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Centro oncológico para Calama

"Desde sus inicios, los cristianos evangélicos del Loa han apoyado las demandas del Movimiento Ciudadano" "Pudimos regresar y volver a vivir y recordar con mucha emoción, toda nuestra vida pasada".
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Una demanda ciudadana actual y pertinente, es la creación de un Centro de Atención Oncológica para nuestra ciudad; y se muestra como una necesidad inmediata, dada la cifra de diversas enfermedades cancerígenas que sufre nuestra población y que refrendan las estadísticas. En la Palabra de Dios hallamos múltiples ejemplos de atender lo urgente, por sobre lo importante. Nuestro Señor Jesucristo lo practico también.

El ejemplo que mencionare está en el Evangelio de San Juan, capitulo 12: 20-26. La Biblia cuenta que unos días antes de sufrir la muerte en la cruz, nuestro Señor fue visitado por unos griegos piadosos. Para mi Señor esto fue señal de Dios para decir: la hora ha llegado. Quisiera que pensáramos y diferenciáramos entre lo urgente y lo importante.

Urgente, para mi Señor, era ir a la cruz para poder dar su vida en rescate de todos y así poder salvar a toda la humanidad. Importante era ir a Grecia u otros países, para seguir anunciando su Evangelio. Nuestro buen Señor realizo lo primero y dejo a sus seguidores lo segundo, esto es: Ir y predicar el Evangelio a todo el mundo. Lo cual sus discípulos cumplieron fielmente, hasta hoy.

En lo que concierne a nuestra ciudad y su anhelo de este Centro Oncológico, creo que su demanda es urgente y se debe atender. Importante es mejorar el sistema de salud a nivel país. Calama necesita urgentemente este Centro Oncológico. Nuestra población no puede seguir esperando. Así como vemos en las Escrituras que siempre se atendió la urgencia, debemos también atender esta urgencia ciudadana que tan claramente se demanda. Una vez más, los integrantes del Movimiento Ciudadano, se ponen a la cabeza de demandas sentidas por nuestra población.

Y este Movimiento Ciudadano incluye también a las Iglesias cristianas de la ciudad, mayoritariamente a la Iglesia Católica y la Iglesia Evangélica representada por la Fraternidad de Pastores del Loa.

Desde sus inicios, los cristianos evangélicos del Loa han apoyado las demandas del Movimiento Ciudadano y recuerdo pastores como el Obispo Guillermo Vera y el pastor Israel Pinto, quienes fueron figuras claves en los inicios del Movimiento. La herencia que nos dejaron es: ser voz de aquellos que sufren y esperan mejoras en su calidad de vida.

Quizás por ello, cuando se hacían las marchas multitudinarias del Movimiento, nunca hubo destrozos, ni vándalos que empañaran las demandas ciudadanas, ya que muchos creyentes marchamos, reclamando nuestro derechos con firmeza y con valor, pero sin pasar a atropellar los derechos de los demás.

El Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siempre impregnó las demandas ciudadanas. Así que hoy, otra vez decimos fuerte y claro: Calama necesita este Centro de Atención Oncológica y ojala pronto lo veamos hecho realidad. Oramos por ello.


Caminar nuevamente por mi Chuqui querido

Fue un regalo para los que nacimos, crecimos, estudiamos, trabajamos allí. Igual para los que vinieron y se quedaron y los que llegan a la región deseando conocer nuestra historia. Al celebrar 107 de aniversario, pudimos regresar y volver a vivir y recordar con mucha emoción, toda nuestra vida pasada. Pudimos visitar exposiciones preparadas con mucho esmero por las agrupaciones, apoyados por Codelco con posters, juegos, autos, maquinarias en escalas del Sr. Legua, útiles de oficinas, casas, libros, fotos, en: el Club Chuqui, Escuela San José, Librería Chilex, teatro Variedades.

La Corporación de Cultura y Turismo de Calama, y la conservación de la Cultura Chuquicamatina presentaron en el Ichnac poemas y la réplica del Hombre de Cobre, encontrado más de un siglo atrás, en la mina Restauradora.

