Alta y Baja Política
Ricardo Díaz Cortés , Gobernador regional de Antofagasta
En el último pleno del Consejo Regional tuvimos dos momentos con ethos muy distintos. El "ethos" en filosofía hace referencia a la actitud que uno puede tener dada las circunstancias que uno vive. Es el estado de ánimo pero que logra ser consciente y controlado.
En un momento, hablamos del sucio tema de los convenios entre la Seremi del Minvu y la Fundación Democracia Viva. En esta instancia reiteré que como Gobierno Regional hemos realizado esfuerzos significativos por elevar las exigencias para presentación de proyectos, creando el pasado mes de enero una unidad de pre inversión que mejore el control de los proyectos, en especial desde fundaciones. Esto debido a que en el anterior gobierno, la región se vio envuelta en temas de falta de probidad e irregularidades con las cajas de alimentos durante pandemia, de lo cuales nos toca aún rendir cuentas.
El ambiente no era el mejor.
Estos casos de corrupción han, comprensiblemente, levantado un manto de dudas sobre todos los políticos y todas las fundaciones. Por lo mismo es necesario explicitar que nuestro Gore no está involucrado en este tipo de casos y que incluso tenemos mayor resguardo en proteger nuestros recursos.
En otro punto de la pasada sesión del Core, presentamos el proyecto de desarrollo del centro aeroespacial en la región junto al director nacional de dicho espacio, el general Saez.
El ánimo fue muy distinto. El general nos llevó a ver las posibilidades de desarrollo para nuestra región en nuevas áreas de investigación, la necesidad de nuevas carreras universitarias, la posibilidad de nuevos empleos y nuevas oportunidades de comunicación.
Es un proyecto que cambia la mirada. Que renueva lo que se viene haciendo en la región. Este proyecto aeroespacial, junto a la nueva estrategia de minería regional que estamos desarrollando, son iniciativas relevantes que nos preparan para el futuro. Con esta última podemos por fin concretar ese tan anhelado "nuevo trato" para la región y dar paso a una minera responsable y comprometida con el territorio, permitiendo que parte importante de la riqueza que producimos por fin se quede en la región.
La política puede ser muy sucia o muy esperanzadora. Sólo depende de que, quienes participamos de ella, estemos comprometidos con avanzar, sin discursos morales ni pontificando, sino que entendiendo la trascendencia que tienen nuestras acciones.
Cuando asumí hace dos años la responsabilidad de ser gobernador la asumí con la convicción de mejorar la política, de permitirnos soñar en grande, de prestigiar nuestra región. Si hay un problema lo enfrentaremos moleste a quien le moleste. Si hay oportunidades gigantes para la región las tomaremos. Y si hay que rendir cuentas y ser más exigentes con los controles y probidad, lo haremos.
Tengo la convicción de que, frente a tanta mediocridad debemos desarrollar una gestión política limpia. Ese es el camino que estamos siguiendo, porque nuestra región merece que, quienes la representamos estemos a la altura de sus legítimas demandas.