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De mineras multinacionales y cuervos

"En noviembre pasado, según Bloomberg Intelligence, Freeport superó a Codelco como productor número uno de cobre en el mundo". Cristian Zamorano, Doctor en Ciencias Políticas
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Hace poco, el presidente estadounidense J. Biden, en su promoción de la lucha en contra del calentamiento global, refiriéndose a la transición energética, mencionaba la transformación indispensable de la industria manufacturera más importante de su país: la del automóvil y sus 285 millones de vehículos, el 97% térmicos, pero que quiere sustituir por vehículos eléctricos con una huella de carbono mucho más baja. Ahora, un coche eléctrico requiere de dos a cuatro veces más cobre que su equivalente térmico. Al ritmo de un auto producido cada dos minutos en el mundo, la demanda y el precio del cobre, en el futuro, solo pueden dispararse en el corto/mediano plazo.

Hoy, Richard Adkerson, CEO de la multinacional Freeport McMoRan, a pesar que no tenga, se "arregla tranquilamente los bigotes". ¿Acaso no es esa empresa minera, que desde 1988, es la mayor productora de cobre del mundo cotizada en bolsa? Hoy en día, Freeport-McMoRan tiene algo de extremadamente sólido para tranquilizar a sus accionistas en estos tiempos de recesión mundial. De hecho, en noviembre pasado, según Bloomberg Intelligence, Freeport superó a Codelco como productor número uno de cobre en el mundo. Y a pesar que usted nunca haya escuchado ese nombre, no crean que la multinacional no está presente en nuestra región. ¿A quién cree usted que pertenece el 51% del proyecto minero El Abra? El otro 49% pertenece a… Codelco; y la razón de aquello es muy simple.

El poder (mundial) estadounidense siempre se ha basado en la expansión de sus multinacionales petroleras y mineras, estando plenamente consciente del vínculo simbiótico que une a los recursos naturales, con los medios económicos , el poder militar y el político. El "joint venture" entre la empresa norteamericana y el Estado de Chile eso nos puede indicar. Como también el hecho que el ex secretario de Estado, Henry Kissinger, haga parte del Consejo de Administración de dicha empresa. Ese mismo personaje que sigue defendiendo, recientemente en la última cumbre de Davos, la necesidad del ingreso de Ucrania a la OTAN. Ese mismo que en 1973 defendió la idea de un golpe de estado en Chile; el control del cobre en ese entonces siendo uno de los motivos de esa intervención como la cuestión energética innegablemente lo es en el caso de la guerra en Ucrania.

Desde ese enfoque, podríamos perfectamente analizar elementos de la situación actual de Perú, sabiendo que la primera cuprífera de ese país pertenece a capitales extranjeros y la segunda más importante a … Freeport MacMoRan. Pero a esas empresas, ¿les ha importado un día las consecuencias sociales, humanas y de salud de la explotación minera?

Un artículo del "Le Monde Diplomatique", de noviembre 2022, recuerda que en Indonesia, hasta la gran huelga de 2011, la mayoría de los mineros trabajaban por $1,50 la hora cuando Freeport ganaba en ese entonces $19 mil millones en ingresos netos. Gastaba, eso sí, una asombrosa cantidad de dinero asignado a la policía y el ejército, todos responsables de asegurar la tranquilidad del sitio de explotación, es decir, de aplastar cualquier revueltas que apenas se iniciaba.

En la Biblia, en el libro de Job, que es unos de los más antiguos y complejos en entender, en el capítulo 28 se dispone lo siguiente: "extranjeros excavan minas lejos de los habitantes, y oscilan, suspendidos, lejos de los seres humanos". ¿Solo nos quedaría entonces decir…: Amén?

Desafíos energéticos para 2023

El avance de las descarbonización es clave. Es una de las principales herramientas para lograr una economía global".
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Iniciamos el 2023 conscientes de que será un año complejo en materia económica. De hecho, según el Fondo Monetario Internacional, se prevé una contracción económica de 1,3% a nivel país, lo que representa un desafío importante, por ejemplo, para las empresas del sector energético, que estamos avanzando hace años en procesos como la descarbonización y el desarrollo de nuevas tecnologías para contribuir a la eficiencia de la industria. A lo anterior, se suma también la crisis hídrica que nos ha afectado fuertemente como país durante, al menos, los últimos dos años.

