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Cuatro de cada cinco estudiantes de educación superior no perciben riesgo en el consumo de alcohol

MEDICIÓN. Un estudio realizado por Senda refleja la prevalencia de esta conducta en la educación superior, con la finalidad de mejorar las políticas públicas en la materia.
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Franco Bruna Ortiz

El Servicio Nacional de Drogas y Alcohol (Senda) publicó los resultados de la segunda versión del Estudio de Drogas en Educación Superior, el cual fue realizado en conjunto con el Centro de Formación Técnica ENAC. La investigación fue hecha a nivel nacional, pero teniendo recopilados datos por cada región,

En el caso de Antofagasta, el muestreo incluyó a 475 estudiantes pertenecientes a seis instituciones universitarias o de formación técnica, de edades entre 17 y 25 años, en un periodo de aplicación entre el 19 de agosto y el 16 de septiembre de 2021. En base a este grupo, se descubrieron hallazgos particulares respecto a la conducta etílica de jóvenes universitarios.

El más notorio es el hecho de que solo el 18,5% de los encuestados señala que tomar tres o más tragos por ocasión es un riesgo. Pese a que, cuando la pregunta sube la cantidad de copas a cinco, el porcentaje que percibe peligroso el consumo sube al 75%, el primer porcentaje causa un foco de preocupación con respecto a cómo los estudiantes perciben el consumo de alcohol a nivel general.

"Estamos hablando que cuatro de cada cinco estudiantes no lo ven como una conducta de riesgo. Es decir, hay una idea de que consumir alcohol de manera excesiva no genera consecuencias para la salud o para la vida", señaló al respecto el director regional (s) de Senda, Sebastián Islas.

Indicadores

El estudio también expone otras estadísticas que reflejan la prevalencia del consumo de alcohol en el ambiente universitario. Por ejemplo, un 55,6% de los encuestados consumió alcohol con frecuencia durante el mes previo a su participación en la encuesta. Al momento de preguntar si hubo un episodio de embriaguez durante ese tiempo, un 65,5% contestó afirmativamente.

También se encuentran datos referentes al uso de otras drogas, aunque estos muestran por lo general registros más bajos. Por ejemplo, la prevalencia del consumo de marihuana durante el año anterior es de un 24,4%, siendo más alto en los hombres que en las mujeres (26,7% contra un 21,9%). El porcentaje baja a un 19,2% cuando se trata de un consumo mensual.

La percepción de riesgo sobre esta hierba es de un 43,4%, bajo en comparación a otras conductas como el fumar una cajetilla de cigarros al día, o la utilización frecuente de otras sustancias como la cocaína y la pasta base, todas estas registrando percepciones de peligro que rondan o superan el 80%.

Prevención

Los resultados dan un perfil más exacto al Senda para que pueda enfocar mejor sus gestiones de prevención y saber bien hacia donde orientar futuras políticas públicas que vayan dirigidas a tratar esta problemática.

"Este estudio ofrece una mirada global sobre el fenómeno del consumo de alcohol y otras drogas en este segmento de la población. Además, es un insumo que permite explorar nuevas alternativas en el diseño de políticas que les hagan sentido a los jóvenes", explicó Islas.

El director de la institución agregó que "Estos resultados nos permiten la comprensión del fenómeno de uso de sustancias en la educación superior, lo que nos va a permitir tomar decisiones en políticas públicas que sean necesarias para este segmento de la población de estudiantes, y de esta manera, como Senda, tendremos que fortalecer el trabajo con los centros de educación superior".

Parte de estas gestiones se llevan a cabo por medio de trabajos colaborativos junto a centros de estudios a partir de la Mesa de Educación Superior. El servicio pretende perfeccionar esta labor a través de nuevas herramientas en la academia Senda, una plataforma de capacitación por el cual se ofrecen cursos y material educativo que está a libre disposición de toda persona que quiera usarlos.

Modelos de prevención, indicaciones para la detección e intervenciones con referencia asistida y la asociación con otras problemáticas sociales forman parte de la oferta con la cual cuenta la academia, la cual se espera profundizar tras los resultados del estudio.

"El trabajo de Senda apunta a fortalecer los factores de protección, es decir, que los jóvenes puedan aprovechar su tiempo libre. Todo lo que signifique el trabajo en el fortalecimiento de los factores protectores para disminuir o retrasar el consumo de alcohol y otras drogas es prioritario en las políticas públicas al momento de hacer prevención", concluyó Islas.