Rusia respondió ayer a Estados Unidos con una nueva batería de sanciones individuales contra cerca de una treintena de funcionarios, empresarios y periodistas, entre ellos la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, y el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg.

A través de un comunicado, el ministerio de Relaciones Exteriores informó que los incluidos en la lista, donde figuran también cónyuges de altos funcionarios estadounidenses, no podrán entrar en territorio ruso acusados de crear "una agenda rusófoba".

Asimismo, fueron incluidos en la lista altos cargos del Pentágono como la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, y el vocero del mismo, John Kirby; o el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain. Entre los cónyuges figuran Evan Ryan, esposa del secretario de Estado Antony Blinken y Douglas Emhoff, marido de Harris.

La lista incluye a empresarios como el consejero delegado de Linkedin, Ryan Roslansky, y periodistas como Bianna Golodryga de CNN y George Stephanopoulos de la ABC.

La autoridad también precisó que en breve anunciará una nueva partida de contramedidas por las "acciones hostiles de las autoridades de EE.UU.", que el miércoles anunciaron sanciones contra una red de 40 individuos y empresas, liderada por el oligarca ruso Konstantín Maloféyev, que supuestamente está ayudando a Rusia a esquivar las sanciones de Occidente por la campaña militar rusa en Ucrania.

Biden

En paralelo, el presidente de EE.UU. Joe Biden, anunció US$800 millones más en asistencia militar a Ucrania y otros 500 millones en asistencia económica, además de prohibir atracar en su país a cualquier barco vinculado a Rusia.

El nuevo paquete de 800 millones de dólares se suma al que la semana pasada concedió a Ucrania por el mismo valor para atender las necesidades en la batalla del Donbás.

Agencias

Rusia anunció ayer que controla la ciudad de Mariúpol y descartó tomar por asalto la planta de Azovstal, el último reducto de los defensores ucranianos de la ciudad portuaria, mientras que Kiev aseguró que la urbe "sigue siendo ucraniana".

"Al día de hoy todo Mariúpol se encuentra bajo el control del Ejército ruso, de las milicias de la república popular de Donetsk, y el territorio de la planta de Azovstal con el reducto de los nacionalista y mercenarios está bien bloqueado", dijo el ministro de Defensa ruso Serguéi Shoigú, al informar al presidente Vladimir Putin.

Agregó que "el fin de la misión de combate para la liberación de Mariúpol es un éxito".

No obstante, Vadym Boychenko, el alcalde de la ciudad destruida casi en su totalidad tras seis semanas de asedio, negó que los rusos controlen Mariúpol y aseguró que "sigue siendo ucraniana".

Planta de azovstal

Pese al anuncio, que sería el primer gran éxito en la campaña militar rusa en Ucrania tras 58 días de invasión, Shoigú admitió que la toma no sería absoluta, ya que "más de 2.000" soldados ucranianos, mercenarios y combatientes del batallón de Azov resisten aún en la zona industrial de la planta Azovstal, además de unos mil civiles, según las autoridades de Ucrania.

Kiev temía un ataque final que redujera a cenizas la planta, pero Putin ordenó ayer cancelar el asalto a la fábrica.

"No hay necesidad de meterse a estas catacumbas y arrastrarse en el subterráneo por esas instalaciones industriales", sostuvo, al advertir del costo en bajas entre los rusos que podría conllevar el asalto a una zona fortificada como esta.

Sin embargo, ordenó bloquear la zona industrial de la acería, de tal modo que "no pase ni una mosca". En este sentido, el asesor del alcalde, Petro Andryushchenko, dijo a través de Telegram que las tropas rusas continuaron ayer con su bombardeo contra la planta metalúrgica.

"Hay un bombardeo contra Azovstal. Estoy seguro de que los invasores no se detendrán hasta aniquilar a los militares y a los civiles que están dentro", escribió Andryushchenko.

Por su parte, la viceprimera ministra y ministra para la Reintegración de los Territorios Temporalmente Ocupados de Ucrania, Iryna Vershchuk, exigió a Moscú un corredor humanitario urgente desde la planta.

"Ahora hay alrededor de mil civiles y 500 solados heridos. Todos deben ser sacados de Azovstal hoy mismo", pidió, mientras Oleksiy Arestovych, asesor del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, consideró que la declaración de Putin de que es "inconveniente" asaltar la planta metalúrgica "significa que el Ejército ruso no está en condiciones físicas de tomarla, ya que sufrirían inmensas bajas".

El último bastión de los defensores de la ciudad es un área fuertemente fortificada. Sus instalaciones, en el sudeste de la ciudad, abarcan una superficie de once kilómetros cuadrados y cuentan con túneles y búnkeres subterráneos que dificultan su toma.

LUGANSK: 80% ruso

Por otro lado, Rusia afirmó que hay posibilidades para comenzar a revivir la ciudad portuaria. "Mariúpol, que se había convertido en lugar de concentración de formaciones nacionalistas, ha sido liberada. El ministro de Defensa informó de que hay posibilidades para comenzar a restaurar la vida pacífica, para que los ciudadanos vuelvan a sus casas", dijo el vocero de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

No obstante, aquellas posibilidades se aminoran luego que el alcalde de Mariúpol denunciara el hallazgo de una nueva fosa común de unos 30 metros de extensión, cavada por las tropas rusas a unos 20 kilómetros de la ciudad, cerca de la localidad de Manhush.

Mientras tanto en el Donbás, el jefe de la administración militar de Lugansk en el este de Ucrania, Serhiy Gaidai, informó ayer que el 80% de la región está ahora bajo control de los ocupantes rusos.

"Desde que nuestras tropas se retiraron de Kreminna, la proporción de territorios ocupados es del 80%. La línea de defensa va desde Rubizhne hasta Popasna", indicó.