Familias con niños de espectro autista relatan complejidades del retorno a la presencialidad
SISTEMA. Apoderados en distintos establecimientos, comentaron el impacto ha generado la medida en sus hijos. Hay casos exitosos y otros donde el alumno ha debido dejar el colegio.
Para un estudiante, diagnosticado dentro del espectro autista, volver a la presencialidad escolar después de dos años sin clases ni muchos estímulos sociales, puede ser un verdadero desafío si no se consideran aspectos tan básicos y elementales para una convivencia sana dentro de las salas de clases, como el respeto del espacio personal.
Es en este punto donde diversos apoderados de distintos establecimientos educacionales en Antofagasta, han evidenciado el mayor obstáculo para sus hijos, quienes han presentado complicaciones para readaptarse al funcionamiento de una sala de clases; en la mayoría de los casos, por tener que convivir junto a otros 30 o 35 alumnos.
Bien lo sabe la familia Olmos-Bahamondes, quienes tras llevar a su hijo Tomás de 6 años, a la escuela Darío Salas, optaron por retirarlo durante unas semanas, de las clases presenciales, ya que le ha resultado difícil poder readaptarse.
"Como familia ha sido bien complicada esta vuelta a clases, mi hijo tiene TEA grado 1, y no se adaptó a esta jornada de las clases, de forma completa. No se logró adaptar a sus compañeros, porque todo eran golpes, peleas y gritos (…) desde el colegio me dieron la opción de enviarlo a la casa mientras él se acostumbraba a su medicación. Después de unas semana ya pudo volver a clases, y ha sido un trabajo paulatino. A veces me mandan a llamar porque se descompensó y el profesor no sabe cómo enfrentar esas situaciones", precisó Krasna Bahamondes, de 31 años, madre de Tomás.
Acotó que fue apenas en diciembre del año pasado cuando le diagnosticaron TEA (Trastorno del Espectro Autista), a su hijo.
"Pronto tendrá atenciones con profesionales del programa PIE; me he sentido bien apoyada por el colegio en ese sentido, el tema es que se le ha hecho difícil socializar. En la parte académica le va bien, es un tema conductual solamente (…) cuando lo diagnosticaron con TEA igual fue una sorpresa, porque pensábamos que solo era un chico desordenado", relató.
Conflictos internos
Camila Flores, de 29 años, madre de Mateo Valderrama de 7 años, relató que su hijo está experimentando algunas complejidades en este regreso a clases, tanto en lo social como en lo curricular, algo que por el momento los tiene un tanto desanimados, pero que esperan puedan revertir en poco tiempo.
Según relató, Mateo ha tenido algunos problemas para entender algunas de sus materias y está optando por no preguntar sus dudas, ya que las explicaciones que le da su profesora no siempre las entiende a la primera, temiendo volver a preguntar, para no ser objeto de risas o burlas.
"Estaba súper preparado para el proceso de entrar a clases, a segundo básico este año, incluso ha estado yendo desde el año pasado a algunas clases de manera presencial, decisión que tomé para que reforzara mucho más de lo que hacíamos en casa. Estaba entusiasmado, porque igual desde kínder que está encerrado. Las primeras semanas funcionó súper bien, estaba alegre, le costó entender que tenía que devolverse a almorzar a la casa y después volver. Los niños TEA son súper estructurados. Al principio me costó un poco, llegaba muy cansado, no quería comer, ni cambiarse ropa para volver a ir al colegio", relató.
Acotó que el aumento en el número de niños por sala, es algo que siempre le complica las cosas a un niño con necesidades educativas especiales (NEE), sobre todo cuando su velocidad de aprendizaje, va un poco más lento que la del resto.
"Tenía otra visión del colegio. Mi hijo cursó sus dos primeros años escolares en un colegio de lenguaje y ahí tenían otra manera de hacer las cosas, a lo más 20 niños por sala. Mi hijo tiene problemas fonoaudiológicos y en el jardín había un fono. Cuando llegamos acá a hacer kínder nos topamos con 45 niños en sala. Fue muy brusco el cambio, nos costó mucho porque como mi hijo se tiene que medicar para concentrarse, mejorar su concentración y bajar los niveles de hiperactividad".
Proceso
Sandra Ávalos, coordinadora del programa PIE de la CMDS, explicó que parte de los conflictos y dificultades que se han presentado en este "readaptamiento" de los estudiantes a las clases presenciales, pasan por dos factores esenciales.
El primero de ellos es parte de los roces normales que se producen dentro del aula cuando comienza el nuevo año escolar, y que según la profesional, duran hasta el mes de abril generalmente y el hecho de que hay muchos estudiantes nuevos con NEE.
"No obstante, es claro que este fenómeno se ha visto afectado también por los dos años que estuvieron sin asistir al colegio, lo que igual es algo nuevo. Hay unos pequeñitos que vienen desde sus casas sin antes haber estado escolarizados, y obviamente les va a acostar mucho adaptarse", comentó.
Ávalos explicó además que este año se ha dado un fenómeno imprevisto dentro de las salas de clases y es que han llegado niños diagnosticados con TEA, cuya situación no ha sido informada al colegio lo que dificulta las subvenciones y por ende, el porcentaje de profesionales aptos para tratar con esta población.
"Hemos tenido también un ingreso bastante alto de estudiantes con TEA en los establecimientos. Alumnos que estaban en otras unidades educativas, colegios subvencionados, particulares, han llegado a las escuelas municipales y hemos tenido un incremento bastante alto de estudiantes TEA; hemos estado bien ocupados con el tema, ya que por decreto uno recibe una subvención por cada uno de los estudiantes que tienen diagnóstico y estos profesionales atienden a estos estudiantes, pero han llegado muchos y faltan manos. Faltan profesionales para poder atenderlos y hemos tratado de atajar esa contingencia, porque es algo que no teníamos previsto", dijo.
Agregó que dentro de las postulaciones que se hacen al sistema escolar, el apoderado puede o no indicar si su hijo tiene una necesidad educativa especial.
"Si quieren no lo dicen, y la verdad es que no estábamos preparado para recibir a tantos estudiantes con necesidades educativas, eso nos pasó y está pasando", dijo.
Forma y Fondo
Daniela Cárdenas, directora ejecutiva de ONG "TEApaño", explicó que es muy importante para los profesores, docentes y formadores dentro del sistema educacional, entender que siempre tendrá más valor fijarse en el aprendizaje del contenido, como resultado final, más allá de los métodos que deban utilizarse convencionalmente para aprender. Algo que con una buena y correcta predisposición de los profesores, puede hacer grandes diferencias.
"Tenemos muchas mamás , familias dentro del universo con el trabajamos (unas 150 familias), que están teniendo problemas con sus hijos producto del retorno a clases. Hay mamás muy afectadas porque sus hijos no quieren volver a clases, o experiencias en donde los profesores no logran manejar las descompensaciones que tienen estos niños. Algo que se ha vuelto recurrente porque han perdido la costumbre de estar en una sala de clases (...) mi hijo nunca aprendió a escribir con manuscrita, siempre con imprenta y al revés, como los turcos. Sus profesores en aquel entonces entendieron que él aprendía así y se acomodaron a sus necesidades. A eso me refiero cuando hay que mirar más el fondo que la forma", dijo.
Agregó que tras el cierre del colegio Chileno-Norteamericano, donde estaba su hijo también, son muchas las mamás con hijos con NEE, a quienes hoy se les ha complicado encontrar matrícula.
"No solo por el hecho de que no hay muchas matrículas disponibles, sino también porque cuando explican que su hijo tiene NEE, ya se les hace difícil que los dejen en algún establecimiento", señaló.