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Necesaria estrategia minera regional

La Región de Antofagasta no puede obviar su relación con la minería y que su presente y futuro seguirán ligados. La idea es lograr una convivencia sustentable. Nadie duda el gran aporte de la minería, pero también hay conciencia que en los procesos ocurren intervenciones que repercuten en las zonas donde están instaladas.
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Hace uno días, previo al inicio de la Cena de la Minería -actividad hito de cada año- se firmó un trascendental compromiso con la región. Se trata del acuerdo en que el sector político gobernante y el sector productivo se comprometen en desarrollar la estrategia minera regional con el apoyo de la Organización para el Desarrollo Económico (OCDE), entidad internacional que ha trabajado con éxito similares desafíos en otras partes del orbe.

Este acuerdo tienen gran incidencia en lo que será el futuro de esta zona del país. Como es sabido la minería es el motor de la economía chilena y de la región que habitamos, por ende es posible imaginar o proyectar el futuro sin considerar ese aspecto productivo.

Nadie duda el gran aporte de la minería, pero también hay conciencia que en los procesos ocurren intervenciones que repercuten en las zonas donde están instaladas. Contaminación, uso de agua, daño a los territorios, alto costo de la vida, entre otras suelen aparecer cuando se habla de la extracción de minerales y todos sus procesos.

En ello, es fundamental buscar acercamientos entre la industria y las aspiraciones comunitarias para lograr un desarrollo sustentable. Y es allí que el apoyo de la OCDE será fundamental para que a través de su experiencia pueda guiar por los caminos por los que como sociedad transitemos y apostar por aprovechar todas las bondades que conocemos de ese sector productivo, minimizar su impacto y avanzar como una región sana, moderna y equitativa.

Están todas las herramientas para que así suceda y lo más importante están las voluntades de los involucrados lo que se vio plasmado en la firma del acuerdo que lo encabezó el Gobierno Regional y las mineras de la zona, junto a la Universidad Católica del Norte.

Se espera que en octubre llegue la primera delegación de la OCDE que trabajará en determinar las mejores fórmulas para poner en marcha la búsqueda de este plan que es un notable esfuerzo por lograr un desarrollo armónico en una región que tiene todos los potenciales para lograrlo.

San Alberto Hurtado

"Dar hasta que duela no es una medida de las cosas, dar hasta que duela es una actitud ante la vida".
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Este 2022 se cumplerieron 70 años desde que dejó de existir uno de los personajes más emblemáticos de la lucha por la justicia social y dignidad de las personas. El Padre Alberto Hurtado es uno de los personajes más importantes de la Iglesia Católica contemporánea en Chile. Su profunda fe, su atractiva personalidad, su capacidad de captar el cambio ideológico y cultural de su tiempo y la vehemencia con la que desempeñó sus diversas obras, hicieron de él una figura de gran influencia, cuyo legado sigue vigente.

Alberto Hurtado Cruchaga nació el 22 de enero de 1901 en Viña del Mar. Luego del fallecimiento de su padre, en 1905, la familia se trasladó a vivir a Santiago. A los ocho años entró a estudiar al Colegio San Ignacio en donde conoció al sacerdote jesuita Fernando Vives, popular por su preocupación por los y las trabajadores/as más pobres, quien marcó su vida espiritual, sobre todo por sus enseñanzas basadas en la encíclica social Rerum Novarum (1891), donde la Iglesia Católica reafirmó su compromiso social. Luego de completar sus estudios de derecho en la Universidad Católica, ingresó a la Compañía de Jesús, en que se consagra como sacerdote. Fallece tempranamente a los 51 años de edad debido a un cáncer, dejando conmovido a todos quienes lo conocieron.

El 16 de octubre de 1994, tuvo lugar un suceso largamente esperado por todos los seguidores del Padre Hurtado; fue beatificado por el Papa Juan Pablo II. El 23 de octubre del 2005 el Papa Benedicto XVI lo canonizó, declarándolo santo de la Iglesia Católica.

Alberto Hurtado vivió en una época en la cual existían escasos niveles de protección social hacia los trabajadores y trabajadoras del país. Motivado por su sensibilidad social, Alberto Hurtado intentó cambiar esta realidad, a través de sus estudios, sus trabajos voluntarios y sus publicaciones académicas, presentando una crítica social y denunciando la explotación que tanto trabajadores como trabajadoras padecían. Su objetivo era facilitar su organización para lograr instancias de comunicación que les apoyaran en la lucha por sus demandas.

Dar hasta que duela". Quizás esta frase define mejor que nada al Padre Hurtado, uno de los personajes más apasionantes de la Iglesia Católica contemporánea en Chile y en el mundo. Su profunda fe, su personalidad envolvente y atractiva, su capacidad de captar el cambio ideológico y cultural del tiempo que le tocó vivir y la vehemencia con la que desempeñó un sinnúmero de ocupaciones a lo largo de su corta vida, hacen de él una figura única.

Dar hasta que duela no es una medida de las cosas, dar hasta que duela es una actitud ante la vida, es un camino de profunda humanidad, es hacer de la solidaridad una forma de vivir siguiendo el ejemplo de nuestro Padre Jesús, ese era el ejemplo que nos transmitía nuestro padre Hurtado.

Si por algún motivo regresara a nuestros días el padre Hurtado, con seguridad nos diría que hay tanto que hacer, que nuestro querido Chile no ha cambiado mucho, que sigue la pobreza y la falta de justicia, que llegan cosas nuevas, pero que la vida de los pobres no cambia, que seguimos viviendo una falta de justicia social que nos aleja de nuestra misión de cristianos.

Hoy, en el Chile que vivimos, hace falta que en cada uno de nosotros viva un padre Hurtado que nos mueva a proteger al hermano desposeído, a cobijar al hermano migrante, que la solidaridad sea parte de cada uno de nuestros actos, hace falta hoy más que nunca un padre Hurtado que nos recuerde que hay que dar hasta que duela.

Óscar Blanco,

obispo de Calama