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Desconexión laboral

Con las cuarentenas y el paso acelerado (y obligatorio) al trabajo virtual, muchas personas han experimentado una sensación de rutinización de las actividades. Pablo Fuenzalida, Socio Consultora Laboral Dinámicas Humanas
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A mediados de junio, la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado inició el estudio del proyecto de ley que busca modificar el Código del Trabajo para establecer el derecho a la desconexión digital.

Una iniciativa que pone foco en las fronteras existentes entre el ámbito laboral y el ámbito personal, principalmente perdidas durante la pandemia. Sin embargo, toda norma legal tiene un espíritu que la sostiene y si bien este espíritu se centra en el descanso y el cuidado de los espacios personales y laborales, poco o nada se habla de la importancia de esta desconexión virtual como un medio que dé paso a la conexión interna del ser humano, clave para su bienestar integral.

En tiempos de alta incertidumbre como los que estamos viviendo hoy en día, generados, más allá del contexto social y político, por la aceleración de los descubrimientos y desarrollos de la tecnología, la inteligencia artificial y la biología, entre otras disciplinas, que nos desafían a adaptarnos diariamente, los espacios de conexión interna personal se vuelven una necesidad, más que un deseo.

¿Cómo podemos lograr calma y bienestar en este escenario? Volviendo nuestra mirada hacia adentro.

En el ámbito personal, esto se traduce en la conexión con mi propósito y visión personal de futuro. Los grandes avances en la neurociencia nos han permitido descubrir que nuestro cerebro vive siempre en el presente, es decir, no distingue entre pasado, presente y futuro. Tampoco distingue entre la realidad material y la construcción interna de nuestros pensamientos. Estas dos características son claves para comprender que, simplemente centrado en un propósito que genuinamente me comprometa y me motive, automáticamente estaré generando internamente la sensación de entusiasmo, alegría y una serie de emociones expansivas, sustentadas en neurotransmisores que se generan en nuestro sistema nervioso.

Esto mismo es posible lograrlo en una organización si tenemos claro el propósito que nos mueve: el porqué hacemos lo que hacemos, cómo impactamos la sociedad y nuestro entorno o qué contribución significativa hacemos.

Con el inicio de las cuarentenas en 2020 y el paso acelerado (y obligatorio) al trabajo virtual, muchas personas han experimentado una sensación de rutinización de las actividades. Este es un síntoma claro de la pérdida de conexión con el propósito personal; con el sentido profundo de por qué hacemos lo que hacemos.

Por ello, esta ley es un valioso aporte para brindarnos espacios diferenciados que nos permitan "desconectarnos" para volver a conectarnos. ¡Pero ojo! para que eso ocurra necesitamos comprender el espíritu profundo de la ley. No nos olvidemos de que la ley es solo un aspecto técnico que nos garantiza un espacio diferenciado, pero nada nos dice de qué haremos con este espacio de desconexión digital que se nos brindará. La responsabilidad de aprovechar esta ley es nuestra.

Nuevo Modelo de Desarrollo

"En ese sentido, debe ser la ciencia la que debe estar al servicio de las personas, una frase que se debe condecir no sólo en un sentido figurativo". Rubén Moraga Mamani, Seremi de Ciencia y Tecnología
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El debate hoy es establecer los principios de un nuevo modelo de desarrollo y permear toda la sociedad, en la urgencia de un cambio de paradigma, como lo señala el portugués Boaventura de Sousa Santos, ante un fracaso del espejismo del desarrollo actual, "quizás en lugar de buscar modelos alternativos… ha llegado el momento de crear alternativas al desarrollo mismo… las promesas de la modernidad se han convertido en problemas, para los cuales no hay soluciones modernas".

En materia de ciencia y tecnología para un país como el nuestro, se requiere de más inversión y por igual de la definición de líneas estratégicas que aporten a un nuevo modelo de desarrollo, más allá de un simple modo de producción. Ello, sin duda, requiere del diagnóstico y reconocimiento de los propios requerimientos y recursos disponibles, donde se incluye la atención y robustecimiento de las tareas, entorno a la formación de capital humano en todos los niveles, con una mirada descentralizadora.

