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Ascenso y caída de George Santos, un mitómano en el Congreso de EE.UU.

VOTACIÓN. Republicano fue expulsado de la Cámara de Representantes.
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George Santos contó a sus votantes que era nieto de judíos que escaparon del Holocausto e hijo de una sobreviviente de los ataques a las Torres Gemelas para salir electo en el Congreso hace un año, solo la punta del iceberg de las mentiras y presuntos delitos que provocaron este viernes su caída.

La Cámara de Representantes votó por 311 a 114 a favor de la expulsión del congresista republicano, la sexta en los más de 230 años del Legislativo estadounidense.

Santos había sobrevivido a dos intentos previos de expulsión por motivos similares, el primero en mayo y el segundo hace apenas cuatro semanas, pero esta vez se había hecho público un informe interno de ética que reveló que además de mentiroso, usó dinero de campaña para fines personales.

Su elección en los comicios legislativos de 2022 parecía a priori improbable, pero Santos aprovechó el mal momento de los demócratas en Nueva York para arrebatarles el acomodado distrito que hasta ayer representaba, en Long Island con 53,8% de votos.

Semanas después, la prensa investigó y comenzaron a conocerse las mentiras: sus abuelos no eran judíos que huyeron del Holocausto en Europa, sino que ambos nacieron en Brasil. Su madre no estaba en las Torres Gemelas cuando Al Qaeda las derribó el 11 de septiembre de 2001, ni siquiera estaba en el país.

Se descubrió que Santos tenía un caso judicial abierto en Brasil por fraude y que no había estudiado donde decía haberlo hecho -New York University- o trabajado donde aseguraba -Goldman Sachs y Citigroup en Wall Street-.

Cuentos y estafas

También que estafó más de 15.000 dólares con cheques por sin fondos a criadores de cachorros, que se embolsó unos 3.000 dólares de una campaña de recaudación de fondos para operar al perro de otra persona o que no era verdad que hubiese salvado a 2.500 animales a través de una fundación, como aseguraba.

Dijo que había perdido a cuatro empleados en el tiroteo de la discoteca Pulse en Orlando de 2016; durante parte de su vida aseguró ser judío y negó haber sido una "drag queen" en Brasil pese a que salieron a la luz fotos, videos y testimonios. Todo mentiras.

Los enigmas sobre sus mentiras lo situaron en el escándalo permanente en el Congreso, con periodistas persiguiéndolo en coro por los pasillos casi a diario tratando de arrancar una confesión, y aunque era mal visto en su sector, se hacía indispensable su voto.

Las cosas empeoraron para Santos cuando en mayo un tribunal federal le imputó 13 delitos por fraude, lavado de activos, robo de fondos públicos -por cobrar ilegalmente 24.000 dólares del fondo de cesantía-, entre otros. Negó los cargos, se declaró no culpable y afirmó que lo demostraría en el futuro juicio.

De ahí en más buscaron sacarlo del Legislativo, pero recién ayer se concretó después de varios intentos.

El jueves frente al Capitolio, Santos pareció tener asumido que estaba ante sus últimas horas como congresista: "Tengo 35 años, no significa que sea un adiós para siempre".

El fondo de pérdidas y daños, ¿por qué es importante para la cooperación climática?

COP 28. Cumbre del clima en Dubái establece un mecanismo para que los países en desarrollo puedan recibir dinero destinado a combatir el calentamiento global.
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Agencias

El nuevo fondo de pérdidas y daños, el hito que se celebra en la cumbre del clima de Dubái (COP28), ayudará a los países vulnerables a la crisis climática a asumir la factura de los impactos.

La decisión mandó una señal a los Estados de que esta cumbre no debe atascarse, como las pasadas, en resoluciones que finalmente se toman a última hora, y fue, según coinciden analistas, una declaración de intenciones por parte de la presidencia, que quiere avanzar rápido.

Este año, las partes fueron a la ciudad-emirato de Dubái a discutir, sobre todo, de mitigación -reducción de emisiones de gases efecto invernadero- en el marco del Balance Global, el proceso de evaluación de los esfuerzos climáticos que está en esta COP28 en fase de conclusión.

