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Suecos ganaron primera fase del Extrem-E

SIERRA GORDA. Hoy se disputará la gran final de la competencia de autos eléctricos todoterreno.
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Durante la jornada de ayer se vivió en los terrenos de la Minera Centinela en Sierra Gorda, el primer rally de autos eléctricos de Sudamérica.

Se trata del Campeonato Internacional Extreme-E que inició su primera fase con dos carreras, de dos rounds cada una, lideradas por 20 corredores de diversas partes del mundo como Suecia, España, Francia, Estados Unidos,Australia, Italia,Alemania, entre otros.

Para la realización de este evento en nuestro país, se diseñó un circuito cerrado de 3,9 km que consta de tres grandes saltos por donde debieron pasar los 10 equipos competidores.

"Ha sido fundamental la colaboración de toda la gente de la Minera Centinela para poder hacer realidad esta carrera y en cuanto a las ubicaciones tuvimos que cambiar de lugar porque en algunos sitios hay fósiles (…) y encontramos justamente este lugar que a los pilotos les encanta y hemos creado este circuito tan especial de Antofagasta", comentó Alejandro Agag, CEO y fundador de la Extreme-E.

Asimismo, Agag señaló estar muy emocionado con el evento y con las imágenes posteriores que saldran de las carreras: "Creo que las imágenes en televisión van a ser espectaculares, se van a transmitir por todo el mundo y creo que la gente se va a quedar enamorada de la belleza de este desierto que parece un contrasentido, pero sigue siendo muy bello y desde luego un lugar extremo (…) y esperemos poder volver todos los años".

Vencedores

El equipo sueco fue el ganador de la primera carrera con un tiempo de 8 minutos y 49 segundos lograron llevarse los primeros 10 puntos.

ENTREVISTA. carlos ratti, arquitecto, inventor y académico del MIT:

"El reto clave hoy en día es cómo podemos utilizar las nuevas tecnologías para mejorar la función de la ciudad"

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Mauricio Barrera

El concepto de smartcities o ciudades inteligentes es cada vez más recurrente y propio del avance de la tecnología digital que ya la encontramos en los distintos ámbitos del quehacer humano. Es un proceso que se viene, que debemos entender y estar preparados para incorporarlo al modo de convivencia y de relaciones con los espacios y con las personas.

Durante este fin de semana los antofagastinos fuimos testigos de la llegada de la competencia con automóviles completamente eléctricos dentro del Circuito Extreme E., y en ese marco se incorpora un seminario denominado "Ciudades del Futuro", cuyas bajadas apuntan a la electromovilidad, sustentabilidad y calidad de vida.

Este encuentro se realizará el próximo martes en Enjoy Antofagasta y su principal orador será el italiano Carlo Ratti, arquitecto, ingeniero e inventor, quien es considerado una de las mentes más brillantes del urbanismo actual.

Además, es director del MIT Senseable City Lab, un grupo de investigación que explora cómo las nuevas tecnologías están cambiando la forma en que entendemos, diseñamos y, en última instancia, vivimos en las ciudades, a quien pudimos entrevistar en la previa del importante seminario.

¿En qué aspectos puede mejorar la calidad de vida de las ciudades con la aplicación de tecnologías en los diversos ámbitos del quehacer cotidiano?

-Hay muchas cosas que han cambiado, por ejemplo, la forma de comprar cosas, de ir de compras, de trabajar, de moverse en una ciudad, cómo navegar en una ciudad. Todo eso ha cambiado, ha cambiado mucho con la tecnología, probablemente todas esas dimensiones son diferentes hoy en día en comparación con hace 10 años. La forma de trabajar, la forma de comprar en línea, de moverse consiguiendo movilidad bajo demanda, Uber o similar. Así que todos ellos tienen un gran impacto en nuestro estilo de vida, por lo que la tecnología está cambiando todos esos vectores y esos vectores equivalen a nuestra calidad de vida.