Ante este escenario, es clave que las empresas estemos a la vanguardia y asumamos nuevos desafíos en línea con la realidad del país, pero siempre con el objetivo claro de aportar en materia económica y, en nuestro caso, siendo sustentables. Porque además de la crisis económica e hídrica, debemos sumar a este panorama la crisis climática que vivimos como planeta. En ese sentido, es primordial crear conciencia en la sociedad civil y reforzar la importancia de la sinergia entre los pilares económico, ambiental y social para avanzar en el desarrollo sostenible de Chile.

El avance de la descarbonización es clave. Es una de las principales herramientas para lograr una economía global y local con bajas emisiones y así llegar a la tan anhelada neutralidad climática a través de la transición energética. Chile está avanzando de manera positiva en este sentido, ya que actualmente cuenta con el Plan de Acción de Hidrógeno Verde 2023-2030 que tiene 3 focos principales: potenciar la realización de inversiones sostenibles, permitir el desarrollo de regulación e institucionalidad y avanzar en la descarbonización y desarrollo de valor local.

Además, fomentar la inversión es crucial, ya que es uno de los factores más importantes para generar crecimiento. Como país debemos entregar señales claras de que existe un entorno propicio para la inversión y así mantener y mejorar las cifras que existen actualmente. Chile es un país con mucha riqueza y la debemos aprovechar al máximo, fomentando el desarrollo sostenible en todo ámbito, sobre todo en el sector energético, porque hay recursos naturales de sobra para generar distintos tipos de energías renovables.

Mario Velázquez

Presidente de Schneider Electric Chile

Recuperación del borde costero

A la fecha la DPR ha realizado cuatro operativos y erradicado 50 rucos instalados en los sectores de playa de la región. Lo que viene ahora es tarea de la comunidad, la que deberá demostrar que sus reclamos estaban orientados en poder ocupar los espacios tomados, darles buen uso, mantenerlos limpios y cuidarlos.
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El borde costero de la región en poco tiempo se fue transformando en un lugar propicio para la instalación de rucos de personas en situación de calle, pero también de quienes pensaron que era la oportunidad para ocupaciones ilegales y levantar sus improvisadas construcciones utilizando un bien de uso público y deteriorando el entorno de balnearios y playas. Por ello, la autoridad determinó -a instancias presidenciales- un plan de recuperación que ya totaliza cuatro operativos con la erradicación de 40 rucos, devolviendo la tranquilidad y belleza a los lugares.

La tarea no ha sido fácil, porque como sabemos, la mayoría de quienes se instalan tienden a volver una vez desalojados. Es allí que nace la tarea de ver soluciones para quienes viven en la calle y evitar su regreso a esas precarias condiciones de subsistencia.

Hasta el momento el proceso ha resultado exitoso y es posible apreciar playas libres, más limpias y tranquilas. Algo anhelado por los habitantes y que también tiene un directo impacto en el turismo.

Dejando de lado a quienes viven en calle, hay otros que quisieron aprovecharse de la inacción de la autoridad para levantar construcciones y ocupar espacios públicos. Estos debieron se retirados con apoyo de maquinaria pesada con la clara intención de enviar un mensaje a quienes piensan que pueden actuar en la ilegalidad para beneficio propio.

Aquí no hay justificaciones. La mayoría de ellos no tienen necesidades y las ocupaciones son claramente con afanes de aprovechamiento.

Sin duda, que esta labor era esperada por la comunidad que en el peak de la pandemia soportó meses de restricciones y vio como espacios públicos fueron tomados para vivir o pernoctar. Vecinos convivían con incivilidades y los veraneantes no podían disfrutar en su totalidad del litoral, por la molestia y reacciones de estos nuevos moradores costeros.

La región y, principalmente Antofagasta, necesitaban de esta recuperación, la que se está haciendo bajo protocolos claros, y con ello proyectar otra imagen de ciudad. Una de ordenamiento, de mayor cuidado de los sitios públicos denotando preocupación y cariño por el territorio.

Lo que viene ahora es tarea de la comunidad, la que deberá demostrar que sus reclamos estaban orientados en poder ocupar los espacios tomados, darles buen uso, mantenerlos limpios y cuidarlos.