Emprendimiento femenino disminuye por la pandemia
ESTUDIO. Confinamiento y tareas de cuidado doméstico, explican fenómeno.
La precarización y declive del emprendimiento se acentuó en tiempos de pandemia, siendo el grupo más afectado el de las mujeres emprendedoras. El confinamiento prolongado, la alta demanda del trabajo en el hogar y la familia se constituyen como los factores predominantes por los cuales las mujeres han debido reinventar su trabajo o despedirse de ellos.
El informe GEMP, liderado por el Centro de Emprendimiento y de la Pyme de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica del Norte, el cual mide cada año la actividad emprendedora de la región, asegura que el 40% de la discontinuidad de los emprendimientos están ligados a la pandemia, además, la disminución de esta actividad en mujeres, pasó de un 6% a un 2% en 2021.
"Chile tuvo el periodo más largo de encierro y los negocios orientados al consumidor tuvieron que cerrar, las mujeres tuvieron que hacer de mamás, cuidadoras incluso profesoras, por lo que hoy se necesita una red de apoyo profesional, pero también del cuidado de los niños. No vale ayudarlas con acompañamiento y talleres si no se les da apoyo para que se dediquen a sus emprendimientos", enfatizó la académica Gianni Romaní, líder del estudio.
Casos
Ante esta situación, Melissa Gajardo, directora ejecutiva Comité Corfo Antofagasta comenta que durante el año la institución realiza constantes charlas y programas para mujeres, asegurando que, "nuestro principal aporte a los emprendimientos liderados por mujeres es, principalmente, a través de nuestros concursos y convocatorias, puesto que algunos están 100% enfocados en ellas, además de otros los cuales cuentan con incentivos para aquellos proyectos postulados por mujeres, el cual oscila en un 10% adicional de cofinanciamiento que se suma al 60%, 70% u 80% que ya tienen cubierto con subsidio estatal".
Pardow Chocoart es una fábrica de alfajores personalizados creada por Paulina Pardow, quien desde el año 2010 los fabrica artesanalmente. "Partí a los 13 años vendiendo alfajores en mi colegio y de ahí no paré, primero se presentó como oportunidad y después mi mamá se quedó sin trabajo por lo que se convirtió en el sustento económico de mi familia. Ahora tengo mi local con un equipo de siete mujeres y dos repartidores", comentó.
Quien debió reinventarse fue Daniela Fuenzalida, a quien la pandemia le cambió totalmente el curso de su emprendimiento, pues "rulitos, eventos y disfraces" tuvo que detener la organización de eventos infantiles. "Tuvimos que reinventarnos, dejar los carritos de comida y los eventos, y nos comenzamos a llamar 'la despensa de rulitos' para vender mercadería que para no perderla vendíamos lo mismo que teníamos en los carritos, pero en formato delivery y al mismo precio de los cumpleaños, de ahí nos fue super bien", comentó Daniela.
Sin embargo, Daniela concuerda con el sobrecargo que se le asigna a madres y mujeres, agregando que, "lamentablemente uno pierde calidad de vida por salir adelante porque yo no tengo fin de semanas con mi hija, tengo que trabajar de lunes a viernes y en mi fin de semana estoy con los eventos. De otra forma no se podría dar la salud que ella necesita porque mi hija tiene necesidades especiales, lo que lo hace más pesado".
"No vale ayudarlas con acompañamiento y talleres si no se les da apoyo para que se dediquen a sus emprendimiento".
Gianni Romaní, Académica UCN