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Cuando los árboles no dejan ver el bosque

Ricardo Díaz Cortés , Gobernador regional de Antofagasta
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Constantemente recibo a altos dignatarios diplomáticos, embajadores de países como Japón, Inglaterra, Estados Unidos, China o Alemania que vienen a ofrecer su apoyo como socios en el desarrollo de energías limpias o de proyectos con combustibles no fósiles. Ellos claramente ven el gran futuro que tiene nuestra región. Curiosamente esa opinión la comparten muchos emprendedores de comunas como Taltal, Calama o Tocopilla, que saben que existe gran interés por esas energías o por las posibilidades del corredor bioceánico para expandir sus negocios. No somos pocos los que vemos que hay un bosque frondoso y bello esperándonos, sin embargo, esto no parece ser tema de la política, aún hay personas que solo ven árboles.

Uno de los problemas de la política es la poca visión de largo aliento que se posee. El quehacer político parece transitar más bien por lo inmediato y de alto impacto comunicacional. Y en ese contexto muchas veces lo urgente pasa a confundirse con lo importante o lo popular se disfraza de lo esencial.

Todo eso es lo que me ha tocado apreciar desde este trabajo de Gobernador que se me encomendó. Por lo general siempre hago la distinción, al menos cuando me presento: "soy Profesor, pero ahora trabajo de Gobernador". Sé que hay un comentarista por ahí que siempre pretende ridiculizarme por ser profesor, pero le guste o no es lo que me define como persona. Y si hay algo que pudiera definir a un buen profesor es su habilidad para planificar, para ofrecer a sus estudiantes una mirada de largo aliento que les invite a soñar con un futuro mejor por el cual vale la pena estudiar.

Es cierto que hay problemas urgentes que debemos atender. Y hemos trabajado en ello, prueba de eso es que gran parte de nuestras inversiones, que el año pasado alcanzaron el 98,4% de ejecución, fueron precisamente a mejorar las condiciones de seguridad de la región, nosotros hemos invertido más del doble de recursos de lo que antes se destinada en esta materia, para muestra durante lo que va de este año, hemos entregado 12 vehículos a carabineros y en marzo entregaremos 9 más para fortalecer su labor. A su vez estamos trabajando para responder a las demandas sociales en salud y vivienda que tanto se requiere con avances muy concretos.

Estas acciones son importantes, es nuestro deber caminar resolviendo lo inmediato, la gente debe poder tener acceso a una vida digna y segura, solo que esto no debe impedir y proyectarnos, es imperativo resolver la generación de las riquezas del futuro de las que he hecho mención. Si hoy no hacemos las inversiones necesarias para que nuestros emprendedores accedan, por ejemplo, a terrenos urbanizados y asequibles para invertir, o no generamos las condiciones portuarias y logísticas para exportar esas riquezas o, incluso lo más importante de todo, sino generamos capacidad científica y tecnológica en la región para los desafíos venideros; entonces no seremos capaces de gozar de ese futuro que nos espera.

Necesitamos hoy acercar ese futuro. Por ello desde el Gobierno Regional hemos impulsado la Estrategia Regional Minera, que busca impulsar un nuevo trato de la minería con la región. Por primera vez todos están dispuestos a dialogar sobre nuestros desafíos de futuro. Estaremos enfocados durante el 2023 en generar nuevos empleos, nuestro compromiso va asociado en apoyo directo a la pequeña y mediana minería, hacia las pymes de la región, el desarrollo de la agricultura, que son los que entregan grandes oportunidades de empleo y a la educación. Seguiremos consolidando mejoras en infraestructura pública para atraer a nuevas empresas a invertir en la región ya sea en logística como en producción de energías. Y también invertiremos en nuestros científicos, creando programas de becas de investigación y de posgrado regionales, para que juntos formemos a quienes nos ayudarán a hacer realidad ese futuro. Todo esto siempre con el foco del cuidado ambiental.

Por eso mi invitación es que todos, especialmente quienes trabajamos en política, nos comprometamos a ver el bosque que tenemos por delante y dejemos las rencillas vanas que solo se centran en los árboles. Nuestra región se merece más y lo vamos a lograr, porque esta vez el futuro es nuestro.

Dejar ir

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Me gustó la sutil diferencia que se establece entre "dejar ir" y "abandonar". Se dice que la primera es positiva, que levanta, que bendice; y la otra, es negativa y causa dolor.

Meditaba en lo que hizo mi Señor Jesus al irse a los cielos, y encontraba en el capítulo 14 del Evangelio de San Juan, palabras de aliento y ánimo. Él se fue para que nosotros vayamos tras suyo. Él quiere elevarnos a las alturas divinas. Él nos ama. Dejar ir, es lo que hacemos al preparar a nuestros hijos, para que -cuando sean mayores- puedan volar libremente detrás de sus sueños y proyectos, siendo independientes, personas llenas de buenos valores que supimos trasmitir.

