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Con bombardeo aéreo, Rusia inicia asalto final a la acería de Mariúpol

DÍA 70 DE LA GUERRA. Las tropas rusas esperan conquistar la planta de Azovstal el 9 de mayo, Día de la Victoria sobre la Alemania nazi que celebra Moscú. Ayer finalizó la primera parte del rescate de 101 personas de la siderúrgica, pero habría 11 buses perdidos.
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Con bombardeo aéreo y artillería las tropas rusas iniciaron ayer el asalto final a la planta siderúrgica Azovstal, en la ciudad portuaria de Mariúpol, luego de la primera parte de la operación de evacuación de 101 civiles ucranianos que se encontraban guarecidos en los búnkeres del recinto. La conquista de la acería parece ser el gran objetivo de Moscú en Ucrania de cara la celebración en Rusia del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, el próximo 9 de mayo.

"Durante toda la noche nos bombardearon desde el aire, murieron dos civiles, mujeres, y ahora se está produciendo el asalto a Azovstal", afirmó a media tarde de ayer el subcomandante del Regimiento Azov Svyatoslav Palamar, en declaraciones al diario "Ukrainska Pravda".

La planta siderúrgica, cercada desde hace varias semanas por la fuerzas del Ejército ruso y las milicias de la autoproclamada República Popular de Donetsk, se ha convertido en un foco de resistencia, que llevó en su momento al presidente ruso, Vladimir Putin, a desistir de su asalto para evitar bajas propias.

Según el ministerio de Defensa de Rusia, sus tropas tuvieron que entrar en acción ayer debido a que los efectivos ucranianos aprovecharon la tregua por la evacuación de civiles para ocupar posiciones de combate.

Cabe señalar que además de civiles y soldados heridos, en la siderúrgica sigue combatiendo el denominado batallón de Azov, que defiende el último reducto de la ciudad ocupada, en el contexto de una invasión que hoy cumple 70 días.

Evacuación

En cuanto a la evacuación, la ONU confirmó ayer que sólo 101 personas, incluidas mujeres, niños y ancianos, habían podido ser rescatadas de Azovstal con éxito, además de 58 civiles que se encontraban en el distrito de Manhush, en las afueras de Mariúpol, la mayoría de los cuales llegó a zona segura en Zaporiyia.

De los civiles que se encontraban en la planta, 69 optaron por desplazarse hasta esta última ciudad y el resto decidió quedarse en la asediada Mariúpol para buscar a sus familiares.

El viaje fue extremadamente complicado y estuvo lleno de riesgos: durante el camino se encontraron minas, municiones sin explotar y ataques de mortero. "No tengo ni idea de dónde venían", explicó Sebastian Rhodes, de Naciones Unidas, al ser consultado sobre si los ataques eran rusos.

Aunque la operación comenzó oficialmente el viernes, no fue hasta el lunes por la tarde cuando los evacuados salieron de Mariúpol. Durmieron en el camino y llegaron a Zaporiyia pasadas las cuatro de la tarde. Es decir, tardaron más de 24 horas en recorrer los 220 kilómetros que unen las dos ciudades y que en condiciones normales se realizan en tres horas.

Incluso tuvieron que cambiar el trayecto. "Fue una operación extremadamente complicada", aseguró sobre el terreno una vocera de la ONU.

Los primeros civiles en llegar en el convoy a Zaporiyia, escoltados por Naciones Unidas y Cruz Roja, y que habían permanecido dos meses en Azovstal, fueron recibidos por técnicos municipales que comprobaron sus identidades para luego trasladarlos a las carpas instaladas en el centro de recepción de refugiados.

No obstante, el alcalde de Mariúpol, Vadym Boichenko, en declaraciones a la televisión local, informó que solamente tres de los 14 autobuses que salieron con residentes de la asediada ciudad en el sur de Ucrania habían llegado a territorio controlado por el Ejército ucraniano. En su opinión, "11 autobuses desaparecieron en algún lugar. Se suponía que debían moverse hacia Zaporiyia, en la zona controlada por nuestro Estado, pero se perdieron en algún lugar".