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Netanyahu vuelve al poder con la coalición más conservadora

POLÍTICA. El primer ministro juró por sexta vez en el cargo tras haber negociado intensos acuerdos con los partidos de derecha más religiosos del país.
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Benjamín Netanyahu, el primer ministro más longevo de la historia de Israel, apodado 'rey Bibi' entre sus más fervientes seguidores, volvió a reconquistar su trono en Israel al jurar por sexta vez en el cargo, acompañado por partidos extremistas y supremacistas judíos que buscan reforzar la identidad judía de la nación, indica la agencia de noticias Efe en su reporte de la investidura.

Después de 15 años al mando del país (1996-99 y 2009-21), Netanyahu fue relegado en junio de 2021 a líder de la oposición, al frente del partido Likud (derecha), en lo que muchos vaticinaron como el ocaso de su carrera política, pero prometió entonces retomar el poder y así ha sucedido.

El israelí juró después de un mes y medio de arduas negociaciones en las que tuvo que ceder mucho terreno a la religión sobre el Estado, siendo en ese sentido, el Gobierno más conservador de la historia de Israel.

La Knéset ratificó con 63 votos favorables, de un total de 120, la formación del 37º Ejecutivo de Israel, encabezado por Netanyahu, líder del Likud, quien juró el cargo seguido de la treintena de ministros que forman su gabinete, solo cinco mujeres.

"Escucho los lamentos constantes de la oposición sobre 'el fin del estado' o 'el fin de la democracia', miembros de la oposición, perder las elecciones no es el fin de la democracia, sino la esencia de la democracia", indicó Netanyahu en su intervención previa a la votación, entre los aplausos de sus socios y los abucheos de la oposición.

Polémicos acuerdos

Los acuerdos de coalición, negociados hasta el último minuto de plazo, fueron presentados ayer ante la Knéset e incluyen puntos como la anexión de Cisjordania ocupada, una reforma judicial que socava la independencia de la justicia, restaurar la pena de muerte para condenados por terrorismo, prohibir la bandera palestina o más financiación y poder para la comunidad judía ultraortodoxa.

También figura en los acuerdos firmados por los seis partidos que integran la coalición -aunque no son vinculantes- la "cláusula de discriminación", que permite a cualquier negocio o profesional como médicos negarse a atender a alguien por motivos religiosos.

Juristas, magistrados, diplomáticos, embajadores retirados e incluso representantes del lucrativo sector de las "start-ups" han enviado cartas abiertas en los últimos días alertando sobre el daño que las políticas de este gobierno pueden infringir sobre la salud democrática del país, a su imagen en el exterior y a su relación con la diáspora judía.

En este contexto, cientos de israelíes protestaron en las inmediaciones de la Knéset contra este Ejecutivo que perciben como una amenaza a la democracia, mientras se desarrollaba la sesión en la que Netanyahu juró el cargo.

"Les entregamos un Estado en excelentes condiciones (...) Intenten no destruirlo, pronto estaremos de regreso", apuntó en su intervención el primer ministro saliente y, desde hoy, líder de la oposición, el centrista Yair Lapid.

Netanyahu calmó los ánimos prometiendo gobernar para toda la diversidad de la sociedad israelí - "judíos, árabes, religiosos y seculares"- yddestacando dos temas de política exterior como prioridades de su gobierno: contener la amenaza atómica iraní "para asegurarnos de que no nos destruye con su arma nuclear"; y "acabar definitivamente con el conflicto árabe-israelí" firmando más acuerdos de paz con países árabes.

También destacó su intención de impulsar el desarrollo económico de las regiones periféricas del país.