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Festival de Pueblos Originarios se presentará en Antofagasta, Mejillones, Baquedano y San Pedro

CULTURA. La quinta versión del encuentro internacional en que además de Chile participa Perú, Bolivia y Argentina, considera el tradicional pasacalle por las calles de Antofagasta. La actividad se desarrollará entre el 25 de noviembre y 2 de diciembre.
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Redacción

La fiesta de la cultura y las tradiciones regresa por quinto año consecutivo a Antofagasta. Artistas de Sudamérica, Chile y la región darán vida a una nueva versión del Festival Internacional de Poesía y Arte de los Pueblos Originarios (FIPO), que se realizará entre el próximo viernes 25 de noviembre y el 2 de diciembre.

A las tradicionales actividades y el gran pasacalle por el centro de Antofagasta, este año se sumarán itinerancias en Mejillones, Baquedano y San Pedro de Atacama, donde también serán incorporados artistas de estas localidades.

El objetivo de este certamen internacional es difundir y rescatar el legado de los pueblos indígenas de todo el continente, poniendo en valor sus culturas e idiomas. La parrilla del evento comenzará el viernes 25, a las 19 horas, con la inauguración en el anfiteatro de las Ruinas de Huanchaca.

Participantes

La organizadora del evento y presidenta de la Asociación Gremial de Escritores del Norte (ASEN), Bernarda Marín Arancibia, detalló que este año el festival contará con artistas de Chile, Perú, Bolivia y Argentina, además de los representantes lickanantay de la región, de la etnia Mapuche y Selknan (extremo sur del país), quienes mostrarán su arte, cultura y cosmoginia.

A las tradicionales presentaciones en vivo, se sumarán tres días de actividades online, con el propósito que los artistas de Latinoamérica, muchos de ellos de la Amazonía, puedan participar de esta nueva versión de FIPO y así hacer llegar sus trabajos. El programa además considera visitas a colegios, bibliotecas y centros de educación superior.

"Estamos muy contentos y agradecidos de realizar esta grandiosa actividad cultural, con el apoyo de nuestros artistas locales, del país y de diferentes puntos del continente, dando un espectáculo de primera categoría para quienes asistan a cada una de las jornadas que están contempladas en el calendario del certamen y por redes sociales (Facebook del festival)", señaló la gestora cultural.

La quinta versión del Festival de Pueblos Originarios 2022 es un proyecto adjudicado por el 7% FIR Cultura del Gobierno Regional de Antofagasta, financiamiento que permite llegar a diferentes lugares de la región durante una semana, a fin que la comunidad pueda disfrutar de un evento único en su género.

Descentralizado

Bernarda Marín explicó que esta nueva versión estará marcada por una mirada descentralizadora del arte, dando espacio a las comunas y ampliando así un espectáculo que cada año adquiere mayor relevancia en todo el continente.

El calendario de actividades considera conversatorios, recitales de poesía en idiomas indígenas, visitas a lugares emblemáticos y presentaciones en espacios al aire libre, esta vez con un fuerte énfasis en los bailes nortinos, como el trote, cacharpalla y cachimbo.

Así, música y colorido prometen engalanar durante una semana cuatro comunas de la región, donde los antofagastinos conocerán a artistas de diferentes pueblos ancestrales del continente en esta nueva versión de FIPO, mediante su cultura, patrimonio, arte y la literatura.

Rescatan material de desecho industrial para fabricar torres solares fotovoltaicas

INNOVACIÓN. Algunas de las empresas de la región que colaboran para dar un nuevo uso a sus maquinarias industriales son Antofagasta Minerals y SQM.
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La startup chilena Be Energy dio vida útil a dos toneladas de chatarra de cementerios industriales para la construcción de sistemas de energía renovable. Entre el material reciclado se cuentan más de 200 kilos de fierro, que se utilizaron para la fabricación de torres fotovoltaicas móviles, evitando el uso de combustibles fósiles y la emisión de 165 toneladas de monóxido de carbono (Co2) a la atmósfera.

Se trata de viejas máquinas a diésel, deterioradas o en desuso, que se utilizaban para comunicación, vigilancia e iluminación de faenas, de la que además se lograron extraer piezas en buen estado para dispositivos de menor impacto ambiental.

Una solución

El proyecto, que partió en noviembre de 2020 como una solución temporal ante el retraso en las cadenas de suministro de repuestos, les permitió abrir una nueva línea de negocios y sellar acuerdos con grandes empresas del rubro minero, de la construcción y la agricultura, según comenta su gerente general, Gonzalo Vidiella.

"Nos empezamos a quedar sin los principales materiales para nuestros procesos debido a las demoras de importación: chasis, ejes y mástiles para las torres solares para vigilancia, comunicación e iluminación. Básicamente, en respuesta a ese problema, comenzamos a mirar estas estructuras deterioradas o en desuso, y que aún tenían parte que podían recuperarse para construir las nuestras", agregó.

Cada una de las plataformas solares diseñadas por Be Energy logra ahorrar hasta $10 millones al año en costos asociados a combustible y mantenimiento, y evitar el uso de 173 litros de combustible en el mismo período. A diferencia de las torres a diésel, una torre fotovoltaica tiene hasta tres veces su vida útil, y de hecho su estructura tiene garantía de por vida. Otros componentes de los circuitos tienen resguardo por entre 5 y 15 años.

Algunas de las corporaciones con las que están colaborando para dar un nuevo uso a sus maquinarias industriales son Antofagasta Minerals, SQM, el Grupo Acciona y la constructora Echeverría Izquierdo, entre otras.

Vidiella cree que políticas públicas como la nueva Ley Marco de Cambio Climático podría incrementar el interés por avanzar en soluciones innovadoras para el suministro energético en diversas industrias. Cada una de las máquinas sacadas de circulación emite más de 20 mil 500 kilos de Co2 al año.