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Ricardo Díaz Cortés, gobernador regional de Antofagasta: "Antofagasta tiene que ser un referente para el resto del mundo, y eso significa mayor compromiso con los territorios"

PROCESO. El jefe regional analizó los objetivos de la Segunda Misión para seguir construyendo las bases de la Estrategia Minera Regional 2023-2050, incorporando las apreciaciones y necesidades de las comunidades, la academia y empresas locales.
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En terreno y con más participación de las comunidades, sector público y privado, empresas mineras y quienes habitan su entorno. Así resume el gobernador regional de Antofagasta, Ricardo Díaz Cortés, lo que englobará la Segunda Misión para definir la Estrategia Minera Regional (EMRA) 2023-2050, que comenzará sus actividades este lunes en la Región de Antofagasta.

La EMRA 2023-2050 es una iniciativa liderada por el Gobierno Regional, con apoyo técnico de expertos de la OECD, y ejecutada a nivel territorial por el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte (IPP-UCN).

La Segunda Misión EMRA visitará las comunas de Sierra Gorda, Calama, San Pedro de Atacama y Antofagasta, para sostener una serie de encuentros con actores claves con el fin de seguir desarrollando esta estrategia minera regional. Con énfasis en la transición hacia una industria ambientalmente sostenible, que involucre a las comunidades y empresas locales.

Junto con destacar la participación de la sociedad civil, el gobernador Ricardo Díaz resaltó su compromiso de llegar a todo el territorio que involucra la EMRA 2023-2050, para seguir avanzando en su elaboración y dentro de lo que definió "sentarse a dialogar con todos los actores que comprende el territorio".

¿Cuál fue el motivo de fondo para generar esta EMRA?

-En la Región de Antofagasta nosotros siempre hemos recibido el apodo de la capital mundial de la minería, la verdad es que aquellas personas que viven acá en la región y que no están asociados a la actividad minera, ven que eso es algo que muchas veces suena como una broma de mal gusto. No puede ser que toda la gente que vive en este territorio no tenga las mejores condiciones en infraestructura vial, escuelas u hospitales, incluso que no tengamos las áreas verdes que requerimos, es por eso, que nosotros hemos ido generando una Estrategia Minera Regional, en donde seamos capaces de ir viendo junto a las grandes empresas mineras que se encuentran en la zona, cuáles son las experiencias positivas que ocurren en otros países. Puesto que en otros países, las grandes compañías mineras trabajan y fortalecen a las comunidades, por lo tanto queremos que esas buenas prácticas, sean replicadas en nuestro territorio.

Hoy contamos con todo el apoyo de todas las agrupaciones sociales y civiles, con el apoyo de los municipios y de las empresas mineras, para construir en conjunto el tipo de región que queremos. Yo espero que con esta Estrategia Minera Regional, visualicemos qué es lo que la gran minería le puede entregar a esta región y también qué es lo que nosotros podemos transferirle al rubro minero, para generar una minería mucho más comprometida con los territorios.

Desde su punto de vista, la Primera Misión OECD ¿cumplió con las expectativas regionales?

-Una cosa que llamó mucho la atención en la Primera Misión que realizó la OCDE, fue que estuvieran todas las compañías mineras sentadas en la misma mesa. También, llamó mucho la atención que estuvieran los gerentes de las grandes compañías, junto a representantes de organizaciones medio ambientales, representantes de los pueblos originarios, y representantes de la ciudadanía, debido a que muy pocas veces se da la opción de que los ciudadanos de Antofagasta puedan conversar y plantear sus dolores, quejas o críticas, respecto a lo que ha sido la minería en la región. Con esto generamos una instancia de confianza, de un diálogo constructivo que permita a todos, el poder mostrar nuestras visiones y construir en conjunto.

Creo que se abrieron los espacios para que podamos conversar y soñar una región distinta, y que esto nos permita a todos proyectarnos hacia el futuro.

Se viene la Segunda Misión y tendrá un nuevo componente en terreno y dirigido hacia la sociedad civil ¿por qué se escogieron -además de Antofagasta y Santiago-, las comunas de Calama, Sierra Gorda y San Pedro como centros investigativos?

-Esta segunda etapa va a tener el foco principalmente en lo que las distintas comunidades puedan decir respecto de los desafíos que se requieren para la gran minería en nuestra región. Ahí lo relevante es que este discurso descentralizador que hemos hecho como gobierno regional, y que no aplica solamente hacia Santiago, sino que también, se aplique respecto a lo que ocurre dentro de las capitales regionales. No puede ser que todo quede en Antofagasta, tenemos que abrir el territorio a las distintas comunas y espacios que existen, de tal manera que todos se sientan parte de este proyecto.

La entrega final de la EMRA 2030-2050 se socializará en septiembre de este año, ¿cuáles son las expectativas y beneficios que entregará a la región este relevante estudio?

-Espero que a partir de esta Estrategia se establezca un nuevo nivel de responsabilidad social - empresarial para las grandes mineras y que impulse el desarrollo de los territorios. Este desarrollo de los territorios, puede ser a través del acceso al agua para que las comunidades generen agricultura en el desierto, puede ser a través de mayores cuotas de mano de obra contratada en la región, puede ser a través del apoyo a los municipios por medio del diseño de proyectos, de tal manera que podamos utilizar los recursos públicos con mayor celeridad, pero también tiene que ser de una forma en que la región oriente a las grandes mineras, sobre el apoyo necesario para impulsar los nuevos procesos. Esta región puede entregar más energías limpias, mejor capacidad de mano de obra y profesionales certificados, podemos sobre todo, entregar ciudades que sean mucho más gratas para vivir, así la gente que venga a trabajar decida quedarse y vivir aquí.

Finalmente, ¿cuál es su apreciación sobre el trabajo realizado por el equipo de la OECD y del IPP UCN, dentro de esta iniciativa?

-Agradezco el apoyo de la OCDE porque esta es una iniciativa que es inédita en América Latina, si nosotros logramos esta Estrategia sería la primera en el continente americano, instancia en donde las comunidades se ponen de acuerdo con la gran industria sobre cómo trabajar en conjunto. Es una iniciativa tan precursora que nos han estado invitando de otros países para ver cómo se ha estado desarrollando.

Antofagasta tiene que ser un referente internacional para el resto del mundo, y eso significa mayor compromiso con los territorios, y en este proceso nos ha ayudado muchísimo la labor de la OCDE y el IPP de la Universidad Católica del Norte.