Objetivo central
Después de leer el reciente acuerdo constitucional y especialmente sus "bordes", me parece, no siendo una experta, que estos últimos en su mayoría reproducen gran parte del "esqueleto" de la actual Constitución.Si lo que necesitamos es cambiar algunos "huesos" y algunas "partes blandas" de la actual Constitución, me pregunto si no sería más barato, más rápido y más eficiente hacerlo a través de modificaciones constitucionales en el Congreso Nacional.
Me parece que si dejamos de lado los prejuicios, la ideología, los intereses personales, los mitos y el populismo político, quizás podamos llegar más fácilmente al objetivo central y fundamental, que es tener un texto superior al actual, que nos traiga una mayor calidad de vida a todos. Como dijo Deng Xiaoping, "no importa si el gato es negro o blanco; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato".
Matilde Araya Aceituno
Principios básicos
La Constitución Política es una norma jurídica especial y suprema que preside la vida jurídica y política de un país; que establece los principios básicos rectores del orden social -que deberían estar basados en la primacía del hombre por sobre el Estado, en la autonomía de las sociedades intermedias, en la promoción del bien común y en una armonía entre el orden y la libertad- y la organización básica de un Estado; que fundamenta y legitima las instituciones políticas; que formaliza las relaciones de poder y que lo limita, reconociendo y asegurando a los ciudadanos una esfera de derechos y libertades fundamentales, estableciendo formas de tutela o de protección a fin de hacerlos efectivos, incluso frente a excesos de los poderes públicos.
La Constitución fija las esferas de competencia y la responsabilidad de las diversas instituciones, órganos y autoridades superiores del Estado, atribuyendo sus funciones, facultades y limitaciones; contempla una separación y equilibrio de poderes y mecanismos o herramientas que permitan controlar el ejercicio del poder por parte de los órganos del Estado y consagra los contrapesos institucionales que permitan asegurar los derechos de las minorías.
Una Constitución es un proyecto de convivencia en una empresa común. Ella debe asegurar el desarrollo nacional en un contexto de respeto a la idiosincrasia e identidad histórica y cultural. Los redactores de una Carta Fundamental deben rechazar aquellas proposiciones que constituyan una ruptura con el modo de ser histórico de la nación.
Adolfo Paúl Latorre
Legitimidad
Un mal acuerdo o mejor esto antes que nada. Quizás esto se pueda concluir tras el acuerdo para el inicio de un renovado camino hacia una nueva Constitución. El conformismo no es una respuesta política frente a decisiones país que comprometen la vida nacional. Hablamos de democracia y nos definimos como demócratas, por lo que no debemos temer a la participación ciudadana.Despejar laberintos y el nombramiento de expertos que propondrán lineamientos constitucionales traerá confianza a la ciudadanía, tan necesaria para legitimar este proceso y despejar lo que es vox populi, un mal acuerdo sin acuerdo (cocina).
Joaquín Ortiz G.
Capacidad
Los chilenos nos debatimos entre mantener la Constitución del gobierno militar, que fuera sujeta a revisión durante el gobierno del Presidente Lagos, y una Constitución moderna con proyecciones alcanzables hacia un futuro mejor. Hasta aquí pareciera que a las corrientes políticas les es difícil ver más allá de sus propios beneficios y expectativas. Lo lamentable es que nuestras propias limitaciones tampoco nos facilitan entender que no se está buscando la panacea para todos los males.
Desde los años 90, países en Sudamérica, Asia y África han enfrentado situaciones similares, donde heridas históricas profundas -políticas y sociales- continúan siendo difíciles de curar. Aun cuando hoy en día con solo apretar un botón podemos tener en frente las constituciones de casi todos los países, pudiendo extraer ideas aplicables a nuestro proyecto constitucional, nos hace falta un liderazgo transversal para enfrentar dicho desafío.
Ciertamente, esta no es una actividad técnica, pero requiere elegir chilenos para su "construcción" que sean capaces de asegurarnos que los resultados de los procesos seguidos sean legítimos y aceptados ampliamente por los ciudadanos.
Gustavo M. Astorquiza