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A seguir avanzando

"Que la voz de la mujer sea verdaderamente escuchada y sobre todo tenida en cuenta".
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Como cada 8 de marzo nos encontramos conmemorando el día de la mujer y cada año nos referimos a las marcadas diferencias entre los hombres y las mujeres, aunque se ha avanzado en la búsqueda de la igualdad de ambos géneros, es verdad que todavía hace falta recorrer mucho para llegar a alcanzar la tan justa y ansiada igualdad Muchas personas líderes de opinión han llamado la atención en las injustas desigualdades que día a día evidenciamos sufren las mujeres, pero hace falta mucha más condiciones para que definitivamente nos encontremos en una sociedad que otorgue las condiciones para un hombre y una mujer puedan vivir en plena igualdad de derechos.

Que la voz de la mujer sea verdaderamente escuchada y sobre todo tenida en cuenta tanto en la sociedad como en la iglesia, es uno de los deseos que el Papa Francisco ha expresado de corazón en varias ocasiones a lo largo de su pontificado, sin embargo, y a pesar de los grandes avances del mundo moderno, todavía millones de mujeres siguen siendo ignoradas, explotadas y abusadas; víctimas silenciosas de una violencia física, psicológica y verbal que lamentablemente, con frecuencia, les arrebata la propia vida.

Nuestro Pontífice, en más de una oportunidad se ha dirigido a las mujeres, recalcando el papel importantísimo que ellas ocupan en la vida civil y abogando por el reconocimiento pleno de sus derechos, para que no sólo se la respete siempre y en todo lugar, sino también para que sea posible generar el espacio para que desarrollen sus talentos y puedan así aportar su riqueza por el mundo.

En ese sentido el Papa Francisco en su encíclica Evangelii gaudium: nos dice "Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que no se pueden eludir superficialmente". Y agrega "se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales"

En la misma carta apostólica el, Papa Francisco menciona explícitamente la necesidad de "ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia", haciendo hincapié en el "gran desafío para los pastores y para los teólogos, que podrían ayudar a reconocer mejor lo que esto implica con respecto al posible lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia"

Guiados por las palabras de nuestro pastor en este día, queremos hablar de respeto e igualdad entre mujeres y hombres. No queremos hablar de superioridad de un género sobre otro ya que una sociedad verdaderamente evolucionada es aquella capaz de encontrar lo que nos une y complementa, en lugar de centrarse en aquello que nos distancia y nos enfrenta.

Néstor Veneros Lepe,

administrador diocesano

Antofagasta: brechas de género en la dirección pública

"La proporción de mujeres que ganan un salario bajo es aproximadamente 1,6 veces mayor a la de los hombres ( OCDE, 2021)". Cristián Rodríguez Salas, Director del Instituto de Políticas Públicas UCN
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Actualmente, la disparidad regional entre hombres y mujeres con presencia en el escalafón directivo del sector público es abismante, de acuerdo con los datos que entrega el Sistema de Información Municipal, el porcentaje de mujeres que accede al rango directivo apenas alcanza al 32,6 %. Al respecto, la participación de mujeres en los grandes municipios urbanos como Calama y Antofagasta apenas alcanza al 35, 7 % y 31, 8 % respectivamente. Escapan de la tendencia de desigualdad de género en el acceso a los cargos directivos los municipios de Sierra Gorda y San Pedro, con un 54,5 % y 50 % respectivamente.

Aunque el país ha incorporado políticas públicas destinadas a normar los procesos de selección en los cargos directivos, regulaciones que integran mayores niveles de transparencia y barreras contra la discriminación; no obstante, la desigualdad ha sido una tendencia resistente al cambio en el largo tiempo, si retrocediéramos a las estadísticas de los años 90, veríamos que la brecha entre hombres y mujeres se mantiene casi sin novedades, como lo muestran recientes estudios.

¿Qué explica la reproducción en el tiempo de la brecha de género laboral en la región? La existencia de un régimen de desigualdad, esto es barreras de discriminación que se consolidan y entrelazan en el tiempo con la condición de género, como podría ser la condición socioeconómica, barreras que resisten el cambio y que reproducen ciertos estereotipos en las posiciones laborales al interior de las organizaciones e instituciones públicas y privadas(CSP, 2021).