El asunto de pérdidas y daños queda, en parte, despachado, pero se espera que los anuncios de aportaciones al fondo continúen a lo largo de los próximos días.

El fondo es un mecanismo de financiamiento para proporcionar recursos "nuevos y adicionales" -más allá de los otros fondos enmarcados en la Convención de la ONU sobre cambio climático y de las partidas destinadas a la cooperación internacional- y movilizarlos hacia los países en desarrollo impactados por las consecuencias del cambio climático, un fenómeno al que, por otro lado, apenas han contribuido.

En la cumbre del clima de Sharm el Sheij, celebrada en la ciudad egipcia en noviembre de 2022, los países del Sur Global lograron lo que calificaron de "victoria histórica": las partes reunidas en la COP27 decidieron a última hora crear este fondo, pero a lo largo de 2023 se han ido negociando detalles como dónde sería alojado, quién debería contribuir o quién podrá recibir, entre otros.

Sin embargo, no es hasta la COP28 cuando finalmente se adopta la decisión formal que recoge las sugerencias del Comité de Transición y que pone en marcha el mecanismo, que además cuenta con cerca de 400 millones de dólares pero se espera que cada año llegue a al menos 100.000 millones de dólares.

El Banco Mundial

Desde el Comité de Transición, establecido para convenir los detalles del fondo y hacer una propuesta formal -a principios de noviembre tras su última reunión en Abu Dabi-, señalan que una prioridad para los países más vulnerables al cambio climático es la "agilidad", que el fondo sea activado cuanto antes para que los pagos -en forma de subvención y no de préstamo- empiecen a fluir hacia estas regiones más impactadas.

En qué entidad se alojaría el fondo había sido una cuestión polémica entre los miembros del comité, que finalmente decidieron que, de manera provisional -durante al menos los próximos cuatro años-, el Banco Mundial se ocuparía de acoger el mecanismo, si la entidad acepta las condiciones acordadas en la COP28.

Los contribuyentes

En principio las contribuciones son voluntarias, y aunque están llamados los países desarrollados -clasificados así en el Anexo I de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático-, puede aportar quien lo considere, incluido el sector privado, tanto mediante "fuentes innovadoras" de financiación, como pueden ser los impuestos al carbono, como desde la filantropía o desde pagos de empresas contaminantes.

Minutos después de adoptarse la decisión de activar el fondo, Emiratos Árabes Unidos y Alemania se comprometieron a aportar, cada uno, 100 millones de dólares, mientras que el Reino Unido dijo que aportaría 40 millones de libras; Estados Unidos, 17,5 millones de dólares y Japón otros 10 millones.

El fondo es para ayudar a asumir los costes de impactos climáticos en aquellos países en desarrollo y "particularmente vulnerables" a los efectos del calentamiento global.

En principio, según lo adoptado, China estaría incluida en la categoría de países en desarrollo; y por tanto, formalmente, podría optar a beneficiarse del fondo, si bien la decisión de si recibe o no ayuda sería tomada por la junta directiva del fondo.

Líderes mundiales abogaron por trabajar en la reducción de emisiones de CO2

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Casi 80 jefes de Estado y de Gobierno se apuntaron para hablar en la COP28 y dar sus impresiones sobre el cambio climático. Muchos, como el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, prometieron dinero para el fondo de pérdidas y daños, 20 millones de euros en el caso de España. Por su parte, la mandataria italiana Giorgia Meloni elevó la cifra hasta 100 millones de euros. La Unión Europea, por boca de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, reclamó una mayor ambición global contra la crisis climática y pidió "reducir lo antes posible" las emisiones de CO2, que deberán disminuir a partir de 2025. El mundo debe "deshacerse lo antes posible de la dependencia en las energías fósiles, que ponen el futuro en común en peligro", exhortó Michel. Por su parte, el rey Carlos III del Reino Unido rezó y deseó "con todo" su corazón que la COP28 sea "otro punto de inflexión" hacia "una transformación genuina" en la lucha contra la crisis climática, una "amenaza existencial" para el planeta.