Es "abandonar con donaire las cosas de la juventud" (Poema Desiderata), es mirar más lejos de lo actual y soñar con alcanzar las metas más altas que nos podamos plantear como seres humanos. Dejar ir, es cambiar hierro por oro, dejar lo que parece valioso hoy para buscar alcanzar lo imposible, es cambiar lo transitorio por lo eterno. Como dice el apóstol Pablo: Cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como perdida por amor de Cristo (Filipenses 3:7-9) Lo otro es abandonar, que se puede hacer sinónimo de: humillar, maltratar, desamparar; no hay verbo bueno que lo reemplace. Abandonar siempre trae dolor.

Ahora que estamos terminando el periodo de vacaciones y el verano; ojala podamos "dejar ir" este tiempo y enfocarnos en lo que viene del año. Nuestras responsabilidades y desafíos personales o familiares, siguen esperando nuestro esfuerzo y empeño en lograrlos. No nos cansemos de enfrentar lo que este año trae para cada uno de nosotros. A los creyentes cristianos les puedo decir: Dios está con nosotros y la victoria nos dará.

Sigamos adelante, trabajando para Dios, sirviendo en su obra. Oremos, ayunemos, y pongamos mano a la labor que Dios ha designado para hacer. Si nos mantenemos fieles a Dios, veremos la Gloria de Dios en nuestras vidas y al culminar la obra, oiremos: "bien, buen siervo fiel". La Palabra de Dios es tajante al afirmar "el que persevere hasta el fin, será salvo", palabras de nuestro Señor Jesucristo (San Mateo 24:13) quien espera que sus seguidores, sepan enfrentar todo tipo de adversidad, para continuar siendo ejemplo del amor de Dios y demostrando que -aunque pasemos tribulaciones- los hijos de Dios tenemos esperanza, fe y sobre todo amor, para compartir con los demás. A quienes aún no han depositado su confianza en Dios, les invito a sacar fuerzas de flaquezas y confiar que la perseverancia dará sus frutos, que nada se obtiene de la pereza, y que, si la intención de su corazon es buena, seguro Dios los ayudara también.

Así que no se ponga triste por el pasado, por el verano o las vacaciones que se van; deje ir esas cosas y enfóquese en su futuro. Dios y usted son multitud.

Jesús Aranda Valverde,

Pastor evangélico

Nueva oportunidad constitucional

Los partidos y coaliciones definieron a sus postulantes, y como era previsible hay varios de dilatada trayectoria política y figuras noveles que quieren ser un aporte en un proceso poco respaldado. Queda la esperanza e ilusión en quienes se animaron a participar de esta elección entre ellos ilustres personalidades que pueden aportar sabiduría a un proceso que lo necesita imperiosamente.
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La experiencia indicaba que los candidatos al Consejo Constitucional se caracterizarían por una mixtura entre políticos de dilatada trayectoria y otros que recién empiezan a hacer sus armas y que creen que ser parte de esta nueva constituyente es el mejor inicio. Sin duda, lo que mueve a quienes aceptaron ser inscritos en la papeleta, es ser una verdadera contribución en la redacción de una nueva carta magna, que siente las bases del crecimiento y desarrollo del país.

Duele reconocer que si los anteriores integrantes de la Convención Constitucional hubieran tenido la suficiente capacidad de entender a la ciudadanía y apuntar a sus demandas, más a las que ideológicamente representaban, el cuento sería distinto y favorable.

La metodología definida en esta ocasión es mucho más acotada, con menos participación y con límites bien definidos. Esto asegura que no haya desbandes o imposición de ideales de país, entregando un importante campo de acción a la Comisión Experta y a los futuros electos consejeros.

Hay claridad en que se deben propiciar cambios y que la Constitución debe proteger derechos que hoy están amenazados. Lo difícil será ir más allá de las coincidencias, llegar a una discusión en que los sectores puedan mirarse a la cara sin sentir que desde la otra vereda buscan derribarlos.

Muy por el contrario, cómo abrir espacios para que las ideas y sueños de un mejor país encuentren tierra fértil.

La fe puesta en este nuevo proceso no es mucha. Hay pocos que creen que saldrá un texto que realmente sea el que Chile necesita. Es más, sienten que se está gastando tiempo y recursos en un proyecto que nació muerto, porque el sustrato ciudadano sucumbió ante el político, el sector peor evaluado por la gente.

Queda la esperanza e ilusión en quienes se animaron a participar de esta elección entre ellos ilustres personalidades que pueden aportar sabiduría a un proceso que lo necesita imperiosamente. Mientras que la fuerza y renovación llegará desde los jóvenes que están empeñados en sostener propuestas de futuro.

Chile necesita hacer reformas. No es posible que sigan problemas con una educación deficiente, con servicios de salud incapaces de soportar la mayor demanda, con pensiones de hambre, con un crecimiento económico que no llega a todos, y otros tantos. Necesitamos un mejor país y ese desafío parece una quimera.