el sacrificio de decenas de trabajadoras que murieron en busca de un mejor trato laboral. Hoy, a más de un siglo de esa fecha, podemos ver como las mujeres han ido avanzando en su participación en la sociedad y son más valoradas en todos los ámbitos, no solo en su importante rol de madre.

Es efectivo que el avance ha sido lento y que aún existe mucho terreno por recorrer y ese debiera ser el desafío de las mujeres y de la sociedad en general.

Hay varios aspectos en los que nuestro país sigue al debe y por ello se deben impulsar con mayor énfasis para que concretar la igualdad a la que debemos aspirar. Tanto en oportunidades, equidad de género en los distintos ámbitos y en los cuidados parentales.

Cuesta evolucionar en algunos de ellos y por esta razón se han decretado leyes que sirvan para acelerar estos procesos. La paridad en política es la muestra de ello y el gran ejemplo es la composición de la Convención Constitucional, equipo de personas que se dedicarán la redacción de la nueva Carta Magna del país y que ha sido presidido por dos mujeres.

No obstante, hay pasos que cuestan más y son los que están relacionados al atavismo cultural. Muchos de ellos han sido abordados con mayor decisión y agresividad por los colectivos femeninos porque entienden que no pueden seguir estancados provocando desigualdad y en muchos casos maltratos.

El Presidente electo Gabriel Boric ha sido claro que su gobierno será feminista e invita a la población a sumarse a esa consigna. Y sus palabras se refrendan en la designación de su gabinete y asesores directos, marcados por la presencia de mujeres.

Entonces hay clara conciencia que el enfoque tiene que estar centrado en resolver las desigualdades que hoy existen contra las mujeres. Allanar los caminos que hoy están bloqueados y construir una sociedad en la que hombres y mujeres puedan desarrollarse en igualdad de condiciones en el trabajo, en el hogar y todos los aspectos de la formación personal.

Esos son los desafíos promovidos por nuestras autoridades que debiesen ser asimilados para beneficio del país. Está comprobado que los países logran un despegue en el desarrollo con la incorporación decidida de las mujeres en todos los quehaceres y a eso debemos aspirar.

Mujeres del norte: pioneras de la igualdad de género

"El espíritu de Eloísa, Teresa y Desideria nos cobija y alienta a mantener su senda, amplificar su legado y aprender de sus experiencias".
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En una nueva conmemoración del Día de la Mujer Trabajadora, la Universidad de Antofagasta consciente de su mandato ético y legal como única universidad del Estado en la región, reivindica la memoria de las mujeres nortinas que a través de su compromiso y activismo fomentaron los pilares de la igualdad en nuestro país.

Eloísa Zurita, Teresa Flores, Desideria Quintanilla, junto a todas sus compañeras de las asociaciones y sociedades de socorros mutuos, fueron decisivas para denunciar las injusticias e inequidad social que se vivía en los albores de nuestra república. Desde sus colectivos lograron levantar reflexión y acción sobre condiciones laborales, violencia intrafamiliar, derechos de trabajadores y trabajadoras, explotación infantil. Utilizando la palabra, exhortando la consciencia de los pueblos del norte. La pregunta es, en consecuencia, luego de más de un siglo, ¿cuánto hemos avanzado?

La Universidad de Antofagasta tiene como una de sus obligaciones esenciales establecer una vinculación preferente y pertinente con la región en que tiene su domicilio y ha dado un paso concreto en el compromiso real por la igualdad de las mujeres. Hemos trabajado democráticamente y con la incidencia de todos los estamentos de nuestra comunidad universitaria, estableciendo protocolos internos contra la violencia y discriminación basada en razones de desigualdad de género, y el desarrollo de una política interna de equidad e inclusión coherente con nuestro plan de desarrollo estratégico institucional.

En este contexto, en el segundo semestre del 2021 suscribimos un convenio con el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género que materializó por primera vez en nuestra región un centro de atención integral y reparación para mujeres víctimas de violencia grave, hace unos días inaugurado.

Con esto, la Universidad de Antofagasta, conteste de su obligación de ser un aporte en las necesidades de las personas que habitan en el territorio, entrega su capacidad ejecutora y su competencia formadora de profesionales que se constituyan en agentes de cambio para un Chile en que la protección de todos los seres humanos sea uno de los horizontes de su proceso educativo.

Como la universidad estatal de la región, el espíritu de Eloísa, Teresa y Desideria nos cobija y alienta a mantener su senda, amplificar su legado y aprender de sus experiencias.

El olvido, entendido como la incapacidad o imposibilidad de recordar, resulta potencialmente dañino para una comunidad que ha puesto de manifiesto la importancia de trabajar en la promoción de modelos de convivencia y coexistencia pacífica, en la que el respeto por la dignidad y diversidad humana femenina sean pilares indiscutibles de cohesión y destino social.