Ricardo Pinto Neira
Fueron años de espera, de entrenamientos entusiastas sin un torneo por delante, de esfuerzos personales que parecían quedar en las promesas incumplidas y de un cúmulo de sueños que se forjaron a la sombra del entusiasmo y la ilusión.
Esta vez si hubo que competir y las "Naranjitas" saltaron a la cancha del club de campo de Cobreloa a desafiar a un rival más experimentado y trabajado. Y supieron sobreponerse a una derrota que parecía sentenciada para terminar imponiéndose por 4 a 3 ante el buen equipo de Deportes Antofagasta, con tres goles de su capitana Jilary Michel Gamboa y otro de Juliana Díaz.
La emoción desbordó a familiares y compañeros de las series cadetes que llegaron al recinto para apoyar a las loínas en su primer reto oficial. Y la tensión dio pie a la felicidad.
Mackarena Rojas, una de las zagueras que más tiempo lleva defendiendo los colores del club reconoció que "estábamos muy emocionadas y nerviosas por poder jugar al fin. Fueron años en que hubo un proceso que quedó truncado por la pandemia, luego vinieron los entrenamientos virtuales que no resultaron y no sabíamos qué iba a pasar. Por cómo se dio el partido, por cómo lo ganamos al final y pensando en todo el esfuerzo que hemos hecho algunas, la felicidad es muy grande".
La jugadora -que empezó como delantera y ahora es quien afirma la última línea minera- reconoce que "nosotras somos chicas pero este proceso ha sido largo y de mucho esfuerzo. Ojalá que sea el inicio de un camino que no se termine más. Muchas pudimos ir a probar suerte a otros clubes pero siempre soñamos con que el primer partido iba ser con la camiseta del equipo del que somos hinchas. Es un gran paso pero ahora tenemos que ir por más".
El técnico Juan Cifuentes tampoco ocultaba su emoción. "Llegamos a la institución con la idea de fundar desde un terreno que era nuevo, no había nada antes salvo un grupo de niñas que quería jugar al fútbol. Después vino un proceso de selección de cerca de un mes y medio y ahora, que vamos a tener casi un mes de para por el fixture -San Marcos de Arica no participará dejando vacante un puesto en la zona norte- nos va a permitir ir moldeando la forma de juego".
El DT reconoce que "el amor propio que mostraron las chicas demuestra sus ganas de venir a la cancha a mucho más que entretenerse. Ellas sueñan con llegar al equipo profesional y desde allí, saltar a otro club más desarrollado u optar por llegar a una selección chilena. Hoy -ayer- jugaron ante un equipo que viene trabajando hace mucho más tiempo y pusieron unas ganas tremendas. De seguro, y como está enfocado el proyecto, la idea es que varias de ellas puedan llegar al plantel profesional y desde allí, desarrollar su carrera en el fútbol. Algunas están más avanzadas que las otras pero la idea es que nos sigamos potenciando como equipo".
Proceso
El directivo Robinson Rosso es quien está a cargo del desarrollo del fútbol femenino en Cobreloa. Admite que "como todas las series formativas del club, tenemos algunas carencias que hay que ir mejorando pero existe un sponsor que se comprometió exclusivamente en el apoyo de esta rama y debería llegar otro más".
Son tres series las que proyecta el club en 2022: la Sub 19, con 25 jugadoras, la adulta que tiene 20 -y donde deberían reducir el número para darle tiraje a las juveniles- y la Sub 16, que comienza su trabajo en junio con selección de futbolistas y con miras a competir desde el segundo semestre.
La idea del directorio actual del club es intentar el ascenso en todas las categorías a final de año. Y respecto del acuerdo de Ministerio del Deporte con la ANFP, de ir remunerando paulatinamente a las integrantes de las series adultas, Rosso afirma que "nuestra idea es que ya durante este año, la mitad del plantel mayor pueda tener su contrato".
El marcador de 3 a 2 favorecía al CDA cuando quedaban cinco minutos y las piernas ya no daban. Pero Jilary Gamboa tenía más que decir y con dos "bombazos" desde fuera del área cambió el marcador y desató la algarabía en el plantel de las "Naranjitas".
Nació en Cali, Colombia hace 17 años y es estudiante del Liceo América. Llegó a Chile en 2014 y es una de las cuatro extranjeras que el club integró a sus filas en la categoría juvenil. "Siempre me gustó el fútbol pero empecé a jugar acá en Calama motivada por mi hermano mayor que está en las inferiores de Cobreloa, aunque yo empecé en la cancha Independencia, jugando por Unión Española", confidencia.
La capitana y goleadora se proyecta para pelear un puesto en el plantel mayor. "Voy a trabajar mucho, para ir aprendiendo todos los días. Estoy feliz de que acá nos den la posibilidad de jugar y tratar de cumplir el sueño de llegar al profesionalismo. Pero esto es paso a paso y se logra con constancia", comentó.