Constitución con perspectiva de género
"Tendremos la oportunidad de aprobar una constitución que reconoce el derecho a una vida libre de violencia de género". Gabriela Bustos Pereira, Consejo Regional El Loa Colegio de Periodistas
En medio de un panorama preocupante, invadido de Fake News en Redes Sociales, e incluso de borradores de la constitución que están a la venta con errores en las calles, no podemos sino preguntarnos qué cambios temen tanto quienes aún, con una estrategia deshonesta, buscan boicotear el plebiscito. Probablemente el tener al fin una constitución en la que las mujeres estemos presentes de principio a fin, sea uno de ellos.
"No somos un capítulo, ni un puñado de artículos", sostuvo hace unos días la Coordinadora Feminista 8M en sus redes, con la esperanza de ver recogidas demandas históricas a lo largo de todo el borrador. Y es que si hay algo que nos ofrecen estas 170 páginas, es una composición igualitaria, en donde la alegría con que recibimos este proceso que, por primera vez en la historia mundial, instauraba una Convención Constitucional paritaria, se multiplica con la posibilidad de traducir esa característica inédita, en un texto que contiene normas constitucionales con perspectiva de género, y que fue escrito por un órgano democrático en Chile, también por primera vez.
El resultado es un borrador pionero por donde se le mire, pero cuyos avances no son más que la concreción de una lucha que lo gatilló, y que hoy nos tiene a un paso de aprobar una Carta Magna en la que existen cerca de 35 normas que ponen de manifiesto temáticas de género.
El 4 de septiembre tenemos la oportunidad de aprobar aquello que en su conjunto, posibilita una transformación real en la materia. Así lo hace, por ejemplo, al establecer conceptualmente una democracia paritaria, en que el Estado reconozca y promueva una sociedad en que "mujeres, hombres, diversidades y disidencias sexogenéricas, participen en condiciones de igualdad sustantiva, reconociendo que su representación efectiva en el conjunto del proceso democrático, es un principio y condición mínima para el ejercicio pleno y sustantivo de la democracia y la ciudadanía".
Se trata de una constitución que reconoce la desigualdad estructural actual, por lo que incluso en la definición de Estado, establece la paridad como un elemento central, instaurando la igualdad de género en todas sus expresiones, y garantizando el mismo trato y condiciones ante todos los órganos estatales y espacios de organización de la sociedad civil. En concreto, acaba con una marginación histórica y sistemática, e instaura sistemas políticos, democráticos y de justicia paritarios. Eso sumado a la posibilidad de garantizar desde derechos reproductivos y sexuales, hasta derechos genéricos como el trabajo o la vivienda, o el recibir una educción sexual integral y no sexista, y reconocer la diversidad de familias e identidades existentes.
Por último, aunque quizás lo más importante, en menos de dos meses tendremos la oportunidad de aprobar una constitución que reconoce el derecho a una vida libre de violencia de género, estableciendo al Estado como un garante, que deberá adoptar todas las medidas necesarias para erradicarla, "actuando con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar dicha violencia, así como brindar atención, protección y reparación integral a las víctimas". En un voto, ni una menos.