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La niñez, un desafío de todos

Es fundamental apoyar a las nuevas generaciones en su crecimiento emocional y desarrollo personal. A pesar de todos los desafíos, la niñez sigue siendo un periodo de descubrimiento, asombro y alegría.
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Hace una semana en el país se celebró el Día de la Niñez, fecha que reunió a millones de familias en torno a uno de los aspectos más relevantes de toda comunidad: las nuevas generaciones. Pero más allá de los paseos, los regalos y las celebraciones, parece relevante generar una reflexión sobre los desafíos y oportunidades que los niños enfrentan en una sociedad en constante cambio, algo que sin duda debe prolongarse mucho más allá de un día de festejos.

La niñez, que una vez se consideró un período de inocencia y alegría sin preocupaciones, hoy en día se ve influenciada por una serie de factores que pueden hacer que parezca cada vez más difícil. Los avances tecnológicos, la exposición temprana a información compleja y las expectativas sociales y académicas son solo algunos de los elementos que influyen en la experiencia de ser niño o niña en la actualidad.

La tecnología y las redes sociales han transformado la forma en que los niños y niñas interactúan con el mundo. Si bien esto ofrece innumerables oportunidades de aprendizaje y conexión, también puede exponerlos a desafíos emocionales y sociales antes de lo que podríamos haber imaginado. La imagen corporal, la autoestima y la presión para cumplir con estándares digitales pueden crear un ambiente complejo para los jóvenes.

Las expectativas académicas y sociales pueden ser abrumadoras. Los niños y niñas enfrentan la presión de rendir bien en la escuela, participar en actividades extracurriculares y equilibrar una agenda ocupada. La comparación constante en línea puede erosionar la autoestima y el sentido de pertenencia, generando una carga emocional que puede ser difícil de manejar.

A pesar de estos desafíos, la niñez sigue siendo un período de descubrimiento, asombro y alegría. Los niños y niñas poseen una habilidad innata para encontrar la belleza en lo simple, para apreciar cada día como una aventura y para contagiar su entusiasmo a quienes los rodean. Su capacidad de adaptación y resiliencia es un recordatorio constante de la fuerza del espíritu humano.

Pudrición y algo más

Sergio Lagos Luciano , Pastor Evangélico
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"Algo podrido hay en el reino de Dinamarca" comentario de Marcelo a Horacio, tras la decisión de seguir a Hamlet y al espectro (fantasma del padre de Hamlet). Recordé por alguna razón a William Shakespeare y la expresión de gravedad de Marcelo sobre su nación. Es ficción, pero: ¿Qué tan alejada, está de la realidad? En la actualidad, la realidad supera con creces la ficción, el dominio avasallante de la violencia y corrupción, hacen el pan de cada día, un pan que nadie quiere comer. Sin embargo, solo miramos, o bien nos cubrimos de simulada indiferencia.

Hace unos días en nuestro país, fue promulgada la ley que penaliza los delitos económicos. Un avance, en una ley, que busca de alguna manera, prevenir y penalizar los delitos de la mencionada ley. Hoy en día, el avasallante avance en el grado de criminalidad y libertinaje, dejan en jaque el ordenamiento jurídico y los medios para protegerlo. Latinoamérica, sin mirar más lejos no es la excepción. De pronto en medio de mi pensar, mi mente se traslada al momento en que Dios, ad portas a la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra, fija su mirada de confianza y seguridad en un hombre llamado Abraham, nuestro padre de la fe, me sobrecoge lo que Dios dice de él: "Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí…" (Gen. 18:19).

En este versículo, nuestro Dios, además, confía en que su descendencia guardará sus mandamientos, caminando y "haciendo" justicia y juicio. Estimados lectores vivimos tiempos vertiginosos, a una velocidad tecnológica imparable, sepulcral, que entierra generaciones. El libro Lamentaciones, en el antiguo testamento, nace después de la destrucción total de la nación de Israel, producto de la desobediencia y corrupción social. La leche ya estaba derramada, con el dolor de la nada, flotando en las almas cansadas, había pasado el tiempo de la salvación, solo quedaban ruinas y cenizas de lo que un día fue íntegro.

