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Casa Blanca y los tiroteos: "Esto es una crisis que los republicanos rechazan abordar"

VIOLENCIA. En lo que va del año se han registrado más de 200 de estos episodios.
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La Casa Blanca afirmó ayer que Estados Unidos vive "una crisis" por los tiroteos, tras el ataque de este fin de semana en Texas, donde murieron ocho personas, incluyendo menores de edad.

"Estamos en el día 128 de 2023 y, según los principales recuentos, hemos visto el tiroteo masivo (número) 201 de este año en este país", dijo la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, quien subrayó que esto supone una media de más de un tiroteo al día y que, según las estimaciones, más de 14.000 personas han fallecido este año producto de esto.

"Esto es una crisis, es una crisis que los republicanos en el Congreso rechazan abordar. Estamos hablando de la mayor causa de muerte en menores en EE.UU. y con los republicanos en el Congreso diciendo que no se puede hacer nada al respecto", lamentó la vocera.

Jean-Pierre recordó que el Presidente Joe Biden instó el domingo al Congreso a aprobar una ley que prohiba las armas de asalto y otro tipo de armamento de alta capacidad, entre otras medidas.

El sábado, un hombre abrió fuego en un centro comercial de Allen, una ciudad cercana a Dallas (Texas), con un rifle semiautomático AR-15, ocasionando la muerte de ocho personas.

Hasta la fecha, se han registrado en EE.UU. en lo que va de año 202 "tiroteos masivos", según la organización Gun Violence Archive, que considera como masivos los tiroteos con al menos cuatro víctimas -tanto muertos como heridos- y sin contar al autor del ataque.

Protesta en serbia

Por otro lado, miles de personas se manifestaron ayer en varias ciudades de Serbia para pedir dimisiones y medidas luego de los dos tiroteos ocurridos la semana pasada en el país, que dejaron 17 muertos.

Cristina Fernández pide no "encubrir" el atentado que sufrió

ARGENTINA. La ex Mandataria se refirió al formateo del teléfono de una testigo.
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La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, clamó ayer contra el presunto "encubrimiento" del atentado que sufrió el pasado 1 de septiembre, al tiempo que apuntó contra Patricia Bullrich, precandidata presidencial por la principal coalición opositora del país.

En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, la también ex Mandataria (2007-2015) se refirió a una noticia publicada este domingo por el diario Página 12, donde se reveló que una testigo clave del caso habría sufrido presiones para borrar los datos de su teléfono celular en unas oficinas relacionadas con Bullrich.

Según esta información, la testigo, ex asesora del diputado opositor Gerardo Milman, declaró ante la Justicia que no vació el teléfono "por voluntad propia, sino que fue llevada a oficinas de Bullrich, donde un perito eliminó el contenido de su aparato, el de otra asesora y el del propio Milman".

"Resulta muy impresionante no sólo la naturalización de la violencia política sobre mi persona, sino también el encubrimiento del intento de asesinato ocurrido el 1 de septiembre", señaló Fernández.

El bloque del oficialista Frente de Todos en el Senado calificó esto como un hecho de "profunda gravedad" que debe ser investigado "hasta las últimas consecuencias".

El Presidente Alberto Fernández, calificó ayer de "vergonzoso" el formateo del teléfono. "Cuando leo que en el despacho de una diputada se borraban los teléfonos de una empleada para que no queden registros después del atentado (...) en términos institucionales, es de una gravedad significativa", aseveró.

El Mandatario calificó de "imperdonable" este hecho, al tiempo que pidió explicaciones a Bullrich y Milman.

La reacción de Bullrich llegó a través de Twitter: "Ya no saben que inventar frente al total y absoluto fracaso de su patético cogobierno".

Frontera entre México y EE.UU. se satura de migrantes en víspera del fin de ley que permite expulsiones

CRISIS. El jueves dejará de regir el Título 42, norma que permite deportaciones inmediatas por motivos de salud. Miles de personas desbordan ciudades limítrofes.
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Tanto al sur como al norte de la frontera entre México y Estados Unidos se han conglomerado miles de personas a la espera de que el jueves la Casa Blanca ponga fin al Título 42, un hito que muchos migrantes perciben como una oportunidad para cruzar hacia EE.UU..

Es la situación de El Paso, ciudad estadounidense en la frontera con México, en la que un millar de personas acampa precariamente.

El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, anunció ayer el despliegue de una nueva unidad de la Guardia Nacional que operará con helicópteros para evitar la entrada de migrantes desde México y anticipó que están preparando leyes para considerar como "delito grave" la entrada ilegal y permitir así la expulsión de los migrantes.

En El Paso está vigente el estado de emergencia desde el 1 de mayo para poder reaccionar con más diligencia a la situación, debido a la gran afluencia de migrantes que han decidido no esperar a que el Título 42, medida que adoptó Donald Trump y después continuó el Presidente Joe Biden para expulsar a migrantes con el argumento de la pandemia por el covid-19, concluya para intentar buscar una mejor vida en Estados Unidos.

En el centro de la ciudad, en torno a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús se concentra ya un millar de personas, la mayoría indocumentadas y hombres que se protegen de noche con mantas entregadas por la Cruz Roja y de día usan improvisados cobijos, hechos con lonas, para evitar el calor que se hace notar con fuerza en estas latitudes meridionales del país.

También se han instalado servicios públicos para las personas que se concentran en la zona, muchas de las cuales hacen planes sobre su próximo paso: solicitar asilo o continuar su camino hacia el norte arriesgándose a ser detenidos y deportados.

Albergues desbordados

Al sur de la frontera, en Ciudad Juárez, se estima que se albergan más de 35.000 migrantes, con cientos de ellos que duermen en las calles, donde algunos trabajan en la informalidad limpiando vidrios o vendiendo dulces.

Un ejemplo de la situación es "El buen samaritano", un refugio que en febrero pasado incrementó su capacidad de 50 a 180 personas ante la creciente presencia de migrantes.

"Es probable que incrementen los flujos migratorios, esta situación se va a poner compleja y probablemente algunos grupos (de criminales) se aprovechen para cruzarlos ilegalmente", expuso a Efe Juan Fierro, director del albergue.

Sin embargo, el Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, negó que su país afrontará un mayor ingreso de migrantes ante el fin del Título 42. "Con la información que se está dando, nosotros pensamos que no va a aumentar el flujo migratorio, porque se está abriendo una opción, una alternativa", declaró el Mandatario, quien adelantó que hoy tendrá una videoconferencia con Biden para tratar este y otros temas.

El Mandatario, además, cuestionó el anuncio de Abbott. "El gobernador de Texas también en una ocasión dijo que iba a armar la frontera con cañones hacia acá, hacia nosotros, con tanques. ¿Y ahora qué dice? Que helicópteros. Allá en su territorio lo pueden hacer, nada más que de este lado de la frontera no", dijo López Obrador.