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Aumento de plantas desaladoras

Contar con este tipo de tecnología podría ser la solución a los problemas de sequía que atraviesa el país. La tarea es que deber ser vista como una política de Estado. "Sabemos que Chile tiene más de cuatro mil kilómetros de costa y debiera analizarse un plan de desarrollo de desaladoras en todo el territorio, con mayor énfasis en las zonas más pobladas".
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No hace mucho la ministra de Minería Marcela Hernando comentaba que en el desarrollo de la industria no veía conveniente llenar nuestras costas de plantas desaladoras aplicando a sus palabras una mirada ecológica y de mejor aprovechamiento de los espacios. Hasta el momento la presencia de este tipo de tecnología para contar con suministro de agua potable se vislumbra como la más propicia y se entiende que se deba lidiar con las externalidades propias de su funcionamiento.

Claramente a lo que apuntaba la secretaria de Estado era a que es necesario crear las sinergias necesarias para que las desaladoras sean utilizadas por más de una faena minera. Al estilo de las megaplantas que logran una alta producción y pueden surtir a muchas empresas y también para el consumo humano.

Y tal vez ese es el punto el que hoy debiéramos analizar producto de la sequía que afecta a la zona centro y sur del país y que las tiene a las puertas de un racionamiento en varias comunas. Un escenario impensado pero que se hizo presente más pronto de lo esperado.

Sabemos que Chile tiene más de cuatro mil kilómetros de costa y debiera analizarse un plan de desarrollo de desaladoras en todo el territorio, con mayor énfasis en las zonas más pobladas, con mayor desarrollo agrícola y con amenaza permanente de escasez.

En nuestra región la experiencia ha sido positiva en el rubro minero y también para el consumo humano. De hecho, dos comunas se abastecen 100% para el consumo humano con esta modalidad y la capital regional está sobre un 80%, y este año supo de una larga restricción para el sector que utiliza agua de cordillera por un fenómeno climático.

La desalación es una solución viable y es necesario tratarla como una política de Estado destinada a resolver la sequía en grandes zonas urbanas, principalmente en el centro del país donde la estrechez hídrica es grave.

Es el momento para analizar y definir una política sobre la desalación antes que la urgencia haga cumplir el temor de la actual ministra de Minería. Definiciones sobre ubicación, extensión, impacto ambiental y como tratar sus externalidades como el tratamiento de salmueras propias del proceso.

Ya no tiene que verse como algo lejano porque el clima está cambiando y habrá que replantear las estrategias sobre obtención y utilización del recurso hídrico.

Azúcar y Semana Santa: Riesgosa combinación

"Lo recomendable es educar y enseñar desde edades iniciales a los más pequeños, quienes están rodeados de estímulos todo el día". Bárbara Álamo, Fundadora de Keto Club
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La Pascua de Resurrección supone algunos días libres, la posibilidad de compartir con la familia y sobre todo con los más pequeños, quienes pasaron a formar parte protagónica de esta festividad gracias a la tradición ligada a la búsqueda de huevos de chocolate. Es una de las fiestas más esperadas por los niños, pero también una de las que más excesos en la alimentación provoca.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo recomendado para niños de 2 ó 3 años son 15 gramos de azúcar por día, es decir, 3 a 5 huevitos de chocolate. En el caso de un niño de 6 a 8 años, estos necesitan 20 gramos de azúcar, equivalente 4 a 7 huevos de chocolate. Pero, para qué nos engañamos, todos sabemos que después de uno es difícil parar y sobre todo para niños tan pequeños.

El problema es que el azúcar es 100% adictiva y altera demasiados procesos. Además, los niños están en etapa de desarrollo, lo que entorpece su crecimiento y sobre todo el funcionamiento cognitivo. Por otro lado, mientras más pequeños, es más difícil corregir esta adicción al azúcar, e incluso luego en la adultez se vincula a daños metabólicos severos, como por ejemplo el aumento de peso, la resistencia a la insulina e incluso diabetes. De hecho, según una investigación de la Universidad de Stanford, el azúcar es ocho veces más adictiva que la cocaína y el problema es que 80% de los alimentos contienen azúcares añadidos, en forma de sacarosa, fructosa, glucosa, lactosa, dextrosa y azúcar morena.

