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Cambio de paradigma en la educación

"Las metodologías y nuevas tecnologías implican tener una mirada didáctica diferente, ser críticos como docentes y entender la tecnología como un apoyo". Marisol Hernández, Académica Universidad Autónoma de Chile
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Fruto de la pandemia y el avance tecnológico, las instituciones educativas han tenido que asumir una acción no sólo instructiva, sino integral, propia de un mundo altamente digitalizado e interconectado. La mera instrucción se queda corta e invita al desafío de asumir la responsabilidad de preparar a los futuros ciudadanos en un contexto de incertidumbre y cambio constante.

La transformación digital que han tenido que enfrentar las instituciones educativas golpeó no sólo a lo administrativo, sino también a cada uno de los actores respecto de la forma de enseñar y aprender. Entender que la educación a distancia no se refiere a una clase por Zoom es lo que nos hizo innovar a tiempo a través de la generación de itinerarios flexibles, plantillas instruccionales para los docentes, permitiendo impartir en igualdad de oportunidades el proceso de enseñanza aprendizaje. También acompañándolo de instructivos metodológicos y de cómo usar la plataforma, además de crear canales de comunicación para dar una pronta respuesta a inquietudes mediante tutoriales tanto para los estudiantes como para los docentes.

Las adaptaciones pedagógicas son fundamentales y los modelos tradicionales de enseñanza deberán trasladarse a entornos de aprendizaje a distancia donde ambos modelos coexistan de forma válida e integradora. Es por eso que, incluso previo a la pandemia, ya estábamos capacitándonos para levantar nuestro campus digital con herramientas útiles y adaptables a cualquier dispositivo tecnológico.

Las metodologías y nuevas tecnologías en pedagogía implican tener una mirada didáctica diferente, ser críticos como docentes y entender a la tecnología como un apoyo, un medio -más que un fin- que nos permita replantear cómo reinventar la labor de enseñanza.

¿Cómo abordamos ese cambio de paradigma? ¿Cómo mejorar los procesos? ¿Cómo conseguir un equilibrio entre lo presencial y lo virtual? Brindar flexibilidad a los estudiantes en base a sus requerimientos y necesidades, permitiéndoles elegir el modelo que más se acomode a su ritmo de vida. Pero, también es necesario contar con una infraestructura tecnológica adecuada: laboratorios digitales, herramientas didácticas, plataformas en plenas condiciones y optimización de tiempos de estudio. La invitación más importante acá es para el docente a adaptar sus prácticas y ser creativos, innovar apropiando las tecnologías y permitiendo la coexistencia entre la educación formal e informal para captar su atención de los estudiantes, manteniéndolos comprometidos y autogestionados para que sean parte activa de su formación.

El diálogo antes que la violencia

Llegar a tiempo, entregar soluciones viables y resolver lo urgente es el camino para contener la ira por problemas no resueltos. En la actualidad todos apuestan al diálogo constructivo y a los consensos y, por supuesto, a llegar a tiempo, a la celeridad en los temas urgentes para impedir hechos violentos.
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Que la violencia no construye eso es sabido por todos. Que las demandas sin violencia no son oídas puede ser parte de un anecdotario específico pero bajo ningún punto de vista debe ser tomada como la fórmula para la resolución de los conflictos, porque el daño siempre afecta en mayor grado a los más necesitados y vulnerables.

Sin entrar en comparaciones, ni mucho menos equiparar los contextos de los distintos conflictos sociales en nuestro país, es innegable que la violencia se va abriendo espacios para visibilizar las demandas.

Ataques incendiarios, destrucción del mobiliario público y privado, ataques a las fuerzas de orden y otros pueden entenderse como fruto de la molestia, del olvido o del desinterés de las autoridades por resolver situaciones de antigua data, como ocurrió en el estallido de 2019. Allí la desigualdad en nuestro país y la falta de empatía de las autoridades desembocaron en marchas, pero también en actos violentos e incluso delictivos que se amparaban en décadas de desprecio y de inacción por entregar soluciones que cubríamos bajo un manto surrealista de Jaguares de Sudamérica y de estar muy cerca de los países desarrollados. Lo que realmente nunca existió y ello quedó al descubierto con manifestaciones de descontento ciudadano que se movilizó con ira por todo el país.

