"La prueba de Boric será asumir sin complejos una agenda de seguridad y crecimiento"
POLÍTICA. Uno de los políticos claves en la transición reflexiona sobre el paso del quiebre social del 18-O al futuro.
Exasesor del ex Presidente Patricio Aylwin y exministro de Relaciones Exteriores del ex Presidente Ricardo Lagos, junto a una extensa trayectoria como legislador, se lee en el currículum del ahora académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) Ignacio Walker, quien por estos días dicta el curso "No son 30 pesos, son 30 años", donde cuenta a estudiantes de Derecho cómo se desarrolló la transición a la democracia en nuestro país.
La cátedra, además, se replica en la Pontificia Universidad Católica de Santiago (PUC), sumando en total 70 jóvenes, quienes nacieron en democracia y, algunos, durante este siglo. "Entonces para ellos, más que historia, esto es como prehistoria", ríe el exmilitante de la DC, que en esta clase también revisa "Apruebo Dignidad, el Frente Amplio y el Gobierno de Boric", en un periodo de cambios sociales cuyas respuestas parecieran no ser tan evidentes.
Hay quienes dicen que este Gobierno sería de transición, como el del ex Presidente Patricio Aylwin, que quizás no hizo mucho, pero concilió dos épocas.
-El Gobierno de Patricio Aylwin hizo muchísimo: hizo una transición de la dictadura a la democracia en forma pacífica, saldó la cuenta histórica en materia de reparación, verdad y justicia sobre violaciones a los derechos humanos, encauzó el proceso económico por una vía virtuosa de crecimiento y empezó a reducir la pobreza de una manera notable. El balance que por lo menos yo hago de la transición pacífica a la democracia y los 20 años de gobiernos de la Concertación es muy positivo. Ese es el tema que veo con mis alumnos. La pregunta que yo les hago es ¿por qué hicimos lo que hicimos? Sobre la base de mi libro "Pasión por lo posible: Aylwin, la transición y la Concertación". Estoy fascinado con mis alumnos, que están ávidos de conversar más allá de la consigna.
La administración actual también se ha visto como una transición entre el 18 de octubre de 2019 y el Chile del futuro.
-El Gobierno de Boric y Apruebo Dignidad, a lo que se sumó después Socialismo Democrático, se explica por los cambios que tienen lugar en el mundo, en América Latina: el comienzo de un nuevo ciclo, estamos viviendo un cambio de época, no sólo una época de cambios, pero lo interesante, a mi juicio, del Gobierno de Boric es que empieza a asumir sin complejos una deriva reformista social demócrata, se comienza a alejar del ánimo refundacional del Boric de la primera vuelta, del programa de Gobierno de AD, después del fracaso de esa lógica refundacional en la Convención Constitucional, tras el plebiscito. Entonces, el dilema de este Gobierno, así lo explico a mis alumnos, es reforma o refundación. Creo que la incorporación del SD al Ejecutivo, el cambio de gabinete con (la ministra del Interior) Carolina Tohá, (su par de la Segpres) Ana Lya Uriarte, (en Hacienda) Mario Marcel, (Vivienda) Carlos Montes, (Cancillería) Antonia Urrejola que ya estaba, o sea, hay cinco representantes del SD, pienso que le dan un mayor equilibrio al Gobierno.
Walker luego cita el libro del también excanciller Alejandro Foxley, "Chile en la encrucijada: claves para un camino real y posible", ante el cual explica "la doble transición a la democracia y el desarrollo, donde en esto último hay un gran signo de interrogación, porque llevamos ocho años donde el ingreso per cápita prácticamente no ha crecido en el país y hoy tenemos una economía estancada, con pocas inversiones, se prevé un crecimiento negativo en 2023. Entonces, a mi juicio, si el Gobierno del Presidente Boric se va a tomar en serio este giro más social demócrata y más reformista, tiene que asumir sin complejos una agenda proseguridad y procrecimiento, esa va a ser su verdadera prueba".
En este esquema serían clave los tratados que se puedan conseguir, entonces, desde su experiencia como excanciller, ¿cómo ve la conducción de Relaciones Exteriores en este momento?
-La Cancillería ha cumplido un rol interesante, quiero valorar el liderazgo y los esfuerzos de Antonia Urrejola en una situación que no ha sido fácil, especialmente con la Subcretaría de Relaciones Económicas Internacionales (con José Miguel Ahumada a la cabeza). La verdad es que en la política exterior hemos tenido varios baches, conocidos por todos, como la situación del Rey Felipe (a quien el Presidente acusó de impuntual) en la asunción del mando, con (el exsecretario de Estado de EE.UU.) John Kerry en California (donde Boric lo acusó de ausentismo pese a que estaban en la misma mesa), las credenciales del embajador de Israel (Gil Artzyeli, quien en La Moneda se enteró de que no sería recibido por el Mandatario, debido a la muerte de un joven en Cisjordania) y declaraciones destempladas en distintos sentidos, pero tengo la impresión que también en política exterior nos vamos enrielando hacia una lógica más tradicional, de recoger los elementos de continuidad y los principios fundantes de la política exterior chilena, prueba de ello es la decisión del Presidente, de la que me alegro mucho, de que este año va a quedar absolutamente concluida la fase de actualización del Tratado de asociación política, libre comercio y cooperación con la Unión Europea, y la segunda buena noticia es que se ratifique y se deposite el TPP11 que ha tenido una accidentada tramitación, no en el Congreso, sino que producto de estas contradicciones que existen en el Gobierno entre reforma y refundación, donde hay una suerte de neosoberanismo, expresado en el primer programa de la primera vuelta (electoral), que le da la espalda a la integración económica del país, a la apertura externa y a los tratados de libre comercio (TLC). Ahumada como académico en sus publicaciones calificaba los TLC como "expresión del imperialismo estadounidense". Bueno, afortunadamente, también en política exterior tengo la impresión de que estamos transitando hacia un terreno más conocido, porque esto es una política de Estado, que tiene elementos de continuidad y cambio, sumado a principios sobre los cuales se asienta históricamente.
Este tránsito o camino tal vez comienza con el quiebre del 18 de octubre de 2019. ¿Cómo lo vivió desde el humanismo cristiano?
-Es un punto de quiebre, pero no es una patología. Me explico: los estallidos sociales están absolutamente codificados en la sociología política. Ocurren de vez en cuando. Al mes siguiente de octubre vino el sociólogo catalán Manuel Castells a Chile y mencionó 10 o 12 casos de estallidos sociales en 2019, en el mundo, partiendo por los chalecos amarillos en Francia, con tremendos reventones de violencia. Inglaterra también tuvo lo suyo, España en 2011, Ecuador, Colombia, para qué decir la Primavera Árabe. Entonces, los estallidos sociales ocurren cuando las instituciones no son capaces de canalizar los cambios sociales, los procesos sociales. Por eso soy un gran admirador de lo que ocurrió el 15 de noviembre, el Acuerdo por la paz social y la nueva Constitución, porque fue la forma en que la vía institucional se empezó a imponer sobre la vía insurreccional.
"(José Miguel) Ahumada como académico en sus publicaciones calificaba los TLC como expresión del imperialismo estadounidense". "El Gobierno de Boric se comienza a alejar del ánimo refundacional del Boric de primera vuelta, del programa de Gobierno de Apruebo Dignidad".