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Deserción escolar entre el 2021 y 2022 preocupa a los expertos y autoridades

EDUCACIÓN. Académicos plantean que se debe modernizar el sistema y enfocarse en salud mental.
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Preocupación entre las autoridades y los expertos por el número de estudiantes que, estando matriculados el 2021 en el sistema escolar, no figuran dentro de los registros de los establecimientos este 2022.

Fue a inicios de noviembre cuando el Ministerio de Educación informó que son 50.529 los estudiantes que estaban matriculados en el periodo anterior, pero que no lo están este año (1,7% de la matrícula nacional). Mientras, en la Región de Antofagasta son 1.929 personas que conforman este dato nacional, según cifras de la Seremi de Educación (1,8% en la matrícula local).

Asimismo, ayer La Tercera consignó que, comparando con el resto de las zonas, la Región de Antofagasta presenta el mayor número de alumnos que dejaron el sistema educativo entre 2021 y 2022 en la zona norte.

"Sabemos que una de las razones de este incremento radicó en los efectos que fue provocando la pandemia en el sistema educativo", sostiene el seremi de Educación, Alberto Santander. Asegura que "este problema ya lo habíamos proyectados años anteriores, no necesariamente nosotros como Ministerio, sino que los organismos internacionales, que estimaban que la deserción podría llegar incluso a representar el 10% de la matrícula teórica".

Santander explica que "ese 1,8% que corresponde a la Región de Antofagasta, corresponde a los niños y niñas que debemos salir a buscar dónde están, y que no están en el sistema educativo tradicional. Es probable que estén en otros sectores, sin reconocimiento oficial, por ejemplo, en escuelas libres, virtuales. No sabemos esa información, y por eso estamos saliendo con esta información a buscar en dónde estén para poder revincularlos a las trayectorias educativas".

Modernizar el sistema

Para Pablo Camus, decano de la Facultad de Educación de la U. de Antofagasta, los indicadores "nos tienen que llamar la atención, porque efectivamente este efecto de la deserción hay que leerlo de manera heterogénea.

Argumenta que "las cifras hablan de deserción en todos los niveles educativos. Se ha visualizado la deserción en familias con ingresos medios y altos. Hijos que provienen de una estratificación social que no presenta dificultades a la hora de avanzar o progresar dentro de los diferentes niveles educativos".

Esto, indica Camus, refleja que "hay un segmento de la población que han optado por una educación distinta a la escolar, a lo que como sistema educativo nacional se ofrece para ir alcanzando los objetivos de formación y que les permita progresar a estos estudiantes".

Otro tipo de deserción que señala el académico radica en aquellos estudiantes "que históricamente han desertado del sistema, porque no encuentran en el formato actual de escolarización que tenemos como sistema educativo".

Por esto, Camus recalca que el sistema educacional del país actual "necesita transformarse, dejar la cultura de una escolarización anclada a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Tenemos que evolucionar en el sistema educativo que tenemos, y en el tipo de establecimientos que sostienen a estos estudiantes, que claramente no encuentran respuestas a sus necesidades y terminan desertando".

Del mismo modo, la tercera razón de la deserción es la "dimensión social de la carencia y la pobreza. Efectivamente hay otra dimensión que tiene que ver con la capacidad de subsistencia. Tenemos que mirar el país que tenemos desde los ojos objetivos, porque nos demanda que debemos transformar nuestros espacios institucionales. Tenemos hoy día una pobreza instalada que no se resuelve hoy con la alfabetización, simplemente leer y escribir. Necesitamos avanzar en entregar bienestar a nuestra comunidad. Muchos jóvenes desertan también por un tema de necesidades sociales básicas que deben cubrir, y que lamentablemente el sistema hoy día no los protege".

Camus acota que la pandemia solamente contrajo aun más el sistema escolar vigente.

Salud mental

Asimismo, Katherine Osorio, coordinadora del programa PACE de la U. Católica del Norte, precisa que "hemos detectado que hay un alto índice de estudiantes que requieren mucho apoyo en lo que respecta a la salud mental. Ahí, de alguna manera, sentimos que la pandemia trajo consigo muchas consecuencias en los estudiantes, por los cambios de distintos contextos y modalidades que debieron enfrentar, y el hecho de cómo fue vivir un proceso de periodo de encierro, acostumbrarse, y después tener que salir de ese esquema".

Por esto, la académica sostiene que "es clave trabajar con los estudiantes desde la salud mental y el autocuidado, saber conocerse, saber cómo poder actuar en distintos contextos, hacerlos sentir que son capaces de avanzar en sus procesos personales y académicos".

Además, recalca que es clave hacer entender a los estudiantes "que el proceso de escolarización no lleva consigo solamente aprendizaje en la línea académica, sino que tiene que ver con una construcción del estudiante, como un todo. Trabajar esa herramienta en los estudiantes es clave, para que puedan sentir ese apego con su proceso educativo".