"Las decisiones de un centro de salud no pueden ser solo detrás de un escritorio"
Llegó en pleno segundo peak de contagios del covid-19 a hacerse cargo de uno de los hospitales más azotados por la pandemia en una de las ciudades más extremas del país.
Estamos hablando del ingeniero y actual director del Hospital Carlos Cisternas de Calama (HCC), Milton Olave Escobar, quien cumplió un año de gestión. Al principio, llegó con bastante preocupación y ahora ya dice estar enamorado de la Provincia El Loa.
Prueba de esto, es que en los últimos meses se le ha visto en varias contingencias locales, recorriendo las comunas y localidades rurales de la provincia y compartiendo mucho con la comunidad. Eso ha generado que solo saque cuentas positivas de este primer año y con ganas de seguir avanzando en este proyecto de salud loíno.
Antes de llegar a Calama, ¿Qué sabía de la ciudad y su hospital?
-Yo conocí el Hospital antiguo, estuve a cargo de Cenabast (Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud) desde la zona norte, de Arica a la Región Metropolitana, entonces ahí alcancé a conocer Calama. De hecho mi historia parte con el Hospital del Cobre, cuando ellos querían comprarle servicios a Cenabast, en cuanto a insumos y fármacos, y había una deuda histórica entre el HCC y el Hospital del Cobre que era dólares y a mí me tocó resolver esa deuda (…) conocí previamente al doctor Francisco Bueno, su esposa Magdalena, que falleció en un accidente muy dramático en Bolivia y fue mi jefa, entonces mi historia con Calama partió en esa época. Para la entrevista, estudie mucho de Calama y la Provincia, las distancias y todo en general también.
¿Con qué se encontró cuando llegó al HCC?
-La infraestructura del hospital es una de las cosas más relevantes que tiene este recinto, más allá que sea muy atractivo, en salud pública hay muy pocos edificios como este, la infraestructura es tremendamente hermosa, con una luminosidad que es envidiada de otros establecimientos. Estos días cuando nos visitó la nueva seremi de Salud, que además ella viene de Antofagasta, nos reconoció la belleza que tenemos nosotros, versus lo que ellos tienen en la capital regional. Junto con eso, vas conociendo el equipamiento que tiene, que tiene un nivel de clínica, incluso la estructura es como una clínica. El arquitecto de este edificio, es el mismo que hizo el Hospital Militar en Santiago, luego vas conociendo los equipos de trabajo y tengo la fortuna de contar con un muy buen equipo de trabajo, el respaldo de los funcionarios, el compromiso que ellos tienen a significado crecimiento en salud.
Llegó en pleno peak de contagios covid-19, ¿cómo tuvo que tomar el ritmo y hacer frente a la contingencia?
-Yo estuve un par de meses en el Hospital Provincial de Osorno que tiene una capacidad muy similar a este y estuve trabajando con pacientes críticos, unidades críticas, porque si bien yo soy ingeniero uno trabaja muy de la mano con los equipos clínicos. Ya me había tocado desarrollar estrategias con equipos de salud y al llegar acá, enfrentamos una segunda ola no tan compleja como la primera que vivió Calama, no obstante, lo primordial fue ver la capacidad de capital humano, equipamiento y nos tocó duro, porque el problema que siempre hemos tenido es tener profesionales disponibles, técnicos e incluso auxiliares. Acá pasa lo que no ocurre en otras zonas del país, cuesta mucho comprometer funcionarios para que se queden y eso si fue una preocupación, sobretodo por la gran cantidad de camas críticas que teníamos, que se habían instalado posterior a la llegada de la pandemia.
Me tocó una segunda ola con un poco más de información, pero lo que logramos hacer, es seguir fortaleciendo lo que hicieron la administración anterior en una primera etapa, resguardando a nuestros funcionarios y tomando mejores decisiones en el manejo de los pacientes de una forma más técnica.
Hubo algunos inconvenientes con asociaciones gremiales del recinto, hubo sumarios, demandas, toma de la dirección ¿en qué va esa situación?
-En un inicio no hubo inconvenientes con las asociaciones gremiales, si tuvimos la toma de esta ala de las oficinas, de este pasillo y el siguiente, que fue en octubre y yo llegué en marzo. Este evento claramente se superó, en esta institución hay seis gremios y fue uno el que lo realizó, que se entiende cuando hay demandas que no han sido suplidas, donde ellos esperan ciertas respuestas a ciertas situaciones y muchas veces, esas respuestas no dependen de esta dirección. Partimos ese evento con 13 demandas y terminamos con tres de este gremio que se tomó las dependencias.
