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Bolsonaro dice que "no es justo" que lo puedan despojar de sus derechos políticos

BRASIL. Hoy se retoma juicio en su contra. Quiere ser candidato en 2026.
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El expresidente brasileño Jair Bolsonaro cuestionó ayer la legitimidad de la acusación que puede despojarle de sus derechos políticos por un plazo de ocho años, en un juicio que se retoma hoy.

Bolsonaro, que es acusado de cometer "abusos de poder" durante la campaña para las elecciones de 2022 por sus actos para minar la confianza en el sistema electoral, afirmó que su intención era justo la contraria, "proteger la democracia".

"¿Es justo retirar los derechos políticos de alguien por reunirse con embajadores? No es justo decir que se atacó a la democracia", dijo Bolsonarodurante un acto en la Asamblea regional de Sao Paulo.

El líder de la ultraderecha hizo estas declaraciones en la víspera de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) retome el juicio en el que se le acusa de "abusos de poder" durante la campaña electoral, en las que lo derrotó el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.

El eje de la acusación es una reunión que Bolsonaro convocó con medio centenar de embajadores extranjeros en la residencia oficial de la Presidencia el 18 de julio de 2022, para descalificar la transparencia del sistema electoral y la democracia, y que ordenó que fuera transmitida por la televisión pública.

La primera audiencia del juicio se celebró el pasado jueves y en ella el Ministerio Público acusó a Bolsonaro de exponer "alegaciones inverídicas" ante los embajadores, con el propósito de minar la confianza en las elecciones y "perturbar la normalidad institucional del sistema democrático".

El sábado, Bolsonaro admitió que "en 2026, si estoy todavía vivo y también elegible y si es el deseo del pueblo, voy a disputar nuevamente la Presidencia".

En su cuarta visita este año, Fernández le dice a Lula: "Usted tiene un amigo en problemas"

HONOR. El presidente argentino aludió a la crisis que vive su país al recibir la máxima condecoración que puede conferir Brasil a una autoridad extranjera.
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El presidente de Argentina, Alberto Fernández, fue condecorado este lunes por su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien al agradecer el gesto y valorar la amistad que les une le confió: "Usted tiene un amigo en problemas".

Lula le impuso a Fernández el Gran Collar de la Orden de Cruzeiro do Sul, la máxima condecoración que el Estado brasileño confiere a autoridades extranjeras, en una ceremonia realizada después de una reunión privada.

Fernández agradeció el "honor" a su "entrañable amigo Lula", y celebró el hecho de recibir esa condecoración en el marco de una visita de Estado a Brasil, la cuarta del año, en oportunidad del bicentenario del establecimiento de relaciones entre ambos países.

"Brasil y Argentina nacieron para estar indisolublemente unidos", declaró Fernández, quien subrayó la "amistad que existe entre las dos naciones" y "los dos pueblos", y también entre él mismo y Lula.

En aparente alusión a la crítica situación financiera de su país, Fernández le dijo a Lula: "Usted tiene un amigo en problemas", y agregó que cuando alguien está en esa situación, "acude a sus amigos" en búsqueda de ayuda.

Lula reiteró la voluntad política que existe en su Gobierno para tenderle una mano a Argentina, pero no planteó ninguna alternativa diferente a las que se ya se conocen y están en negociación.

Estas pasan por un posible financiamiento de Brasil a parte de las obras del gasoducto de Vaca Muerta, yacimiento situado en el sur del país vecino, y a incentivar el uso de monedas locales para el pago del comercio bilateral, mecanismo que existe hace más de una década y que no termina de ser utilizado por los empresarios.

Tras la reunión, fue divulgado un comunicado conjunto en el que ambos Gobiernos de comprometieron a continuar fortaleciendo la cooperación bilateral en los más diversos sectores, incluido el ámbito del Mercosur.

Después de imponerle la condecoración a Fernández, Lula ofreció un almuerzo a la delegación argentina en la sede de la cancillería, tras lo cual Fernández mantuvo un encuentro con el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco.

"Argentina pasa por un momento muy difícil", insistió Fernández en la reunión con Pacheco, a quien explicó que "la economía" de su país está "complicada" como consecuencia de una intensa sequía que afectó la actividad exportadora.

"Dejaron de entrar 20.000 millones de dólares", argumentó el presidente argentino, quien dijo que eso "complica a la hora de importar productos de Brasil".

Fernández enfrenta el tramo final de su mandato con la inflación disparada por encima del 100% anual, una aguda escasez de divisas y dificultades para renegociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el pago de un préstamo de 44.000 millones de dólares heredado de la gestión de su antecesor, el conservador Mauricio Macri.