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El Moulin Rouge, símbolo de París, amanece sin aspas por primera vez en 135 años

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El Moulin Rouge, símbolo emblemático de París, amaneció ayer sin aspas por primera vez en 135 años, después de que se derrumbaran de madrugada sobre el bulevar de Clichy, en pleno corazón del barrio de Montmartre, a causa probablemente de una rotura en el eje que las sostiene.

La caída de las aspas en bloque ocurrió poco antes de las dos de la madrugada y, afortunadamente, no dejó heridos porque había poca gente por la calle y porque el último espectáculo del cabaret había terminado apenas media hora antes de que se produjesen los hechos, explicó a Efe el director del lugar, Jean-Victor Clerico.

Los bomberos llegaron hacia las 2.45 y establecieron un perímetro de seguridad en torno al edificio, por la posible caída de más elementos.

A primera hora de esta mañana, Montmartre amaneció conmocionado por un Moulin Rouge atípico cuyos restos desprendidos, entre los que también se encuentran las letras 'M','O' y 'U' del cartel luminoso, ya habían quedado recogidos por completo sobre las 9:45.

"Mucha conmoción, mucha pena también, mucho apoyo de los residentes, de los residentes locales, mucho apoyo de todo el mundo", expresó Clerico.

Las caras de las decenas de turistas que habitualmente se aglomeran en bulevar de Clichy para tomar fotos de este icono de la 'Belle époque' (1871-1914) reflejaban ayer esa tristeza, aunque otros se alegraban de tener una imagen única.

Fue el 6 de octubre de 1889 cuando se inauguraron e iluminaron por primera vez las aspas del molino rojo que identifica al cabaret símbolo de la noche parisina e inspiración de novelas, películas y obras de teatro.

Una gigantesca pista de baile, espejos por todas partes y un jardín fueron algunos de los atractivos que cautivaron a una burguesía desatada en un momento en el que la cultura popular experimentaba su auge, con la guerra franco-prusiana a las espaldas (1871) y lejos aún del impacto de la Primera Guerra Mundial en 1914.

"Despreocupación", "ligereza" y "alegría de vivir" son las palabras con las que este recinto describe ese periodo de seducción artística, con una programación inspirada en el circo, el baile del Cancán o incluso con un desfile de Cleopatra desnuda.

En la segunda mitad del siglo XX llegó a haber hasta un acuario en el que bailarinas desnudas eran el centro de todas las miradas del público.

"El Moulin tiene 135 años, pero estas aspas tienen unos veinte", afirmó el director del cabaret, ya que se renuevan cada cierto tiempo.

Ciencia

Por primera vez Logran obtener electricidad del subsuelo de un volcán para alimentar sensores

ANTÁRTICA. Equipo español consiguió el hito en Isla Decepción, un volcán activo. Servirá para anticipar erupciones y monitorear los montes ubicados en lugares inhóspitos.
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Efe

Un equipo de investigadores españoles logró, por primera vez en el mundo, obtener electricidad aprovechando el calor del subsuelo en un volcán situado en la Antártica con el fin de proporcionar energía continua a dispositivos que vigilen la actividad volcánica.

Este hito fue logrado por especialistas de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), de la Universidad de Cádiz, de la Universidad de Buenos Aires y del Instituto de Estudios Andinos 'Don Pablo Groeber', de Argentina.

En una nota de prensa la Agencia Estatal de Investigación de España señala que este hito "representa un avance de alcance para que la comunidad científico-tecnológica pueda desarrollar en el futuro un sistema capaz de predecir erupciones volcánicas y reducir así el impacto sobre la población".

El proyecto específico, además, aportó "un avance de alcance" al resolver el problema de las baterías que requieren las estaciones de vigilancia volcánica situadas en zonas inhóspitas.

"Esta tecnología podría ser extrapolada a muchos otros volcanes del mundo, lo que contribuiría a aumentar la seguridad de la sociedad al mejorar la vigilancia remota con una mejor y mayor anticipación a las erupciones volcánicas", defendió el equipo de Ingeniería Térmica y de Fluidos de la UPNA, liderado por el catedrático David Astrain.

El proyecto Vivoteg (Generadores Termoeléctricos Autónomos para Vigilancia Volcánica) tenía como objetivo desarrollar una tecnología inédita, que fue patentada, basada en generadores termoeléctricos capaces de aprovechar el calor geotérmico presente en las fumarolas de los volcanes activos para producir electricidad y poder así alimentar las estaciones de vigilancia volcánica.

La tecnología desarrollada se basa en módulos termoeléctricos que son capaces de transforman el calor geotérmico en energía eléctrica, aprovechando la diferencia de temperatura que hay entre el calor de las fumarolas y el frío aire ambiente de la Antártica.

"Esta tecnología, combinada con intercambiadores de calor pasivos de alta eficiencia y sin partes móviles, es sumamente robusta, fiable y compacta, y tiene la gran ventaja de producir energía eléctrica de manera continua, con independencia de las condiciones ambientales o la radiación solar", explicó Astrain.

El catedrático detalló que se estima que 10% de la población mundial vive a menos de 100 kilómetros de distancia de un volcán activo, con posibilidades de entrar en erupción.

Por ello, "el estudio geológico y la vigilancia volcánica son extremadamente importantes para conocer mejor estos fenómenos y poder predecir una posible erupción, reduciendo el potencial impacto sobre la población", incidió.

Pocos monitoreados

Solo un 30% de los volcanes activos del mundo están siendo monitoreados, según la World Organization of Volcano Observatories.

"Una de las razones principales de esta carencia se encuentra en el reto tecnológico que representa el suministro energético necesario para alimentar los sensores de medida y equipos de emisión de datos geológicos y vulcanológicos, especialmente en lugares remotos y de climatología extrema", precisó.

Este generador termoeléctrico geotérmico se instaló en la Isla Decepción (reclamada por Chile, Argentina y Reino Unido), uno de los dos volcanes activos que existen en la Antártica, donde se desarrollan varios proyectos de investigación relacionados con la geología volcánica, alojados en la Base Militar Española Gabriel de Castilla.

"Se trata, por tanto, de un avance inédito y muy significativo en la investigación polar, al ser la primera vez que se logra esta generación renovable y continua de energía eléctrica en la Antártica, mejorando el estudio geológico y la vigilancia volcánica de la zona. Con la instalación de estos generadores será posible, por primera vez, tener datos geológicos en tiempo real durante todo el año, incluida la invernada, y en diversos lugares de la isla alejados de la base Gabriel de Castilla", defendió Astrain.

Los investigadores advierten de que los primeros resultados de esta tecnología son "prometedores". Instalarán más generadores termoeléctricos en la próxima Campaña Antártica.

"Si demostramos el correcto funcionamiento durante todo el año en la Antártica, esta tecnología podría ser extrapolada a muchos otros volcanes del mundo, lo que contribuirá a aumentar la seguridad de la sociedad civil, al mejorar la vigilancia volcánica remota con una mejor y mayor anticipación a las erupciones volcánicas".