En los últimos tiempos, nuestro país ha transitado electoralmente de un polo a otro, debido a la habilidad de cada sector para generar relatos y enarbolar banderas que despiertan el sentido de urgencia en los votantes. Primero, el Frente Amplio con los derechos sociales y, posteriormente, Republicanos con el énfasis en seguridad. Sin embargo, es poco saludable que este tránsito sea tan brusco. La política no es para llaneros solitarios, y pensar que se puede gobernar a solas es un grave error, como se demostró con un oficialismo derrotado que terminó convocando a quienes siempre criticó: Los protagonistas de los 30 años de la ex Concertación.
Asimismo, es importante sacar a colación lo sucedido en España, donde el Partido Popular y VOX tenían las preferencias para gobernar ante un profundo descontento con la administración del PSOE y Podemos. Paradójicamente, ocurrió lo que nadie pudo anticipar: No alcanzaron la mayoría absoluta. La derecha y la centroderecha, con una actitud soberbia entre ellas, terminaron por pavimentar un posible segundo gobierno socialista, a pesar de su deficiente administración, pero cuyo sector se unió en busca de un objetivo común. Este es un claro ejemplo de cómo "a la izquierda el poder los une" y "a la derecha el poder los desune".
Lo de España es un escenario que podría ocurrir en nuestro país si los conglomerados de Chile Vamos y Republicanos no logran llegar a acuerdos. Hoy, lo más importante es conformar una oposición congruente y no visceral ante el gobierno de Boric, que pese protagonizar el mayor escándalo de financiamiento irregular de la política de los últimos años, mantiene un 32% de aprobación a su gestión. Hemos sido una oposición descoordinada, aturdida y carente de objetivos comunes.
En el plano local, el escenario no es mejor. Antofagasta tiene la peor administración municipal vista en décadas, con una falta de control de gestión interna que produce terminación de contratos sin levantar las licitaciones correspondientes, respondiendo con un exceso de tratos directos, nula inversión de obras públicas, deficiente mantenimiento de los establecimientos educacionales y mínimos proyectos para la obtención de fondos regionales, entre un sinfín de problemas. Pero, ante cualquier crítica, la respuesta es la misma: un simpático video protagonizado por un gato a través de redes sociales, lo cual resulta insólito.
Requerimos visión por parte de las dirigencias, las cuales deben generar acercamientos para pactar entre bloques de derecha y centroderecha con miras al próximo proceso electoral, municipal y de gobiernos regionales. No es necesario que se forme una coalición única, pero sí que se busquen pactos por omisión que permitan distribuir a los candidatos y evitar que los bloques del sector compitan, ya que este proceso será la medición más próxima de la antesala presidencial.
La izquierda y el populismo han sumido a nuestra región en una espiral de incompetencia y corrupción, del que sólo podremos salir si trabajamos unidos y proponemos a nuestras cartas más competentes. Por el bienestar de nuestros vecinos y nuestros hijos, no tenemos alternativa.