Amenazas en contra de autoridades
Si no ponemos atención y atajo a estas señales, que muchos vecinos ya sufren en sus barrios, este fenómeno solo está condenado a empeorar. Los mensajes ofensivos y amenazas en contra de las autoridades son muy graves y revelan una osadía, cada vez mayor.
A fines de 2023 el diputado Sebastián Videla sufrió amenazas por redes sociales, las que presuntamente fueron realizadas por delincuentes vinculados al robo de automóviles.
Poco después, en el sector Coviefi de Antofagasta, sus padres fueron abordados por sujetos que rompieron un vidrio de su vehículo, pero no lo robaron, caso que está investigado por la Fiscalía.
Hace una semana, Videla volvió a recibir amenazas por redes sociales, por las que se decidió que a partir de ahora tendrá protección policial.
Lamentablemente, el caso del diputado no es el único en Chile, ni en la región. Estos episodios no se han hecho públicos, pero existen y sólo revelan la audacia de los grupos delictivos que operan en nuestro país.
Como se ha conocido, hay otros hechos ocurridos con jueces, policías y otras autoridades a quienes se han proferido censurables mensajes.
El impacto no es sólo íntimo, para quien las recibe, sino para sus grupos familiares y colaboradores, que también padecen el impacto. Esto mismo -debe reconocerse- lo sufren vecinos que están sometidos a las bandas de narcotráfico, como el Tren de Aragua, cuyo modus operacional ha sido retratado en aquellos juicios en los que algunos de sus miembros han estado involucrados en Chile.
Hasta ahora no hemos observado situaciones más complejas, pero si lo que hemos conocido hasta ahora no tiene un coto categórico, los hechos sólo empeorarán. Para ello solo basta revisar la historia de países castigados con este flagelo.
La severidad con la que actuemos hoy impedirá lamentar hechos más graves en el futuro.