Al interior de aquellas estructuras operan "mecanismos" como la discriminación vertical o "techo de cristal", un mecanismo que limita la posibilidad que mujeres de igual o de mayor calificación académica lleguen a ocupar cargos de liderazgo al interior de las organizaciones, como son los estereotipos sociales de género, como el que conlleva la maternidad. Un segundo mecanismo es la discriminación horizontal o "muralla de cristal", la cual está basada en estereotipos que asocian a las mujeres con ciertos sectores laborales, como los servicios sociales, educación o salud y no en otros, como la ciencia y la tecnología, con las cuales se asocia a los hombres.

El régimen de desigualdad con sus barreras y mecanismos de discriminación, tiene como resultado que las mujeres tienen menos probabilidades de ascender a puestos directivos, aunque cuenten con más años de escolaridad que los hombres. Otro resultado del régimen de desigualdad , es que las mujeres que trabajan en Chile ganan significativamente menos que los hombres. La proporción de mujeres que ganan un salario bajo es aproximadamente 1,6 veces mayor a la de los hombres ( OCDE, 2021).

En síntesis, la enorme disparidad regional que afecta a las mujeres en el acceso a cargos directivos, es el resultado de la permanencia de estructuras y mecanismos de desigualdad y discriminación. Remover aquellas barreras es un imperativo urgente para avanzar en equidad de género no solo para el sector público, sino para el sector privado, en particular en una región cuyo principal desafío es alcanzar mayores niveles de bienestar y sustentabilidad de la mano de sus enormes oportunidades.

Los desafíos para el año escolar 2023

Promover una convivencia más sana en toda la comunidad educativa, retomar los niveles de asistencia y bajar los índices de deserción, están entre las metas. El 2023 está lleno de desafíos para la Educación y sus autoridades deberán esforzarse para mejorar la convivencia y nivelar los contenidos. Por el bien de los jóvenes, su generación y el país.
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Uno de los sectores más golpeados por la pandemia es la educación. La imposibilidad de realizar clases presenciales, el poco éxito de la virtualidad en la entrega de contenidos, los altos niveles de inasistencia y deserción y el temor a sufrir algún contagio, atentaron contra un sistema que ya en condiciones normales presentaba problemas. Todos ello se acrecentaron y el 2022 con la vuelta a las aulas, en medio de rebrotes, poco se pudo avanzar en las falencias comentadas, lo que convierte al 2023 como un año crucial.

El Mineduc y el Gobierno, están conscientes que deben avanzar en temas como la convivencia escolar, salud mental de profesores y alumnos, inasistencia y deserciones, por ello lanzaron el "Plan de Reactivación Educativa", que enmarca toda la problemática antes planteada.

No se puede olvidar que el inicio del año pasado fue traumático para muchos estudiantes y apoderados, quienes sufrieron o fueron testigos de violencia fuera y dentro de los colegios. No solo entre alumnos, también hacia docentes y cargos directivos.

La Región tuvo episodios tristes y la sola intervención de los profesores no fue suficiente. Hubo casos que debieron ser denunciados a la Justicia, debido al nivel de violencia, incluso con el uso de armas blancas y de fuego.

Una mesa intersectorial fue la que intervino para entender lo que ocurría y cómo se debía enfrentar. Los extensos confinamientos habían deteriorado las relaciones humanas y los niños, niñas y adolescentes estaban entre los más afectados.

Los conflictos fueron decayendo, pero asomaron problemas serios de salud mental que aún son atendidos.

En paralelo, se comprobó que el aprendizaje de los contenidos era deficiente. Clases virtuales o las semipresenciales, no fueron suficiente para que los contenidos fueran entendidos y asimilados correctamente por los educandos.

Por ello este 2023 está lleno de desafíos para la Educación y sus autoridades deberán esforzarse para mejorar la convivencia y nivelar los contenidos. Por el bien de los jóvenes, su generación y el país.