Lo importante de esto, es cómo se ha ido trabajando esto, yo tengo una agenda mensual con ellos, con este gremio en particular hasta el mes pasado tenía reunión quincenal y ahora la tenemos mensual como los otros, pero si ellos tienen la necesidad de tener una reunión extraordinaria no hay problemas, esta dirección es de puertas abiertas. Ahora, siempre van a haber situaciones que uno no pueda manejar, pero finalmente hoy en día, tenemos muy buena relación con todos los presidentes de estas asociaciones. Además, después de lo que pasó, se incorporó al Servicio de Salud, un relacionador laboral y eso ha ayudado demasiado, porque el no solo se relaciona con los gremios de Calama, sino de toda la red. Nos queda solo crecer de este proceso y mirar juntos en un solo objetivo, por ejemplo yo siempre les digo, lo que siempre tenemos que trabajar es en conjunto temas como las asignaciones de zona, que finalmente son temas que nos van a ayudar a que se vengan profesionales a trabajar acá, hoy en día no somos competitivos ni siquiera dentro de la red del servicio de salud de la región, siendo que esta es una zona extrema y de sacrificio.
Estos últimos meses lo hemos visto muy interiorizado en tema de ciudad ¿A qué se debe esto, lo hemos visto en los poblados del interior, en las contingencias locales?
-Yo partí mi gestión con harto terreno a mí me gusta salir, yo vengo del mundo rural, lo cuento para que entiendan quién soy yo, para que sepan cómo funciono. En ese contexto, yo vengo de la séptima región, donde mi zona es rural, campesina, 20 kilómetros del pueblo más cercano, camino de tierra, cuando llovía era muy difícil salir, muchas veces mi papá me cruzó a caballo, entonces las zonas externas a las ciudades tienen mucho vínculo conmigo.
Entonces al llegar acá quise conocer el medio donde estoy, las decisiones de un centro de salud como este no pueden ser solo detrás de un escritorio, agradezco el equipo que me acompañó al principio porque me hizo conocer esta zona, incluso hicimos un informe que enviamos al Ministerio de Salud, que eran los 100 primeros días de este director, donde fui hasta Tocopilla, lo único que me faltaría por conocer es María Elena. No me gusta que me cuenten cómo es y sigo visitando, incluso de forma anónima, ahora tengo un vínculo por ejemplo con Lasana, me encanta ir para allá, me encanta ir a San Pedro, pero no a la ciudad, a los pueblos más cercanos. Para qué hago esto, por ejemplo el otro día estuve en Machuca y me quedé hablando con una persona, a la cual le consulté el precio del traslado de allá hasta Calama ida y vuelta, el horario de salida del primer transporte, cosas como esa. Entonces eso se lo puedo transmitir a nuestro personal para tomar determinaciones, como por ejemplo, darle hora a la gente de San Pedro y de sus localidades aledañas, después de las 10 de la mañana, que la gente de Caspana solo tiene tres movilizaciones a la semana, el cual es súper caro, entonces uno va tomando una dosis de realidad, que te ayuda a tomar decisiones efectivas. Por eso salgo a terreno, para entender como la gente ve el establecimiento, hay cambios grandes y culturales que debemos hacer.
Por ejemplo sabemos que un paciente que sale grave de Peine no va a llegar en menos de dos horas a este hospital, entonces nuestra labor es hacer las cosas distintas, acercar el hospital al territorio es parte de las políticas públicas. Muchas veces nuestros pacientes rurales cuando pierden una hora o se les cancela la atención, ellos ya no vuelven, porque para ellos es un día de gasto perdido, un día menos de trabajo.
Entonces, la conclusión de este primer año de gestión y ¿qué se viene para el futuro del HCC?
-Yo soy un enamorado de mi trabajo, yo decidí y busqué ser director de un hospital, ha sido un crecimiento grande, he aprendido mucho en Calama. Me encanta lo que podemos llegar a hacer, este hospital puede llegar a hacer grandes cosas, cosas que gente no ha logrado ver y si lo ha visto, no ha logrado potenciarlo.
Por ejemplo hoy en día, estamos haciendo casi 100 cirugías semanales, cosas que no se habían hecho nunca, con un potencial tremendo quirúrgico, queremos lograr este año sacar las listas de espera, queremos lograr ser autogestionados de verdad, para tomar decisiones más locales, ser más resolutivos, tenemos tanto por hacer. En atención abierta, estamos pensando en tener ya 50 mil atenciones más que el año anterior, con proyecciones y ajustes súper corto que nos ayudarán a potencial la red provincial.
Estoy agradecido del equipo que tengo, porque este no es solo trabajo mío, es de mucha gente, del compromiso de los funcionarios. A mí me encanta pensar que podemos hacer mucho más por nuestros funcionarios, porque ese bienestar para ellos significa una mejor calidad para el usuarios.
"No es solo trabajo mío, es de mucha gente, del compromiso de los funcionarios. A mí me encanta pensar que podemos hacer mucho más por nuestros funcionarios, porque ese bienestar para ellos significa una mejor calidad para el usuario".
"Darle hora a la gente de San Pedro y de sus localidades aledañas, después de las 10:00 de la mañana, que la gente de Caspana solo tiene tres movilizaciones a la semana, el cual es súper caro, entonces uno va tomando una dosis de realidad, que te ayuda a tomar decisiones efectivas".