Sabemos que en Chile la experiencia es limitada, ¿una ciudad como Antofagasta en qué sentido debería avanzar para poder sumarse al concepto de ciudad inteligente? ¿Implica un rediseño estructural o la tecnología se encarga de ello?

-No, bueno, básicamente lo que vemos es que la mayoría de las ciudades en América y en Europa ya están construidas. Hay espacio en zonas como África y Asia donde se están construyendo nuevas ciudades ahora mismo, pero en la mayor parte del mundo las ciudades ya existen, por lo que el reto clave hoy en día es cómo podemos utilizar las nuevas tecnologías para mejorar la función de la ciudad. Y un factor clave son los datos y la inteligencia artificial, que pueden ayudarnos a entender mejor la ciudad, para luego, como resultado, poder diseñarla mejor. Una mejor comprensión lleva a un mejor diseño.

¿Cuál es el rol que deben jugar el Estado, los gobiernos comunales y la sociedad civil en este cambio?

-Yo no los combinaría. Creo que en el caso de los gobiernos, estamos viendo dos enfoques diferentes. La clave creo que es que los gobiernos deben intentar adoptar una postura proactiva, no deben apostar por una u otra tecnología. Hay muchos ejemplos en el pasado: si se apuesta por una tecnología específica, puede que se apueste por el caballo equivocado. Y podrías acabar chocando contra un muro más adelante. Eso es lo que no deberían hacer.

Lo que deberían hacer es principalmente dos cosas. Deben eliminar las regulaciones para que la gente pueda experimentar más, para que puedan permitir la experimentación. Así que ese es el número uno, para que más gente pueda experimentar. Y eso es algo que los gobiernos pueden hacer. Los gobiernos también pueden desempeñar un papel en algunos de los servicios municipales. Me refiero a los servicios municipales que gestionan, como la distribución de agua o la gestión de residuos. Pueden utilizar esas redes y aprovecharlas con su necesidad de conseguir adquisiciones para obtener más ideas innovadoras.

Lo que pueden hacer los ciudadanos es otra historia. Los ciudadanos deben comprometerse, seguir y dar su opinión, pero tienen un papel diferente al del gobierno. Como decía, el gobierno puede cambiar la regulación para permitir más experimentación y también utilizar los servicios municipales como un laboratorio vivo para experimentar. Sin embargo, para los ciudadanos es una historia diferente, para las comunidades creo que es para ellos mantener un ojo en los cambios y entender lo que la ciudad quiere, así que proporcionar retroalimentación con diferentes niveles de compromiso. A veces es fácil para los ciudadanos mantenerse al día con lo que se está experimentando y decir "me gusta" o "no me gusta". Es una buena forma, una forma efectiva de proporcionar retroalimentación. Un poco como lo que ocurre con las pruebas en el marketing.

¿Los impactos en las comunidades, en la gente siempre serán positivos o existen situaciones complejas que se deben aprender a manejar?

-El feedback es vital. El problema con los bucles de retroalimentación y la participación en el pasado es que la gente lo hacía sólo una vez. Hoy lo importante es que se trata de un proceso continuo, es un proceso interminable, por lo que siempre es positivo. Siempre se quiere escuchar a la gente y la retroalimentación puede cambiar. Un año va en una dirección, el otro puede cambiar en otra a medida que la sociedad cambia. Así que es importante que no sea algo puntual, sino que sea un proceso continuo de retroalimentación.

¿Estamos frente a un cambio en las relaciones de los individuos con los espacios en las ciudades y también entre la misma comunidad?

-Sí, así es. Y, por ejemplo, lo digital está cambiando las interacciones humanas. Lo medimos durante Covid. Digitalmente, nuestras redes sociales cambian, se transforman y adquieren estructuras diferentes, así que es muy importante que veamos cómo podemos cambiar nuestras relaciones.

"El gobierno puede cambiar la regulación para permitir más experimentación y también utilizar los servicios municipales como un laboratorio vivo para experimentar".