Fue grandioso poder volver a pisar los caminos de tierra que recorrimos tantas veces, reconocer los lugares que teníamos en la mente como: las escuelas, la Iglesia, el comercio, los cines, teatros. Y escuchar pasar a los bailes caporales frente a la plaza, y las bandas militares y jugar a la lota, escuchando los conjuntos de artistas con cuecas, tangos, danzas contemporáneas. Al subir las calles empinadas, para el acto oficial, el domingo fuimos recibidos por los remolinos de viento y tierra que nos saludaron como antes.

Frente a la plaza se realizó el desfile cívico militar donde se izó la bandera cantada con el himno nacional. Se recibieron los saludos: de la autoridad municipal de Calama y de Codelco; donde el Sr. Varas reconoció la participación de las instituciones que luchan, para que el campamento de la ex mina de rajo abierto de cobre más grande del mundo: sea patrimonio y se visite. Siguió el desfile militar y de Carabineros; encabezados por los ex alumnos de la Escuela Industrial San José, escolares, Colegio Chuquicamata, agrupaciones de Hijos y Amigos de Chuquicamata, Apaach, familia Zavala, Escuela 22, Agrupación Literaria Libre Manifiesto, y otros.

En Calama el 17 de mayo a 19 horas en el Sindicato N°2 Apaach con Ricardo Pérez, presentó el show artístico "Un Canto a los 107 años". No olvidemos el 18 la solemne misa en la Iglesia El Salvador que hace poco cumplió 100 años fue oficiada por el padre Olivé, pastor de Chuqui. El Concurso de Vivencias, historias, de Chuqui fue un gran éxito donde participamos muchos chuquicamatinos.

Jesús Aranda,

Pastor Evangélico

Nancy Monterrey

Escritora chuquicamatina

Más seguridad en nuestras vías

Los accidentes en avenida Salvador Allende y en otros sectores requieren de una solución eficaz e integral. Lo que ocurre en Salvador Allende es una tónica que se repite en la Región donde hay accidentes principalmente por fallas humanas o por irresponsabilidades. Entonces el compromiso es elevar los estándares de seguridad.
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Lo de avenida Salvador Allende en Antofagasta pareciera no tener explicaciones, incluso cae en el rango de lo increíble. Es que no se logra comprender que por años se esté tratando de evitar accidentes generados por el ingreso de camiones de alto tonelaje que pierden el control y arrasan con vehículos menores en una loca carrera tras su ingreso a la ciudad.

Son años de anuncios, de medidas y de coordinaciones entre las autoridades para atacar un problema que tiene en vilo a los vecinos del sector y a quienes usan con frecuencia esa vía como trayecto a sus trabajos o a espacios comunitarios.

Lamentablemente todos esos esfuerzos han resultado en vano, porque los accidentes se repiten y todos de una alta gravedad, con heridos y en ocasiones con víctimas fatales. Y las soluciones, que más que nada entran el terreno de las advertencias, no han tenido el efecto esperado.

De otro modo no se entiende que en poco más de 24 horas esa principal avenida haya sido testigo de dos accidentes graves protagonizados por camiones que no respetaron la prohibición de ingresar por ese sector. No se alcanzaba a investigar el primer hecho cuando eran sorprendidos por un segundo, el que gracias al horario en qué ocurrió -pasada las 22 horas- no tuvo mayores consecuencias.

Ambos accidentes se dan en un marco de una clara irresponsabilidad y falta de respeto por las señalizaciones viales. La SIAT en su informe afirma que faltan señales, especialmente nocturnas, y es correcto. No obstante, si no hay colaboración de los conductores es poco lo que se puede hacer y el peligro siempre estará vigente a menos que se fiscalice uno a uno el ingreso norte a la ciudad, como se hará a partir del lunes.

Y lo que ocurre en Salvador Allende es una tónica que se repite en las rutas de la Región donde hay accidentes principalmente por fallas humanas o por irresponsabilidades.

Entonces el compromiso es elevar los estándares de seguridad en nuestras rutas, algo que vivirá un gran salto cuando se termine la doble vía Carmen Alto Calama la que deberá cumplir con nuevos estudios en los que se detecte puntos conflictivos y se eleve la seguridad y la fiscalización. Y así en otras carreteras que conocemos son peligrosas también debieran tratarse con el mismo grado de preocupación.

Mejor señalización, más advertencias y sobre todo fiscalización para exigir que haya un respeto a las normas y a la vida de quienes habitamos y recorremos nuestras rutas.