Incertidumbre
Desde el estadillo de octubre de 2019, Chile no ha parado de presentar cambios sociales, tanto en la forma como en el fondo. Esto se ve reflejado en las nuevas formas de hacer política, las nuevas coaliciones o liderazgos electorales y en la idea de fondo de cómo construir un país a corto y mediano plazo, además del proceso mediante el cual se escribe un proyecto de una nueva Carta Magna, al que algunos convencionales aluden como la primera vez que en Chile se escribe una Constitución democrática redactada a través de una asamblea representativa.Sin embargo, las potentes expectativas puestas en el proceso constituyente se han ido diluyendo en el transcurso del tiempo y quedan muy pocos meses para conocer el texto final del proyecto de nueva Constitución. ¿Hasta dónde están los chilenos y chilenas dispuestos a ver que la política partidista irrumpe en la Convención y esta se va alejando de las consignas de igualdad, equidad y justicia social? Eso no está tan claro en estos días.
Vemos una forma de anarcocuriosidad en temas que para algunos son importantes, pero a la larga no tienen fundamento y se van diluyendo en las votaciones al no conseguir los dos tercios. Este fenómeno ha hecho que la gente vaya perdiendo el fervor por una nueva Constitución para Chile. Más que certezas, origina incertidumbre a la opinión pública.
No desperdiciemos esta oportunidad histórica por no llegar a acuerdos transversales. Si fracasamos, seguiremos en un país en que, como lo decía Nicanor Parra, "la izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas".
Hugo Covarrubias Académico Trabajo Social UCEN
Proceso constitucional
La última vez que en Chile se escribió una Constitución fue hace más de 40 años, por un grupo determinado de personas, sin transmisión al público y sin oposición. ¿Qué ideal es crear una Carta Fundamental en esas circunstancias? Con los años nos hemos dado cuenta que tal Constitución no fue una norma digna de imitar, todo lo contrario, estaba tan lejos de la perfección tal como sus redactores. De todo esto solo nos hemos percatado con el pasar de las décadas.
¿Cómo será la Constitución creada por múltiples representantes de la ciudadanía? Se hace en un Chile del siglo XXI, con live streaming todo el día, y si es necesario, de madrugada, en todas las plataformas, con la absoluta posibilidad de ejercer oposición presencial, sin consecuencias políticas o personales.Algunos ven el proceso como algo desordenado y poco formal, unos pocos lo critican con una verdad doctrinal y otros tantos mienten descaradamente. Por mi parte, lo veo como un fenómeno histórico admirable y sin precedentes.
No importando si será aprobado o rechazado, este proyecto será el resultado de un ejercicio humano mucho más digno que el anterior.
Carlos Muñoz Lecerf
Campaña del terror
Jaime Bassa sostuvo en Tolerancia Cero que "si gana el Rechazo, seguirá vigente la Constitución del 80", cuestión que no es cierta, y él, como constitucionalista, debería saberlo, ya que la Constitución vigente es la promulgada por Ricardo Lagos en 2005.
En la misma frase precisó que "la cuestión constitucional seguirá abierta", lo que también es erróneo, debido a que el Rechazo es una postura legítima en contra de la propuesta de nueva Constitución, es decir, una postura a favor de la Constitución de 2005, sin negar que exista una esperanza de reforma mejor pensada posteriormente.
Y, por último, sostiene que "vamos a tener una crisis política y social importante" si gana el Rechazo. Esto no es sino una advertencia a los ciudadanos de que si no votan Apruebo, nuevamente se acabará Chile.
¿No es todo esto, acaso, una campaña del terror?
Juan Francisco Reyes Santibáñez Fundación Para el Progreso
Comportamientos
Se le atribuye a Albert Einstein que dijo que hacer una y otra vez lo mismo y esperar resultados distintos es un signo de locura. Podría parecer exagerado, pero cuando miro con distancia, es decir, más allá de mis creencias y postura política, los comportamientos de nuestros políticos, tanto en el gobierno de Sebastián Piñera como ahora en el de Gabriel Boric; cuando observo, también con distancia, el comportamiento de los integrantes de la Convención Constitucional; cuando miro a nuestra sociedad, de la cual soy parte, encuentro en muchos ciertos patrones de conducta repetidos. Una lógica de izquierda-derecha; oposición-gobierno; yo tengo razón-tú estás equivocado. Cuando esos comportamientos se repiten una y otra vez, es evidente que no podremos esperar resultados distintos que beneficien a nuestro país. ¿Habrá alguien tan comprometido con el bien común y con un propósito benéfico para todos que esté dispuesto a hacer algo diferente y producir, consecuentemente, resultados distintos? Sería el primer síntoma de que comenzamos a salir de aquel estado de "locura" colectiva al que hemos llegado.
Pablo Fuenzalida Fundador de consultora laboral Dinámicas Humanas