Para ello, se requiere la configuración de la gestión estatal de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación, para generar el desarrollo, como una función inherente que impulsa a la sociedad en la búsqueda continua de progreso, como un proceso íntimamente ligado a la construcción día a día de la democracia. Pero si partimos de la base que no hay un estado capaz de lograr que en la sociedad la influencia de la política científica cambie, la composición de los factores económicos, políticos, educativos y culturales que posibilitan su preeminencia, será un estado fallido.

Por ende, al constituir un estado y una democracia para la ciencia, se busca tener una intermediación efectiva en las estructuras, funciones y valores del conjunto social. Es reconocer a la ciencia, como un instrumento de valioso potencial en lo que refiere al mejoramiento de la calidad de vida, desde todas sus aristas, es también legitimar su pertinencia en el concierto social y político, con el objetivo de responder a los desafíos que enfrentamos como sociedad, basada en una cultura de pensamiento crítico, y donde nuestra comunidad científica, desde los territorios como el nuestro, debe comenzar a diseñar alternativas de existencia en el desierto más árido del planeta sobre la urgente necesidad de sobrevivir.

En este sentido, otro punto muy relevante es cómo hacemos ese trabajo desde la academia cómo llegamos a los territorios, vale decir, cómo creamos una manera como sociedad científica en conjunto, de velar por las necesidades de las comunidades, localidad y territorios en general.

En ese sentido, debe ser la ciencia la que debe estar al servicio de las personas, una frase que se debe condecir no sólo en un sentido figurativo, sino literal, siendo los estudios de los/las investigadores/as, lo que estén en enfocados y en concordancia con las problemáticas que padecen las personas, las que se deben resolver, pensando en que esto sea para y por las personas.

Protección de la fauna y sus hábitats

La dismnución de los cámelidos y los daños en la Reserva La Chimba nos llaman a poner más énfasis en el cuidado del medioambiente. La presencia de guardaparques sería una buena medid de protección. Una medida que serviría para educar a la comunidad y para controlar a quienes no están dispuestos a respetar el medioambiente.
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El cuidado de la fauna, la flora, los suelos, la atmósfera, etc., sigue siendo una preocupación frecuente entre gran parte de la población. Existe mayor conciencia que estamos atravesando por un cambio climático, que la mano del hombre y su interminable intervención es un factor importante del deterioro de los ecosistemas y, por ende, las políticas en ese sentido deben cambiar y propender no sólo a vivir en un ambiente libre de contaminación también en el que se proteja su biodiversidad.

Los últimos días dos informaciones encienden las alertas en este sentido. La primera fue entregada por expertos del Ministerio de Agricultura y revelan que la población de cámelidos en la región ha disminuido un 20%. Una muy mala noticia, porque es sabido que son animales que desde tiempos inmemoriales son parte de la dieta y más que nada de la forma de vida de los pueblos altiplánicos.

Vicuñas, llamas, alpacas y guanacos antaño abundaban por nuestros parajes. Hoy los vemos con menos frecuencia y ello es debido que ya no encuentran las condiciones propicias apara su multiplicación.

El avance industrial y el indiscriminado uso de los recursos como el agua han provocado cambios profundos los que han repercutido en la flora y fauna endémica.

La otra información que conocimos fue que en la Reserva La Chimba en Antofagasta incursiones de vehículos para retirar rocas y ripios, además de visitantes que realizan fogatas ponen en serio riesgo el particular ecosistema del lugar. Hay 13 especies en peligro de extinción y de ellas tres son únicas en el sector y cualquier daño a su entorno puede acelerar su desaparición, un triste episodio para nuestra zona que debe procurar proteger la naturaleza.

En este segundo caso se hace hincapié en la ausencia de guardaparques, quienes se encargarían del resguardo de la reserva.

Una medida que serviría para educar a la comunidad y para controlar a quienes no están dispuestos a respetar el medioambiente. No olvidar que la principal característica de un guardaparque radica en los conocimientos acabados sobre la flora, fauna y la importancia de cada una de las especies en sus diferentes hábitats, la vigilancia llega por añadidura y por el rol que le confiere la ley.

Contar con este tipo de profesionales sería ideal pero no habrían los suficientes para las necesidades de la región y el país.

Contar con políticas y énfasis distintos apuntados a la protección ambiental ayudarían a que noticias como las comentadas no se repitan en el tiempo.