Ecuador: arremetida narco deja un civil y cinco policías muertos
VIOLENCIA. Hay 28 detenidos y estado de excepción en dos regiones tras 18 ataques.
Un total de 28 personas habían sido detenidas en Ecuador, al cierre de esta edición, tras los ataques perpetrados en Guayaquil y Esmeraldas, que han dejado cinco policías y un civil fallecidos, además de daños materiales, informó el Ministerio el Interior.
Tras los hechos de violencia ocurridos en la provincia del Guayas, cuya capital es Guayaquil, se activó el Puesto de Mando Unificado, bajo el liderazgo del presidente Guillermo Lasso, con para investigar los más de 18 atentados explosivos ocurridos durante el martes, programados "de manera deliberada para causar terror en la población", señaló el Ministerio .
"No nos van a amedrentar, van a tener respuesta a sus acciones. Hemos planificado una serie de operativos que llevaremos a cabo para precautelar la tranquilidad y la paz de todos los ecuatorianos que queremos trabajar y prosperar", dijo Lasso.
El ministro del Interior, Juan Zapata, rechazó el ataque al centro de salud, perpetrado la noche del martes, en la zona de Bastión Popular, en Guayaquil, e informó, además, de que un atentando ocurrido en la comisaría de Villa Bonita, cuando ya regía el toque de queda que impuso el Gobierno, dejó un policía herido y un fallecido.
Zapata detalló que se realizaron allanamientos en los que se detuvo a 28 personas, y se decomisaron ocho armas de fuego, 227 municiones, tres fusiles, trece celulares, una motocicleta, un vehículo, tres prendas policiales, 600 sobres de sustancias sujetas a fiscalización, tres pistolas, un camión con 16.416 barras de explosivos, 1.200 de dinamita y 150.000 cápsulas detonantes, material proveniente de una fábrica de Perú.
"Esta es una guerra contra el Estado, contra el país", afirmó Zapata al justificar el estado de excepción impuesto por el Presidente Lasso, quien suspendió una gira a EE.UU. para enfrentar la emergencia.
El martes se inició el traslado de reos de una cárcel del Guayas a una de la provincia de Manabí, a fin de evitar hacinamiento, lo que desató el rechazo de presos y "enfrentamientos entre grupos de delincuencia organizada" al interior del penal. De ahí, los atentados con autos bomba y otras modalidades avanzaron hacia las ciudades.