"La actual administración ha gestionado solo cuatro expulsiones de extranjeros"
"El descontrol en el Norte va a ser gigante", advirtió recientemente Álvaro Bellolio (36), ex director del Departamento de Extranjería y Migración (DEM), sobre el riesgo que enfrentaría esta zona del país debido a las que califica como falta de políticas migratorias adecuadas por parte de las autoridades de Gobierno para enfrentar la contingencia migratoria.
Bellolio, quien bajo la administración del expresidente Sebastián Piñera enfrentó el proceso extraordinario de regularización migratoria y ha valorado el "rol social" de las expulsiones de extranjeros, en diálogo con El Mercurio de Antofagasta evalúa de manera crítica el manejo de la crisis migratoria por parte del actual Gobierno.
Usted ha proyectado un eventual descontrol en el norte del país debido a las "señales" que brindaría el actual Gobierno en temas migratorios ¿Por qué proyecta este riesgo?
-Hay varias señales que ha dado el gobierno que avanzan en esa teoría. La primera es la falta de herramientas por parte de la administración a Carabineros y Fuerzas Armadas, de manera que, como comenta el mismo alcalde de Colchane y es repetido por los alcaldes del norte, que el flujo migratorio clandestino se está incrementando, de la mano de mejores condiciones de salud por la disminución de los efectos de la pandemia, la reapertura de fronteras, las señales de "perdonazos" y las faltas de expulsiones a quien ingresa clandestinamente, de manera que no hay sanción. Esto va de la mano con el fácil acceso a trabajos informales y sin necesidad de permisos de trabajo para extranjeros, ni siquiera revisiones de antecedentes, donde un reportaje mostraba que miembros de la banda delictual "Tren de Aragua" conseguían contratos y trabajo con aplicaciones de reparto, con lo que regularizaban su estadía en Chile.
Es decir, en una lógica donde no hay sanción por ingresar clandestinamente, no hay herramientas para el control fronterizo al desechar las reconducciones, se genera la expectativa de perdonazos y subsidios en materias de vivienda, junto con un fácil acceso a ingresos a través de trabajos informales o comercio ambulante, son la receta perfecta para un incremento descontrolado de la migración a través de Bolivia al norte y centro de nuestro país.
El actual director del Servicio Nacional de Migraciones, Luis Eduardo Thayer, ha planteado que el Gobierno ha mantenido los procesos de expulsiones: 316 en los últimos dos meses y 427 en el año ¿Cómo evalúa la implementación de estos procedimientos?
-El análisis que realiza el actual gobierno es muy extraño, porque suma el vuelo de expulsados y las expulsiones de marzo realizadas por el gobierno del Presidente Piñera como propios, y el nuevo director asumió en abril. En ese sentido, es mucho más razonable contar desde esa fecha, donde en el mes de abril se registran 88 expulsiones, 2 administrativas (ingreso clandestino) de ciudadanos dominicanos que salieron por sus propias gestiones, y 86 judiciales, es decir ordenadas por el Poder Judicial, donde 70 son ciudadanos bolivianos que se van en bus, 12 de peruanos también expulsados por tierra, y solo 4 por avión, 2 ciudadanos colombianos, un venezolano y un dominicano.
Es decir, la nueva administración ha gestionado, teniendo 6 aviones completos ya financiados con presupuesto 2021, que solo 4 extranjeros salgan expulsados en aviones, obligados por los tribunales. Esto plantea dos opciones; (1) no tienen capacidad para gestionar expulsiones, porque es incomprensible que con el nivel de ingresos clandestinos y los delitos en el Norte Grande solo exista 1 ciudadano venezolano disponible para expulsar; o (2) hay una decisión ideológica en que no quieren expulsar a quien ingresa clandestinamente y van a reducir las expulsiones judiciales al mínimo.
Es de esperar que le den más seriedad al tema como con la promesa de abril, cuando en una visita al norte prometieron un vuelo para mayo con 160 expulsados, promesa que no se cumplió, se empiece a hacer realidad, porque es algo absolutamente necesario y parece no ser una preocupación para la administración de Boric.
