Región de Antofagasta sumó 11 nuevos campamentos durante la pandemia
CIFRAS. Según datos del Minvu un total de 76.544 familias en Chile viven en asentamientos irregulares, que aumentaron en 14 de las 16 regiones el año pasado.
Las históricas dificultades para que los más desposeídos puedan acceder a una vivienda digna volvió a revelar el año pasado las complicaciones para abordar esta contingencia habitacional, debido a que en 2021 aumentó en 37% la cantidad de campamentos en el país en comparación al 2019, según datos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU).
El nuevo incremento en este tipo de asentamientos lo dio a conocer la cartera hace unas semanas, durante una presentación del ministro de Vivienda Carlos Montes en la Comisión de Vivienda, Desarrollo Urbano y Bienes Nacionales de la Cámara de Diputados. De acuerdo al catastro del Minvu, de los 802 campamentos reportados en 2019 estos aumentaron a 1.095 en 2021. Durante este mismo período, en tanto, la cantidad de hogares en este tipo de viviendas informales pasaron de 47.050 a 76.544. Un "crecimiento explosivo", según calificó el Minvu en una presentación con cifras sobre el déficit habitacional en el país.
Montes, quien durante su exposición reconoció la incidencia de la migración en el aumento de campamentos, sostuvo que las tomas de terreno hoy revisten una composición social distinta a la de otros años. "Estamos en una realidad de desequilibrio de las ciudades, que han crecido mucho pero desrreguladamente", sostuvo.
Según los datos de la cartera, además entre 2019 y 2021 se registró un aumento de campamentos en 14 de las 16 regiones del país. Un alza que también evidenció la Región de Antofagasta, donde los campamentos entre estos años se expandieron desde 79 a 90.
Realidad regional
Para Maritza Hernández, residente colombiana que preside la junta vecinal del campamento Mirador La Portada de Antofagasta, el alto costo de vida en Antofagasta propicia las ocupaciones informales de terreno. "Es por un tema económico y por los caros que son los arriendos. Por eso cuando tuve la oportunidad, me fui al campamento", afirma.
"Aunque muchos deberían ser conscientes y dejar los sitios cuando estabilizan su situación, porque usted puede ir a una campamento y en algunos casos podrá ver autos mejores que los puede encontrar en una población", agrega Hernández. Entre las mayores alzas de campamentos entre 2019 y 2021 se registraron las ocurridas en las regiones de Valparaíso (181 vs 235), Metropolitana (90 vs 136), Biobío (131 vs 167), Atacama (73 vs 109) y Araucanía (21 vs 61), entre otras.
Para el gobernador regional de Antofagasta, Ricardo Díaz, la ausencia de Estado en materia de vivienda en la región se ha presentado como una dificultad para afrontar esta contingencia. "El problema habitacional en la región se remonta a varios años. Nosotros teníamos una necesidad de 24 mil viviendas que en los últimos años aumentó a 26 mil viviendas. Esto no solo se explica por el tema migratorio, sino que también por la incapacidad que ha tenido el Estado de Chile de entregar soluciones habitacionales a nuestra región. Una persona que está esperando una solución habitacional, de parte del Estado, demora en promedio en esta región 11 años en obtener su vivienda. Eso es demasiado tiempo y ha ido generando que las personas busquen soluciones por su propia cuenta", dijo.
"Por eso nos parece, que lo que tenemos que hacer como Gobierno Regional, es ir trabajando en conjunto con el Ministerio de Vivienda para ir ofreciendo soluciones: servicios básicos para aquellas personas que nos los tienen, pero también un plan de vivienda, arriendos fiscales, construcción de mini condominios y bancos de suelo para ir construyendo viviendas más accesibles", agrega Díaz.
Soluciones lentas
Según comenta Pía Palacios, directora del Centro de Estudios Socioterritoriales Techo-Chile no puede atribuirse a una sola causa el incremento de campamentos en el país.
"Actualmente estamos viviendo en una crisis de acceso a la vivienda que se ha agudizado por distintos factores, y esto se ha visto reflejado, no tan solo en el aumento de las familias en campamentos, sino que también en el déficit habitacional. Sin embargo, no podemos desconocer que más de la mitad de las familias en campamentos indican que llegan a vivir a estos asentamientos por motivos de índole económico. En esta línea, la política habitacional se ha visto sobrepasada por la cantidad de familias que requieren una vivienda. La demanda continúa creciendo y la oferta de vivienda no está llegando a los grupos de población que más lo necesitan para hacer frente a tal magnitud del problema, además de que el precio de la vivienda sigue creciendo a un ritmo muy por encima de los salarios", opina.
"Ninguna familia llega a vivir a un campamento porque quiere, pero tenemos que comprender que las soluciones habitacionales estatales para las familias más vulnerables aún son muy lentas y escasas, no alcanzan para todas las personas que realmente lo necesitan. Frente a esta lenta acción de la solución habitacional definitiva, por parte del Estado, y a la imposibilidad de acceder a una vivienda mediante el mercado, las familias optan por tomar en sus manos la solución habitacional y, de esta manera, lograr tener una solución un poco más definitiva. Aunque ello implique vivir en una situación que no es la óptima: sin acceso a servicios básicos o en terrenos con múltiples amenazas. Hay que poner un énfasis en dar soluciones transitorias para las familias que más lo necesitan e ir preparando esa 'transición' del campamento al barrio. No pueden quedarse en una espera de tantos años para lograr la vivienda definitiva digna y adecuada", detalla Palacios.