Designación de seremis
Frente a la demora que hubo en el nombramiento de seremis, parece ser un buen momento para replantearse la función de estos cargos. Las regiones necesitan personas empoderadas en acciones concretas, para impulsar al desarrollo regional. Estos nombramientos son más bien decorativos, burocráticos, y en la mayoría de los casos, solo políticos, con escaso campo de acción. A mi juicio, ya no se necesitan en tiempos actuales, la experiencia así lo indica y el país y sus regiones exigen cambios con urgencia hoy.
Joaquín Ortiz G.
Modo Cau Cau
lHace algunos años, Chile abordó un proyecto histórico e inédito, en el que muchos trabajadores se esforzaron al máximo para completarlo dentro de los plazos y, en cierto modo, lo lograron. Sin embargo, nada de eso hizo que el puente Cau Cau funcionara. Todo parece indicar que se someterá a plebiscito una Constitución Cau Cau.
José Luis Hernández Vidal
Diplomacia
El Gobierno se olvidó de algo muy importante: para nominar puestos en el extranjero, Chile tiene personas idóneas que han estudiado el arte de la diplomacia. No cualquiera, y lo digo con mucho respeto, puede ejercer el puesto de embajador. Este título no se vende en la botica.Renato Norero V.
Factor Marcel
Futbolísticamente hablando, todo indicaría que el ministro Mario Marcel "se ha echado el equipo al hombro", como el "10" que todo "profe" quiere tener en su equipo. En pocas palabras, el titular de Hacienda ha puesto orden y mesura, pero cuando "hay que poner la pierna, sin duda que la ha puesto"; eso sí, con inteligencia. De colección fue su respuesta a la errónea imputación que le hiciera Daniel Jadue (PC), aclarándole que quien lo había nombrado presidente del Banco Central fue la expresidenta Bachelet.
Sin lugar a ninguna duda, debe ser una tremenda responsabilidad estar en la posición del ministro Marcel, pero su gran capital es que es muy bienvenido por los entendidos, por los empresarios, por los países que tienen relaciones comerciales con Chile.
Luis Enrique Soler Milla
Necesaria evaluación
Cuando acaba un proyecto, cualquiera que sea, se tienen que hacer evaluaciones para determinar qué se hizo bien y mal. Cuando sales séptimo entre 10, con un 35% de rendimiento, significa que lo hiciste horrible, sin tapujos, aunque haya algunos eruditos estadísticos y futbolólogos que hagan creer y responder desde el voluntarismo una realidad que no existe.
Chile fracasó por segunda vez consecutiva en su meta de ir a un mundial de fútbol, deporte mayoritario en nuestro país. Este desenlace se debe a una falta estructural en lo técnico, en lo dirigencial, a la carencia de una política deportiva para el fútbol, ese que se juega en los barrios, en las escuelas, en las universidades. Poco a poco se adueñaron de los clubes profesionales; unos pocos son dueños de todo y no han dejado nada… Solo se han enriquecido a costa del hincha.
En el deporte como en la vida se puede perder. Lo relevante es cómo.
Marcelo Chávez Galleguillos
Aborto y Constitución
Hay quienes afirman que el embrión no es persona, sino solamente un puñado de células, porque no tiene racionalidad, autonomía ni autoconciencia. Desde la Biología podemos afirmar que a partir del momento en que se unen el óvulo y el espermatozoide en la fecundación, existe un ser organizado y vivo.
Uno no se convierte de ser "algo" en ser "alguien". Desde el momento de la fecundación el cigoto es persona, porque esa es la única manera que los seres humanos tienen de ser. Sería un error que los que ya poseen esas capacidades puedan disponer de aquellos que todavía no las han alcanzado. Este nuevo ser humano merece todo nuestro respeto y cuidado, por la dignidad intrínseca que posee.
Como mujeres, apoyamos, comprendemos y acogemos a todas aquellas que se ven en una situación desesperada y creen que la única solución es el aborto. Como madres, estamos con ellas y creemos que por más difíciles que sean las circunstancias de cada una y los sacrificios que requiere la maternidad, con el tiempo cada hijo se transforma en fuente de esperanza y alegría.
La vida humana es el primer y más básico de todos los bienes y no hace falta ser creyente para darse cuenta de su valor. Si nosotros, seres humanos, no defendemos la vida de nuestros congéneres más vulnerables, ¿quién lo hará? Es nuestro deber proteger la vida humana desde su inicio en la fecundación hasta su fin por muerte natural.
Ángela María Guevara, Instituto Ciencias de la Familia; Ximena Farfán, Facultad de Enfermería y Obstetricia; Francisca Reyes, Facultad de Derecho, Universidad de los Andes