Romyna Silva Ossandón
"No es que vuelva. Es que nunca me he ido", es lo que responde el exsenador de Renovación Nacional por Antofagasta, Carlos Cantero, cuando se le pregunta si participará nuevamente de la política activa. Luego de una larga carrera en las instituciones del gobierno, con la publicación de su nuevo libro "Chile: Crónicas de un fracasado anunciado", nos demuestra que sigue inmerso en la contingencia nacional y está dispuesto a contribuir por un futuro mejor para Chile, a pesar de que dice trataron de silenciarlo en el pasado.
A poco más de un mes de la llegada del nuevo gobierno, ¿considera justa la baja en la aprobación a la gestión?
-Más allá si la baja es justa o no. En mi opinión, las expectativas que se le generó a la gente en la campaña fueron muy altas y la capacidad de respuesta ha sido lenta y confusa. Se aprecia un gobierno con problemas de instalación, un equipo bastante inexperto, con poca seguridad sobre lo que debe hacer. Por otro lado, el destino de la Convención Constituyente está íntimamente asociada al Gobierno y lo que allí se observa, hasta ahora deja mucho que desear. Se debe agregar que la economía está en un proceso inflacionario muy complejo, lo que está golpeando duramente a los sectores más pobres y a la clase media.
¿Qué opina sobre el proceso constituyente y las críticas que se han instalado sobre el trabajo que se está llevando adelante?
-No se está construyendo una constitución unitaria. Se observa revanchismo, sectarismo, grupos que promueven intereses específicos perdiendo de vista el interés del país. No parece haber un compromiso con la estabilidad, el mutuo respeto. Hay sectores de la izquierda radical que son fieles al "Avanzar sin transar". Ese no es un camino que termine bien.
La derecha ha tenido escaso o nulo protagonismo por lo mismo. Hay un hecho claro, indesmentible e inmutable: el 80% de la ciudadanía se declaró a favor del cambio de la constitución. En consecuencia, ese hecho está despejado. Nadie puede pretender desentenderse de ese mandato. La constitución se cambiará de todas maneras.
¿Cuáles cree que puedan ser las alternativas si llegase a ganar la opción rechazo?
-Se debe optar por un camino de entre diversas opciones. Una de ellas es que, se retorna el pleno poder constituyente al Congreso Nacional, el que deberá hacer un nuevo texto y presentarlo al país. Otra alternativa es establecer una tercera opción en el plebiscito de salida, para el cual hay muchas variantes. Me parece que esto es lo más lógico y viable. Establecer a la opción "apruebo o rechazo", la tercera alternativa que asegure la inmediata implementación de una tercera opción que garantice la voluntad ciudadana de cambio constitucional. Me gustaría que se incluyera esa tercera opción.
¿Cómo proyecta el futuro de la derecha chilena tras haber perdido en las elecciones presidenciales?
-La derecha chilena está muy dañada, ha quedado afectada su credibilidad. Su élite estuvo muy vinculada al poder económico y eso le resta legitimidad frente a la ciudadanía. Además, está muy fraccionada. Se requiere construir unidad, asumir un nuevo proyecto político que explicite un nuevo pacto social. La derecha es buena generando riqueza, pero debe comprometerse en una mejor redistribución. Necesita entender que se debe construir capital social, en las escuelas, los hospitales, la seguridad ciudadana, los barrios, el deporte, las artes y la cultura. Le he llamado la derecha social, aunque ya poco se cree en las izquierdas y derechas. Pero, permite identificar un sector. En todo caso lo esencial es que, se requiere mayor transversalidad política, social, cultural, espiritual, territorial, para que cada cual impulse el desarrollo con sus énfasis y particularidades. El país es muy diverso y requiere dar cauce a esa diversidad.
¿Alguna crítica al rol del expresidente Piñera en la caída del sector?
-El gobierno del Presidente Piñera fue una tragedia de equivocaciones y desaciertos que terminaron en el estallido. No se supo leer la sociedad. No se entendió el proceso de cambios. Hubo soberbia al no escuchar, por el contrario, se trató de silenciar a aquellos que alzamos la voz. No entendieron los llamados privados, ni públicos y eso fue determinante en el colapso de su gobierno, de la democracia chilena y de la estabilidad del país. Pero, dejo eso hasta aquí, ya que de eso hablo en mi reciente libro "Chile: Crónicas de un fracaso anunciado". En lo personal desilusionado, por el fracaso del sector, por la permisividad de la élite y defraudado de la amistad que le brindé a Sebastián Piñera y que respondió de muy mala manera.
¿Tiene intenciones de volver a la política activa?
-¡De la política nunca me he ido! Estoy haciendo política desde las ideas, en otros espacios y usando mucho las redes de la sociedad digital. Ahora hay un mejor ambiente para las ideas que he promovido. El tiempo que es el mejor juez me dio la razón frente a una derecha más dura y excesivamente comprometida con el poder del dinero. Allí está la cruda realidad. Sigo promoviendo en la política el sentido social, ciudadano, democrático, republicano, solidario, la ética y la valoración del mérito. Quiero políticas públicas para la adaptabilidad a la sociedad digital que integre a las personas, organizaciones, empresas, órganos del Estado y los territorios.
"Establecer a la opción "apruebo o rechazo", la tercera alternativa que asegure la inmediata implementación de una tercera opción que garantice la voluntad ciudadana de cambio constitucional. Me gustaría que se incluyera esa tercera opción".