Secciones

Connotadas artistas reviven la ancestral tradición de pintar huevos de pascua, pero del tamaño de una persona

E-mail Compartir

Diez connotadas artistas, ilustradoras y muralistas decidieron aceptar el desafío de revivir la ancestral tradición de pintar huevos de Pascua de gran tamaño, en la primera exposición que presenta la nueva área de extensión de Parque del Recuerdo.

Con sus brochas, pinceles y lápices en mano, las artistas intervendrán de manera inédita una decena de huevos del tamaño de una persona. La idea de pintarlos responde a la necesidad de rescatar la tradición histórica de pintar huevos de Pascua.

En la exposición "Colores de Pascua" estarán presentes Josefina Jiménez, Trinidad Guzmán, Elena Ho, Constanza Larenas, Natalia Gutiérrez, Danae Alé, Daniela William, Catalina Cumsille, Macarena López y Pepa Espinoza, quienes trabajarán en huevos de 1,5 metros de alto y 90 cm de diámetro, y cuya finalidad será transmitir un mensaje de esperanza.

"Con esta exposición partimos un nuevo ciclo en Parque del Recuerdo y estrenamos nuestra área de extensión, en la que invitamos a todas las personas a volver a la presencialidad y hacer que nuestro parque sea 'más Parque' para todos. Iniciativas como estas van al rescate de nuestras tradiciones e invitan a las personas a disfrutar de este pulmón verde a través de experiencias culturales, educativas y recreativas", precisa Paulina Jaramillo, gerente de Asuntos Corporativos de Parque del Recuerdo.

La curatoría de la exhibición estuvo a cargo de Mappin, quienes desde el año 2015 agrupan a diferentes creadores chilenos en cuyos diseños se identifican las características, culturas y costumbres del territorio nacional.

La exposición "Colores de Pascua" es de carácter liberado, y permanecerá abierta para todo público de lunes a domingo de 9:00 a 18:00 horas en Américo Vespucio, Huechuraba, Región Metropolitana, y con ella se da inicio a un calendario de exposiciones y actividades culturales.

Las hormigas 'conquistaron' el mundo siguiendo a las plantas con flores

INVESTIGACIÓN. Ambas especies se originaron hace 140 millones de años en los bosques.
E-mail Compartir

Agencias

Las hormigas están prácticamente en todas partes, hay más de 14.000 especies diferentes repartidas por todos los continentes excepto la Antártida. Ahora, un nuevo estudio sobre su evolución concluye que estos pequeños insectos se "apoderaron" del mundo siguiendo a las plantas con flores.

En el trabajo publicado en la revista Evolution Letters, los científicos utilizan una combinación de fósiles, ADN y datos sobre las preferencias de hábitat de las especies modernas para reconstruir cómo las hormigas y las plantas han evolucionado juntas en los últimos 60 millones de años.

Descubrieron que cuando las plantas con flores salieron de los bosques, las hormigas las siguieron, iniciando la evolución de las miles de especies de hormigas que viven hoy en día.

Según Matthew Nelsen, del Field Museum de Chicago y autor principal del artículo, en la investigación se intenta comprender cómo pudieron diversificarse a partir de un único ancestro común para ocupar tantos espacios diferentes.

Los científicos ya sabían que tanto las hormigas como las plantas con flores, o angiospermas, se originaron hace unos 140 millones de años y posteriormente se hicieron más frecuentes y se extendieron a nuevos hábitats; Nelsen y sus colegas querían encontrar pruebas de que las trayectorias evolutivas de ambos grupos estaban relacionadas.

árbol genealógico

Para encontrar ese vínculo, los investigadores, también de la Universidad de Stanford y de Cornell, compararon los climas que habitan 1.400 especies de hormigas modernas, incluyendo datos sobre temperatura y precipitaciones, explica un comunicado del museo.

Unieron esta información a una reconstrucción a escala temporal del árbol genealógico de las hormigas, basada en información genética y en fósiles de estos animales conservados en ámbar.

Muchos de sus comportamientos, como dónde construyen sus nidos y en qué hábitats viven, parecen estar profundamente arraigados en los linajes de sus especies, hasta el punto de que los científicos son capaces de hacer conjeturas bastante acertadas sobre la vida de las hormigas prehistóricas basándose en sus parientes modernos.

Estos datos, junto con información similar de las plantas, ayudaron a entender el mundo de las hormigas primitivas.

Hace unos 60 millones de años, estas vivían principalmente en los bosques y construían sus nidos bajo tierra.

En esa época, algunas de las plantas de estos bosques evolucionaron para exhalar más vapor de agua a través de pequeños agujeros en sus hojas, lo que hizo que todo el lugar fuera mucho más húmedo y el entorno se pareciera más a una selva tropical, apunta Nelsen.

En este entorno más húmedo, algunas hormigas empezaron a trasladar sus nidos del subsuelo a los árboles -no fueron las únicas-.

Algunas de las plantas con flores que vivían en estos bosques empezaron a extenderse hacia el exterior, adentrándose en regiones más áridas y adaptándose para prosperar en condiciones más secas.

El trabajo de Nelsen y sus colegas sugiere que cuando las plantas con flores abandonaron los bosques, algunas hormigas las siguieron.

Es posible que las plantas les proporcionaran un incentivo en forma de alimento.

Un equipo de científicos revela la larga historia de los caballos en América

E-mail Compartir

Los pueblos nativos de Norteamérica podrían haber comenzado a montar y a criar caballos a comienzos del siglo XVII, mucho antes de lo que sugieren los registros europeos, según un estudio publicado en la revista Science.

En el trabajo, que reconstruye de forma exhaustiva la historia de estos animales en el continente, los investigadores analizaron restos desenterrados en diversas localizaciones de Estados Unidos para determinar cómo, y de qué manera, llegaron a las diferentes regiones del país.

Sus hallazgos sugieren que pueblos nativos como los comanches comenzaron a desarrollar vínculos con los caballos apenas décadas después de su llegada al continente a bordo de los barcos españoles.

"Toda esta información cuenta una historia más grande, más amplia y más profunda, una historia que los nativos siempre han sabido pero que nunca se ha reconocido", explicó en un comunicado uno de los autores del estudio, e historiador de la Nación Comanche de Oklahoma, Jimmy Arterberry.

Rebaten teoría

En concreto, los investigadores rebaten la teoría de que los pueblos indígenas de Norteamérica no comenzaron a criar caballos hasta la rebelión de Popé de 1680, en la que se escapó parte del ganado de los colonizadores españoles.

Revisando datos de ADN de los restos de caballos en varias localizaciones del Oeste de Estados Unidos, los científicos descubrieron que algunos de los animales, nacidos y criados en la región, se remontan a varias décadas antes de la rebelión.

Entre los investigadores se encuentran miembros de varios grupos de nativos americanos, que esperan que sus hallazgos sirvan para ilustrar la importancia de los caballos en la historia de sus pueblos y para animar a los científicos a tratar los restos de animales con el mismo cuidado con que tratan objetos culturales.