
El peligro de los virus respiratorios
Los menores de edad son los más afectados por la irrupción de las enfermedades estacionales y que estaban latentes debido a los masivos contagios de covid-19. Queda una arista por profundizar y de ella deberán hacerse cargo las instituciones sostenedoras y tiene relación con las condiciones de los establecimientos para atender los alumnos.
Los ministerios de Salud y Educación concluyeron que una medida para prevenir contagios respiratorios en niños, niñas y adolescentes era adelantar y extender el período de vacaciones de invierno. Se anticipa para fin de mes el inicio y la duración será tres en vez de las dos semanas consideradas en el programa de año escolar.
La determinación viene apoyada en el aumento de contagios de virus respiratorios que se registra a nivel nacional. Situación que se repite en la región y que tiene al 80% de las camas críticas de los recintos asistenciales con pacientes pediátricos.
La mayor movilidad luego de los confinamientos en pandemia, la mayor circulación de los males estacionales y debilitamiento en los sistemas inmunes ha provocado este explosivo aumento que intenta ser combatido con menos exposición de los niños a los virus en las escuelas y espacios de mayor concentración de personas.
Una medida de urgencia y que se explica en que durante las semanas más frías y de mayor contagio, este rango etario esté menos expuesto a la circulación viral.
Según las autoridades, los virus estacionales estaban relegados debido a las medidas covid y al autocuidado, pero volvieron a tomar fuerza tras el levantamiento de las cuarentenas y al relajo en medidas como uso de mascarilla, lavado frecuente de manos y el uso del alcohol gel.
No todos han respaldado la decisión de los ministerios y consideran que si existía preocupación por la alta ocupación de camas críticas lo que se debió hacer fue ampliar esa cobertura y reforzar la campaña de invierno. No cerrar los colegios.
No obstante, hay quienes apoyan lo decidido porque se hace en un momento de congestión en las salas especializadas y este tipo de medidas ayudará a la descongestión de los hospitales y a enfrentar la actual situación con menos opciones de colapsar.
Queda una arista por profundizar de la que deberán hacerse cargo las instituciones sostenedoras y tiene relación con las condiciones de los establecimientos para atender los alumnos.
Tal vez allí podría encontrarse una solución y evitar los continuos cierres de establecimientos que perjudican el aprendizaje de los estudiante.
Floreal Recabarren entre amigos
"Todo ello llevó a que la política perdiera su capacidad de interpretar y canalizar las demandas populares".
Luego del estallido social y del plebiscito de entrada, la próxima cita con las urnas no es un detalle en la política chilena, sino que representa un momento de decisión sobre dos modelos diferentes de sociedad, lo que en Ciencia política se denomina "clivajes": líneas de fractura o coyunturas críticas que separan a los votantes en distintos bloques que pueden originar nuevos partidos o conformar un sistema distinto al existente.
En Chile, durante los siglos XIX y XX los conflictos principales fueron entre la Iglesia y el Estado (Estado laico), de clases urbano (trabajadores y empresarios) y de clases rural (reforma agraria), las que se desarrollaron de manera estable dentro de un espacio electoral dividido en tres tercios (derecha, centro e izquierda), hasta el golpe de Estado.
Tras el regreso a la democracia, los enclaves autoritarios impuestos por la dictadura forzaron un empate permanente que permitió solo reformas consensuadas con la derecha, lo cual facilitó la persistencia de lo sustancial del modelo establecido en la Constitución de 1980. Aquello impidió la tendencia al crecimiento de la izquierda que se había manifestado en la política chilena hasta 1973, aunque las diferencias ideológicas se atenuaron y el clivaje autoritarismo/anti-autoritarismo ocupó el centro del escenario político.
Al amparo de un neoliberalismo atenuado, continuó la despolitización y los jóvenes no se incorporaron masivamente al padrón electoral. Todo ello llevó a que la política perdiera su capacidad de interpretar y canalizar las demandas populares, hasta que se abrió una nueva coyuntura crítica en el año 2019, que derivó en la redacción de un marco constitucional radicalmente diverso al que nos rige desde hace 42 años. Por esta razón, el apruebo y el rechazo son las dos orillas de una nueva línea de fractura, caracterizada por la contradicción Estado subsidiario/Estado social y democrático de derecho; aunque podríamos agregar, no obstante, la presencia de matices que no alteran las divisiones de fondo entre dos paradigmas que dividen a nuestra sociedad y que deberá ser resuelto el próximo 4 de septiembre.