Algo que hemos aprendido a lo largo del tiempo es la poca capacidad que tiene el Estado para solucionar distintas problemáticas al mismo tiempo. El eslogan "creo que podemos caminar y al mismo tiempo mascar chicle" se ha vuelto muy usado, pero en la práctica todo pareciera indicar que es solo eso, un eslogan.
Los resultados del SIMCE entregados este mes, de forma tardía, han sido desalentadores y vienen a confirmar lo que muchos hemos alertado reiteradas veces: Vivimos un verdadero terremoto educacional.
Si bien, la calidad de la educación en Chile ha ido bajando incluso desde antes de la pandemia, podemos asegurar que de nada ayudó la férrea obstrucción por parte del colegio médico y de profesores, quienes se opusieron a que las escuelas fuesen las primeras en abrir y últimas en cerrar. Recordemos que tuvimos situaciones tan absurdas como que se permitía ir a un mall lleno de gente pero no al colegio a tener clases presenciales. Así nos volvimos el país OCDE con los colegios cerrados por más días, dejando como consecuencia lo que vivimos hoy en esta materia.
Luego llegó la generación de la revolución pingüino al gobierno, que antes proponían una agenda refundacional que se ha quedado guardando polvo en el estante. Hoy tal como se ha vuelto costumbre, han llegado tarde a cada cosa que los expertos decían que ocurriría. Sucedió con los incendios, la crisis de seguridad, la de salud, y claro que lo repitieron en educación. Tardaron en entregar los datos de deserción escolar, a pesar de que varias instituciones y fundaciones pedían celeridad para este informe. Y solo cuando vieron la conmoción que causó esta publicación es que decidieron hacer una mesa de trabajo en la que se llegó a una política pública para recuperar a la enorme cantidad de niños que han desertado del sistema educacional. Dicho sea de paso, que la parte importante de esta iniciativa se comenzará a ejecutar recién a un año y medio de gobierno y con resultados que no sabemos si serán realmente satisfactorios. Sí sabíamos que la deserción escolar aumentaría producto de los cierres ¿No podíamos anteponerse a la problemática?
Similar es lo que ha ocurrido con las capacidades básicas de lectura y matemáticas. Aun sabiendo que los resultados del SIMCE iban a bajar, por todo lo antes mencionado, el ministerio de educación sólo se enfocó en los reforzamientos de lectura, dejando las matemáticas a un lado. Pero claro, los peores resultados los hemos obtenido en esta última materia con un 54% de niños con conocimientos insuficientes y sólo un 15% en nivel adecuado. Simplemente catastrófico.
En este punto, con lo dicho, es importante que los esfuerzos se centren en recuperarnos de esta tragedia, y que el MINEDUC deje de lado aquellas agendas menos relevantes como la implementación del ESI. Es importante tomar medidas que reúnan a los padres, los profesores y las instituciones para salir juntos de esta crisis. Si se sigue reaccionando tarde a las problemáticas reales de la ciudadanía se terminará profundizando la desigualdad y volviendo a los ciudadanos más dependientes del Estado. Es momento de priorizar la mejora de la educación, el reforzamiento de materias y batallar contra la deserción escolar.