Entre la congoja y el pesar, asoma Jeremías con palabras de esperanza, las misericordias de Dios son nuevas cada mañana, aflora lo divino que ilumina a quienes le creen y obedecen: "Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos al Señor; Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos;"(Lam.3) Entendamos que las sociedades y culturas perecen por las consecuencias, fruto de sus actos, de su liberalidad y permisividad de los gobernados y de quienes gobiernan y administran la justicia.

Nada podemos recibir si no nos es dado por Dios; palabras expresadas por Juan el Bautista, inspiradas por el santo Espíritu de Dios. Oremos por la familia, nunca antes había sido tan golpeada como en nuestros días, en donde la desintegración y el orden de Dios es alterada por la corriente de ideologías que derriban los límites naturales.

Región de excelencia: el desafío de todos

Ricardo Díaz Cortés , Gobernador de la Región de Antofagasta
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Nuestra región tiene múltiples dolores. La escasez de viviendas nos golpea fuerte, sin embargo, ahí está el CORE aportando para construir 8.700 soluciones habitacionales. Otro dolor son las quemas ilegales en La Chimba: desde el Gobierno Regional hace más de un año entregamos los recursos para solucionar este flagelo, conscientes de la urgencia de esta grave situación, por lo mismo es imperante que las instituciones que ya tienen el financiamiento cumplan con su parte. En temas de seguridad el Gobierno Regional ha invertido más de 28 mil millones de pesos y en temas de salud, otros 18 mil millones de pesos.

Podríamos seguir enumerando, ya que son múltiples las iniciativas que hemos levantado como Gobierno Regional. El 88,5 % de los proyectos presentados al CORE han ido a financiar los temas que preocupan a nuestra gente, a saber, Salud, Educación, Vivienda y Seguridad.

Ahora bien, la labor de un gobernador no es solo resolver nuestro presente, sino también invertir para un mejor futuro. Estos temas en general las autoridades no los toman, porque son de largo aliento y los frutos probablemente los recojan en administraciones futuras, por lo mismo los han dejado de lado, situación que ha impedido a nuestra región dar un salto cualitativo.

Nosotros tenemos una mirada de largo aliento, creemos que, junto con las urgencias del presente, es necesario proyectar el desarrollo de la región. Por eso estuvimos en la Conferencia Soberanía Espacial Nacional, instancia en la que se firma un acuerdo de intenciones para el desarrollo de satélites. Sabemos que un centro aeroespacial de armado de satélites en nuestra región, traerá consigo un cambio disruptivo en nuestras operaciones productivas y en nuestras capacidades de aprendizaje.

Desarrollar la tecnología para diseñar y elaborar satélites significará abrirnos a nuevas investigaciones, a enfrentar nuevos desafíos en ingeniería para soportar las condiciones extremas del espacio, resolver desafíos de comunicación interestelar y soportar los rigores del viaje hacia el espacio. Introducir una nueva tecnología implica generar un desarrollo que sin duda traerá avances que se propagarán a otras áreas como la energética, minera, logística, etc.

Ahora bien, todo ello requiere que nos preparemos para esta mejora constante. Que nuestras escuelas entreguen una formación de calidad que estimule la curiosidad intelectual. Que nuestras universidades desarrollen nuevos laboratorios y centros de investigación. Que nuestras empresas proveedoras de servicios crezcan y se alisten para los desafíos de nuevas energías, como el hidrógeno verde. Para qué decir de la importancia de aprender inglés, que nos permita ser una región con vínculos internacionales. Cambios que nos sacarán de nuestra zona de confort y nos desafiarán a mejorar.

La palabra que debe guiarnos en este viaje es aquel viejo vocablo griego: "Areté", concepto que tradicionalmente se traduce como virtud, pero que en su origen etimológico podemos entender como excelencia. Proyectemos una región de excelencia, en la cual nuestros hijos e hijas se prestigien solo por el hecho de estudiar acá. Pongamos la excelencia como un mantra para todos. Cada uno de nosotros debe mejorar, debe crecer. Tracemos una meta alta y avancemos juntos por alcanzarla. Probado está que quien se desafía hacia grandes metas logra grandes resultados. Así es que vamos por una región de excelencia.