Hubo destrucción y hechos que lamentar y quedó instalada la sensación que esa era la vía para ser escuchados ante los oídos sordos de las autoridades.

Este tipo de situaciones no las erradicaremos a menos que haya respuesta pronta a las demandas y conflictos existentes. Que haya un real compromiso de avanzar en soluciones, con una mirada realista y sin prometer algo que no se podrá hacer en lo inmediato. Siempre será mejor hablar con la verdad y no crear falsas expectativas y demostrar con hechos la intención de solucionar lo presentado.

Fue el mismo Presidente Gabriel Boric quien reivindicó la libertad de manifestación siempre que sea pacífica. "La violencia no es el camino, quién crea que a través de la violencia puede lograr avanzar en sus reivindicaciones, está equivocado y le hace un daño a su causa", dijo.

Por ello en la actualidad todos apuestan al diálogo constructivo y a los consensos y, por supuesto, a llegar a tiempo, a la celeridad en los temas urgentes para impedir que se genere un caldo de cultivo para la rabia, la ira y la violencia desatada.

Unidad, verdad, bien y belleza

"El aprendizaje a través de la unidad, la verdad, la belleza y la bondad son caminos potentes para el conocimiento. Aprender a partir del constitutivo esencial". Manuel Dannemann Correa, Magister en Educación Positiva
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¿Se puede hablar de objetivos formativos esenciales en la educación? La filosofía tradicional reconoce cuatro propiedades trascendentales, los llamados trascendentales del ser. Se trata de aquello que es predicable al ser en cuanto tal, a todo ser: unum, verum, bonum et bellus (unidad, verdad, bondad y belleza). Para el aprendizaje resulta indispensable identificar, conocer y apreciar la unidad, la verdad, la bondad y la belleza. Entonces se podría decir que la valorización y enfoque de los trascendentales constituyen caminos formativos esenciales. Y la educación es el ambiente adecuado para formar en el ejercicio de la apreciación de todos ellos, en el proceso de aprendizaje académico y educativo.

La unidad da cuenta de la entidad de algo, su constitutivo esencial, ser indiviso, unitario. Si algo puede ser conocido es porque tiene una integridad de partes, material e inmaterial, es uno. La verdad es objeto de la inteligencia, que busca comprender la realidad en cuanto inteligible, comprensible. La bondad es aquello que la voluntad, la capacidad volitiva, busca en tanto bueno, que atrae y moviliza. Se trata del mismo ser de las cosas en cuanto apetecible por la voluntad. Y la belleza es la armonía que da razón de un conjunto ordenado. Santo Tomás de Aquino define lo bello como aquello que al contemplarlo agrada. El oído y la vista recogen la belleza, porque son los sentidos que se relacionan con lo bello por ser los más cognoscitivos en este ámbito.

El aprendizaje a través de la unidad, la verdad, la belleza y la bondad son caminos potentes para el conocimiento. Aprender a partir del constitutivo esencial. Desde la inteligencia, la verdad hace que el aprendizaje sea significativo, más allá de la mera ejercitación y la memoria, de una actividad rutinaria. Desde la voluntad, lo inteligible se hace apetecible, en cuanto mueve a su consecución. Desde la belleza, aquello conocido y querido se hace admirable, posible de contemplar. Entonces, lo aprehendido se transforma finalmente en el conocimiento de aquello que cobra sentido, en unidad, verdad, bondad y belleza. Todos logramos un mayor y mejor aprendizaje cuando captamos el constitutivo interno, su inteligibilidad, bondad y armonía. Lo que finalmente resulta motivador y atractivo.

Orientar el trabajo escolar y universitario, a partir de los trascendentales, junto a otras dimensiones, permite desarrollar conocimientos, intereses, hábitos y capacidad contemplativa. Habilidades como la crítica, la imaginación, la reflexión, la creatividad y la empatía. Quien aprende así debiera conectar con aquello que da sentido y trascendencia a la vida. Un ejercicio profundo. ¡ Cómo no querer que nuestros hijos y alumnos cuenten con estas herramientas !. Sobre todo para ponerlas al servicio de los demás, colaborando con el desarrollo de la sociedad. No es fácil. Nadie dijo que lo es. Ahí está el desafío.