El cónclave
"El cónclave oficialista (replicado en otras regiones) es un señal necesaria que el oficialismo entrega primero a sus huestes y después a la ciudadanía". Osvaldo Villalobos Corante, Analista político
William Penn Adair mejor conocido como "Will" Rogers fue un humorista, comentarista y actor estadounidense, en una de sus rutinas entregó una frase llena de sentido común, pero con la dosis justa de malicia que tiene la política. La cita dice: "Una reunión es sólo una forma de admitir que usted desea involucrar a otras personas en sus propios problemas".
Durante los últimos días hemos visto un amplio despliegue comunicacional por parte de las coaliciones oficialistas. El objetivo, que todos nos enteremos de la realización de varios cónclaves para analizar la situación actual del país, del gobierno y como proyectan su acción política en los futuros meses.
Siempre es sano reunirse y evaluar el camino recorrido, nunca está de más una conversación sincera que permita mejorar el trabajo sobre todo cuando la situación no es buena y presenta desafíos que involucran a todos los que habitamos el país. Por lo anterior, el cónclave oficialista (replicado en otras regiones) es un señal necesaria que el oficialismo entrega primero a sus huestes y después a la ciudadanía en general.
Algunas fuentes consultadas sobre los temas y el tono de dicha reunión indican que primó el respeto, pero no la autocomplacencia. Se hablaron las cosas como quizás debieron hacerlo desde el comienzo y aparecieron las diferencias propias de la política y sus equilibrios.
En este punto quedó nuevamente claro que las diferentes almas dentro del gobierno son una realidad y que no solo es un tema generacional, existen también diferencias de cómo se entiende al Estado, sus instituciones y su rol.
Con matices, esto también le ocurrió a la Concertación y a la derecha, es decir no se puede acusar solo a este gobierno de tener diferencias, después de todo son partidos políticos distintos que se unieron para decirle no a Kast y ahora tratan de despegar en medio de las turbulencias que el mismo Presidente Gabriel Boric anunció.
Las mismas fuentes reconocen que la derrota en el plebiscito constitucional aún no se asimila del todo. Algunos siguen creyendo que hubo una conspiración fáctica contra la convención (como si Rojas Vade, Grandón y Marinovic llegaron ahí a dedo) otros siguen ocupando la vieja fórmula de culpar a los medios y los que de verdad creen que son muy adelantados a los tiempos y la ciudadanía no está lista para entenderlo. Sin embargo, también están los que tímidamente dicen que la propuesta rechazada no era del todo buena.
Hubo opiniones también para el trabajo del gabinete regional y los desafíos que tendrán los próximos meses, se reconocieron algunas omisiones y se apunta al cercano 2023 para un mejor despliegue tanto en terreno como en lo comunicacional. Lo más incómodo fue el tema de la ejecución presupuestaria de lo que se habló poco y es que después de que el Gobernador Ricardo Díaz explicara que de él no dependen los seremis quedó claro que los responsables de los terribles números son sus mismos compañeros de gobierno. El fuego amigo es el peor de todos.
Confiemos entonces que este cónclave produzca los frutos que todos esperamos (necesitamos) una región espera que despeguen en serio y conduzcan de buena manera la hermosa responsabilidad que entrega el poder.