La pregunta es a qué alternativa recurrir en lugar de optar por el azúcar y grasas trans. Lo recomendable es educar y enseñar desde edades iniciales a los más pequeños, quienes están rodeados de estímulos todo el día. En estas ocasiones, lo mejor es sustituir el concepto y empezar a jugar más con ellos, realizar otro tipo de actividades, como pintar o cocinar juntos, que la búsqueda de huevos de chocolate sea la actividad secundaria y que estos sean de la mejor calidad posible, con mayor porcentaje de cacao, como los que pueden realizar en casa.

Si bien este es un tema muy delicado, porque al darles grandes cantidades de azúcar se están generando niños hiperactivos, con poca capacidad de concentración, ansiosos, de mal dormir y con problemas de salud en un futuro, entre otros. La crianza es compleja y sobre todo en estos tiempos, por eso es importante darles mejores herramientas a los padres para que entiendan la relevancia de la alimentación.

Un nuevo paradigma se nos abrió

"La resurrección de Jesucristo es una "muy buena noticia", porque no sólo tiene que ver con él, sino con todos los que creemos en él". Óscar Blanco Martínez, Obispo de Calama
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Creemos que Jesucristo ha resucitado, que está vivo, San Pablo nos lo dice con contundencia: "Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las Escrituras, que se apareció a Cefas y luego a los Doce…" (1 Cor. 15, 3-5).

Sin embargo, ¿Cómo podemos relacionar su resurrección con la sensación de incertidumbre, hasta vergüenza que nos embarga como cristianos frente a los acontecimientos que estamos viendo y viviendo en el mundo? La pandemia, aunque se han dado pasos de superación, aún está presente dejando al descubierto sus consecuencias, en la salud mental, la desconfianza y la violencia cada vez más grave. Los conflictos armados no cesan… ¿No nos parece que más que ver a Jesús vivo, estamos viendo una sociedad que se muere poco a poco?

La resurrección de Jesucristo es una "muy buena noticia", porque no sólo tiene que ver con él, sino con todos los que creemos en él y vivimos según sus enseñanzas. "Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a los que murieron en Cristo." (1Ts.4,14). En todo caso, la resurrección no es sólo un hecho futuro, sin ser experimentable en el presente, en una vida nueva, guiada por el espíritu, es decir "por el amor de Dios derramado en nuestros corazones". (Rm.5.4) creer en el Resucitado es acercarnos con esperanza a tantas personas sin salud, enfermos crónicos, discapacitados físico y psíquicos, personas hundidas en la depresión, cansadas de vivir y luchar, ellos un día conocerán lo que es vivir en paz y salud total, y escucharán la invitación "entra en el gozo de tu Señor".

Un nuevo paradigma se nos abrió, el muerto está más vivo que nunca, y ¿qué podemos aprender de todo esto? Aquí está nuestro desafío. Apoyándonos en Jesús resucitado por Dios, intuimos, deseamos y creemos que Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el anhelo de justicia y paz que se encierra en el corazón de la humanidad y de la creación entera. Debemos ser capaces de dar prioridad a los vínculos, al cuidado ambiental, a la amistad, la dignidad y a la empatía que no tiene fronteras.

Al terminar la semana santa, se nos presenta una nueva oportunidad: Que seamos más cristianos, más universales, para podernos reconocer en relaciones dignas y empáticas. Asimismo, que nuestra fraternidad sea parte de la belleza del Misterio de la Pascua que abraza el sufrimiento humano y que lo dignifica con su Resurrección. Dios está con nosotros sufriendo, llorando, cuidando, educando, investigando, trabajando y dándonos esperanza. La fe es seguir aun cuando la noche está oscura, pero sabemos que el Dios de la Vida, de la Resurrección no nos abandona. Jesús Resucitado tenía razón.

A todos los lectores de esta columna les deseo una Feliz Pascua de Resurrección