El casa del Jabonero...
Una grata y fructífera iniciativa, tuvo lugar dentro de la cárcel Presidio antofagastina, a fines de la década del 30. Tal fue su trascendencia, que el propio intendente de la época, reconoció el logro y ofreció ayuda gubernamental para desarrollar esta actividad en la población penal de entonces.
El reo mejillonino Antonio Barona, que en el vecino puerto tenía una fábrica de jabón, solicitó permiso al alcaide, para traer sus equipos, instalarlos en un lugar especial dentro del presidio y fabricar jabones, en cuyo proceso participarían los reos que quisieran sumarse a dicha iniciativa.
Como era de esperar, hubo que elevar las correspondientes solicitudes a la capital y esperar respuestas. La aprobación -aunque tardía- significó el vamos, que permitiría generar recursos para los internos y para el propio gestor y promotor de la idea.
Aunque en un comienzo la tarea no fue fácil, poco a poco fueron obteniendo resultados y el entusiasmo fue en aumento, a tal punto que sobraban los reos voluntarios para participar en las diversas fases de la elaboración de los jabones. Y también eran numerosos los internos que recibían -a gratuidad absoluta- los residuos de jabón, lo que vino a resolver un menudo problema de aseo que se vivía tras las rejas. La calidad del producto trascendió en los extramuros del presidio y pronto la comunidad antofagastina comenzó a probar y a comprobar que se trataba de un producto barato y que no le iba en zaga a los otros que estaban en el mercado.
El propio Intendente de la época, Arturo Ramírez, recibió de obsequio tres panes de dicho producto, que no podría tener otro nombre: se llamaba "Libertad" y cuidadosamente tenía impresa en una de sus caras, la efigie de la estatua neoyorquina y en la otra cara, un símbolo que representaba un par de cadenas rotas. La primera autoridad de la provincia comprometió su apoyo a dicha iniciativa, con la intención que la fábrica de jabón "Libertad" siguiera funcionando al interior del presidio antofagastino, una vez que Antonio Barona saliera en libertad, una vez cumplida su sentencia. "Otros reos deberán tomar el relevo, para continuar desarrollando esta iniciativa que es un real aporte a la reinserción de los internos" -señaló.
Jaime N. Alvarado García. Profesor Normalista - Periodista