Ñublense aplasta por 6-0 a Cobreloa en Chillán y profundiza su crisis futbolística
DÉCIMA FECHA. El equipo de Emiliano Astorga apenas pudo evitar un papelón mayor en Chillán, y enciende las alarmas para lo que viene, pues no se ve bien ni futbolística ni anímicamente. El próximo rival será Everton en el Zorros del Desierto.
Se pensaba que la bajísima presentación que tuvo Cobreloa ante Audax Italiano, que jugando en Calama lo avasalló 3-0, sería sólo un tropiezo. Sin embargo, Ñublense fue ayer aún más allá y demolió 5-0 a los dirigidos de Emiliano Astorga, apenas jugados 45 minutos.
Aunque la verdadera pesadilla que vivió el equipo minero en el Nelson Oyarzún, y toda la hinchada, no terminó ahí, porque a poco de iniciar el complemento los de Mario Salas le clavaron el sexto, que afortunadamente sería definitivo, con un verdadero golazo.
Primeros cinco
Muchos hinchas de Cobreloa seguramente se estaban apenas acomodando cuando Pedro Sánchez anotó el primer gol de los locales, pues ni siquiera corrían los primeros dos minutos de juego, cuando tras una jugada que nació en su propio campo y mediante una serie de triangulaciones, Ñublense convertía el primero, desnudando de paso todas las deficiencias defensivas de los loínos.
El partido nunca dio para ilusionarse, pues luego del gol los mineros continuaron viéndose faltos de cohesión, nerviosos, sobre todo en defensa, y en particular por la banda izquierda, que fue un pasillo de tránsito para el movedizo Bernardo Cerezo.
Fue así que llegó el segundo en los 22', cuando tras una mala jugada con los pies de Avellaneda en la salida, el balón terminó en poder de Flavio Moya, que con un medido sombrero avisaba que lo que venía era muy malo.
Si el segundo gol era inquietante, la absurda expulsión del delantero uruguayo Gastón Rodríguez, quien recibió amarilla primero por simular e inmediatamente después por aplaudir al árbitro, acababa con las esperanzas naranjas en el minuto 30.
Cuatro minutos más tarde, ya con 10 hombres, no fue de extrañar que Jovany Campusano marcara el tercero de cabeza, tras centro del mencionado Cerezo.
A los 44' quedó claro que todo lo que podría salir mal, saldría mal, porque, quizá involuntariamente, Rivaldo Hernández cometió penal a Moya al tocarlo desde atrás en carrera. Falta que Lorenzo Reyes, el capitán, se encargó de convertir para decretar el 4-0 a los 45'. Pero el castigo, que ya parecía demasiado, continuaría, porque en el 49', luego de un centro de Manuel Rivera, Gabriel Graciani conectaría de cabeza, impactaría el poste y el rebote le quedaría servido para el 5-0.
Complemento
Los segundos 45 minutos no daban de ninguna forma para ilusionarse, Cobreloa hizo una serie de cambios, pero bastaron apenas unos segundos para que Cerezo clavara un pelotazo cruzado imposible para Avellaneda y firmara el 6-0 que a la postre sería definitivo. Tras el sexto, Ñublense no bajó del todo el ritmo, y la ventaja pudo ser mucho mayor, de no mediar las cuatro salvadas milagrosas y oportunas de Avellaneda y de Bastián Tapia, que se fueron sucediendo durante todo el segundo tiempo.
Al final un cansado Cristian Insaurralde, que batalló muy solo en la ofensiva, terminó regalando su camiseta a la hinchada, al igual que otros como el capital Rodolfo González. El argentino salió del campo llorando desconsolado.
Sin duda una caída dolorosa que enciende las alarmas para que lo que viene, Everton en el Zorros del Desierto y Deportes Copiapó como visitantes, pero antes que eso se espera el análisis y autocrítica de Astorga y de la dirigencia.
Everton El próximo rival de Cobreloa será el equipo ruletero en el estadio Zorros del Desierto. Luego Copiapó como visitante.