Usted se ha manifestado crítico del manejo de la contingencia migratoria del actual Gobierno, considerando que hay una sobreideoligización que impediría abordar medidas oportunas ¿Cómo se evidenciaría esta posición?
-Por dos razones, la primera tiene que ver con la publicación de una resolución que establece que el procedimiento de reconducción con Bolivia solo es para extranjeros nacionales de ese país, dejando afuera a más de 5 mil extranjeros de nacionalidades venezolanas, colombianas, dominicanas y cubanas al mes, haciendo el procedimiento completamente inutilizable. Cuesta mucho entender que con Perú se realiza el procedimiento con todas las nacionalidades, pero no solo son incapaces de negociar con Bolivia la reconducción, sino que la misma administración se restringe para no expulsar o devolver a ciudadanos venezolanos o colombianos si es que son residentes y cruzan a Chile y entran por Arica y Parinacota, Tarapacá o Antofagasta.
La segunda tiene que ver con las señales que se entregan, han dicho que buscan dar alojamiento a todo extranjero en nuestro país, que quieren ofrecerles contratos laborales, y revisar a través de análisis biométricos procesos para regularizar a quienes están clandestinos en Chile, pero jamás se han pronunciado en temas tan estratégicos si Chile debe recibir a todo extranjero que quiera venirse, o si debe haber alguna sanción a quien ingresa clandestinamente a nuestro país.
En ese sentido, la falta de realidad de sus medidas y propuestas han hecho que el control fronterizo sea prácticamente inexistente, que exista un aumento en la presión y uso de espacios públicos a la espera de los albergues y alojamientos ofrecidos, y que los aviones comprometidos al final sean otra promesa incumplida. Y quienes más enfrentan esta realidad son justamente las comunas y regiones del norte y los sectores más vulnerables del centro del país, quienes están prácticamente abandonados en materia migratoria.
Ha planteado que existe un rol social en las expulsiones. Sin embargo, surgieron innumerables críticas por la eventual arbitrariedad de algunos de estos procedimientos en la administración anterior ¿Cuál sería la contribución de estos procedimientos?
-Gran parte de los críticos de las expulsiones argumentaban que el ingreso clandestino no era razón suficiente para expulsar a alguien del país, lo que fomentó que se incrementara enormemente este tipo de ingreso, y de la mano con una teoría buenista de que el extranjero que comete delito en Chile, no debe ser expulsado ya que la culpa es de la "sociedad", por lo que es responsabilidad de nuestro país reinsertarlo. El gran problema de ambos argumentos es que, por normativa vigente y al igual que en todos los países OECD, un extranjero que ingresa clandestinamente o tiene antecedentes penales no puede tener una visa en Chile, por lo que desarrollar su proyecto de vida es complejo, ya que solo les queda empleos informales o ambulantes.
A su vez, muchos de estos activistas se enfocaban en que el número de extranjeros que comete delito es bajo, cosa que es completamente cierto, pero no comentan sobre la alta connotación social de estos delitos (nivel de violencia) o que el hecho de que un extranjero cometa delito y no sea expulsado termina estigmatizando a los otros extranjeros que vienen a aportar. Desde mi perspectiva, la cantidad de extranjeros con antecedentes penales en Chile debe ser 0, ya que si comenten un delito deben volver a su país de origen u otro país de residencia. Es la mejor forma de desarrollar confianza con los extranjeros residentes en Chile que hacen las cosas bien.
En ese sentido, a los extranjeros con antecedentes penales o que no respetaron las leyes en Chile, permitirles rehacer su proyecto de vida en su país de origen, en libertad, sin necesidad de una visa, o que busquen oportunidades en otros países es lo más razonable y donde tienen mayor probabilidad de éxito en desarrollar sus capacidades. Obligarlos a permanecer en Chile, con abusos y dificultades, solo empeora la relación entre nacionales y extranjeros y son los que viven en el norte y en sectores vulnerables quienes terminan asumiendo las consecuencias.
"El análisis que realiza el actual gobierno es muy extraño, porque suma el vuelo de expulsados y las expulsiones de marzo realizadas por el gobierno del Presidente Piñera como propios".