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Periodo cÁlido del Pleistoceno facilitó la expansión de seres humanos modernos por la región de Siberia en la actual rusia

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Un importante periodo de calentamiento en el Pleistoceno habría facilitado la expansión de los primeros humanos modernos por Siberia, sugiere un estudio que publica Science Advances.

La investigación compara las comunidades vegetales del Pleistoceno en torno al lago Baikal, en Siberia (Rusia), a través del polen, con los vestigios arqueológicos más antiguos de Homo sapiens en la región.

El estudio de científicos japoneses y estadounidenses sugiere que el aumento de las temperaturas apoyó a los bosques que se expandieron hacia Siberia y facilitaron la migración humana temprana allí, aproximadamente al mismo tiempo que a más áreas occidentales de Eurasia. El equipo utiliza "notables pruebas" para contar con nuevos detalles "una historia convincente" de hace 45.000-50.000 años: cómo migraron los primeros humanos por Europa y Asia, indica la Universidad de Kansas (Estados Unidos) en un comunicado.

El estudio proporciona una visión de las condiciones ambientales en el lago Baikal usando registros de polen para revelar "un sorprendente calentamiento" durante ese periodo

El antropólogo Ted Goebel, de la citada universidad, destacó que la investigación aborda antiguos debates sobre las condiciones ambientales a las que se enfrentaron los primeros Homo sapiens durante su migración a Europa y Asia hace entre 40.000 y 50.000 años.

Los datos sobre el polen sugieren que la dispersión de la gente se produjo durante algunas de las temperaturas más altas del Pleistoceno tardío, que también habrían provocado una mayor humedad.

El antiguo registro de polen muestra bosques de coníferas y pastizales que caracterizaban la región, capaces de sustentar la búsqueda de alimento y la caza por parte de los humanos, unos datos que, combinados con la evidencia arqueológica, cuentan una nueva historia, según Goebel.

El factor clave es la datación precisa, no solo de los fósiles humanos y los huesos de animales asociados a la arqueología de estos pueblos, sino también de los registros ambientales, incluidos los del polen.

El experto resaltó que la investigación presenta "una sólida cronología" de los cambios medioambientales en el lago Baikal durante ese periodo, complementada con un registro arqueológico bien datado de la presencia del Homo sapiens en la zona.

En la región se ha encontrado, al menos, un hueso humano que data de esa época, aunque no del lago Baikal, sino más al oeste, en un lugar llamado Ust'-Ishim, indicó Goebel.

Los análisis confirman que es un representante de Homo Sapiens moderno, distinto de los neandertales, denisovanos, u otros humanos arcaicos premodernos.

La vinculación de ese único individuo con los yacimientos arqueológicos de la región del Baikal es tenue, aunque es posible que represente a la misma población, pero son necesarias más pruebas, señala la universidad.

Los primeros habitantes de la zona es probable que vivieran en familias nucleares extensas o en pequeñas bandas, como parecen haber hecho en otras zonas de Eurasia. Sin embargo, la degradación de las pruebas arqueológicas -agregó Goebel- hace difícil saberlo con certeza.

Revolucionario uso de la IA permitirá establecer si existe vida extraterrestre

CIENCIA. Científicos que desarrollaron la prueba aseguraron que además servira para determinar el comienzo de la vida en la tierra y el origen de rocas de millones de años
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Agencias

Un revolucionario test que utiliza la ayuda de la inteligencia artificial (IA) para analizar muestras del suelo permitirá establecer con un 90% de exactitud la existencia presente o pasada de vida en Marte y otros planetas, reveló un grupo de científicos.

El coautor del método descubierto, el estadounidense Jim Cleaves, del Earth and Planets Laboratory del Carnegie Institution for Science, declaró a Efe que podrá utilizar los sensores de naves espaciales y vehículos robotizados, como los rovers enviados a Marte y la Luna, para detectar señales de vida.

Los científicos creen también que el test se puede aplicar a muestras ya extraídas en el pasado, como las que ha recogido el rover Curiosity con su instrumento Sample Analysis Mars (SAM o Análisis de Muestras de Marte), simplemente ajustándolo a sus respectivos protocolos.

"Uno de los grandes avances de este trabajo es que utiliza datos que son recogidos por instrumentos que ya están presentes en una variedad de naves espaciales. Así que los datos que ya existen de Marte pueden ser enviados a este algoritmo y darnos una respuesta positiva o negativa", explicó Cleaves.

El equipo está ya en contacto con instituciones que tienen muestras y datos recopilados y dice estar avanzando rápidamente para empezar a realizar los primeros análisis en los próximos meses.

Lo cambiará todo

El doctor Robert Hazen, que junto a Cleaves lideró el grupo de siete científicos que ha desarrollado la prueba, señaló en un comunicado que "este método analítico tiene el potencial de revolucionar la búsqueda de vida extraterrestre".

"También profundiza nuestra comprensión tanto del origen como de la química de la vida más antigua de la Tierra", añadió.

La prueba utiliza el patrón molecular revelado por el uso de la pirólisis con cromatografía de gases (que separa e identifica los componentes de la muestra) y de la espectrometría de masas (que establece el peso molecular de esos componentes).

Tras entrenar la IA desarrollada por los científicos con el análisis molecular de 134 muestras de carbono de las que se conoce su origen biótico o abiótico, el algoritmo puede ahora detectar mínimas diferencias de los patrones moleculares para determinar el origen de la muestra.

"Con un 90 % de certeza", insiste Cleaves.

El científico estadounidense añadió que no sólo la IA es capaz de distinguir el origen biológico o no, sino también si la muestra tiene restos de vida pasada que ha sido alterada por procesos geológicos, como el caso de carbón vegetal, petróleo o ámbar.

Amplia utilidad

La utilidad de la prueba no se limita a determinar la presencia de vida en otros planetas o cuerpos celestes. El método también ayudará a revelar, por ejemplo, cuándo se inició la vida en la Tierra o el origen de misteriosas rocas de millones de años de antigüedad.

"Estamos recibiendo muestras de toda la historia de la Tierra para determinar si podemos discriminar la aparición de diferentes tipos de organismos con la historia geológica. Hay muestras de las etapas más tempranas de la historia del planeta sobre las que se debate si son muestras de vida o no", dijo Cleaves.

El grupo de siete científicos, financiado por la Fundación John Templeton y dirigido por Cleaves y Hazen, del Carnegie Institution for Science, publicó su hallazgo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los científicos creen que su prueba también permitirá potencialmente descubrir vida extraterrestre totalmente diferente a la que existe en la Tierra.

"Estos resultados significan que podemos ser capaces de encontrar una forma de vida en otro planeta incluso si es muy diferente a la vida tal y como la conocemos en la Tierra. Y si encontramos señales de vida en otros sitios, podremos decir si la vida en la Tierra y otros planetas derivó de un origen común o diferente", concluyó Hazen.