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La princesa Kate reaparecerá en público hoy y avisa: "No he salido de peligro todavía"

REINO UNIDO. La esposa del heredero a la Corona estará en el desfile de cumpleaños del rey y contó cómo va su lucha contra el cáncer.
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La princesa de Gales, Kate, reaparecerá hoy en público en el desfile militar que celebra el cumpleaños del rey Carlos III de Inglaterra tras los progresos que ha realizado en su lucha contra el cáncer, aunque recordó que sigue su tratamiento con quimioterapia y todavía no está fuera de peligro.

La propia Kate, esposa del heredero de la Corona británica, William, reveló la noticia en un mensaje escrito difundido por el Palacio de Kensington -su residencia oficial- junto a una foto reciente, en el que dice que está haciendo "buenos progresos" en la lucha contra la enfermedad que le fue diagnosticada a comienzos de año.

Además, la princesa de Gales explica que, pese a que su tratamiento con quimioterapia continuará todavía durante los próximos meses, confía en poder estar presente en algunas actividades públicas más.

"Tengo ganas de asistir al desfile por el cumpleaños del rey este fin de semana con mi familia y espero sumarme a unos cuantos compromisos públicos durante el verano, pero sabiendo que no he salido de peligro todavía", escribe.

Tras declararse impresionada por la cantidad de mensajes de apoyo que ha recibido, la princesa dice que está realizando "buenos progresos", pero recuerda que, como saben todos los pacientes que se someten a quimioterapia, "hay días buenos y días malos".

"Mi tratamiento sigue y lo hará durante unos meses más. En los días que me siento suficientemente bien, es una alegría implicarme en la vida escolar, pasar tiempo personal con las cosas que me dan energía y positivismo, así como comenzar a hacer algo de trabajo desde casa", añade.

Kate también dedica espacio a reflexionar sobre su enfermedad y cómo ésta le está llevando a "aprender a ser paciente, especialmente con la incertidumbre", así como a escuchar a su cuerpo y a permitirse el tiempo necesario para curarse.

En carroza y en el balcón

La princesa de 42 años se desplazará en una carroza en el Trooping the Colour junto a sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, mientras que su marido lo hará a caballo.

Se prevé que, si su estado lo permite, salga a saludar junto al resto de la familia real al balcón del Palacio de Buckingham.

Los planes prevén que Catalina viaje en una carroza de Estado por el Mall (avenida que conduce al Palacio de Buckingham) y posteriormente presencie el desfile desde la oficina del Mayor General junto al resto de la familia, para después aparecer desde el balcón, aunque todo está abierto a cambios de última hora.

El tradicional desfile militar anual Trooping the Colour marca el cumpleaños del soberano británico desde hace más de 260 años en este país, pese a que la fecha real del aniversario del monarca es el 14 de noviembre.

William, satisfecho

En su mensaje, la princesa de Gales reconoce que en los días malos se siente débil y cansada, por lo que debe descansar, pero que en los días buenos se siente más fuerte y quiere aprovechar al máximo esos momentos.

"Al príncipe William le complace ver que la princesa comienza a ponerse con el trabajo y con proyectos que son importantes para ella. Él seguirá centrando su tiempo en apoyar a su mujer e hijos", dijo un vocero del Palacio de Kensington.

La casa de los príncipes de Gales prefiere mantenerse cauta sobre futuras actividades en la agenda pública de Catalina y asegura que todo está a expensas de la evolución del tratamiento, por lo que cualquier plan está sujeto a modificaciones en el último minuto.

Por esa misma razón, no se ha querido establecer una fecha para su regreso a los compromisos públicos, ni tampoco detallar cuáles serán las próximas citas a las que tiene previsto asistir.

El anuncio del cáncer de Kate, el pasado 22 de marzo, cayó como una bomba en la sociedad británica tras semanas de todo tipo de especulaciones y poco después de que el rey Carlos III revelase en febrero que padece un cáncer, cuya naturaleza también se desconoce.

Película de Hopkins sobre Freud pone de moda la última casa del psicoanalista en Londres

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El característico diván del fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, recibe en el Museo Freud de Londres a los visitantes que deciden explorar la que fue la casa del psicoanalista en su último año de vida, sobre todo tras el estreno de la película 'La última sesión de Freud'.

Este sofá, centro del estudio de la vivienda situada en el barrio londinense de Hampstead, sirvió para que el psicoanalista recreara su hogar en Viena cuando se vio obligado a huir al Reino Unido después de que su hija Anna Freud fuera arrestada e interrogada por la Gestapo en vísperas del inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939-45).

Ahora, una vez más, la habitación se reinterpreta y cobra vida en la película recién estrenada 'La última sesión de Freud', donde Sigmund Freud (interpretado por Anthony Hopkins) mantiene una conversación con el autor de 'Crónicas de Narnia', C. S. Lewis (Matthew Goode), sobre la existencia de Dios y algunas de las grandes preguntas de la humanidad.

No obstante, para la productora Meg Thomson, el filme va más allá de estas cuestiones.

"Cuanto más me adentro en el tema, más pienso que es una conversación sobre las preguntas más importantes y en la que puedes descubrir la humanidad en la persona con la que estás hablando, incluso aunque tengan una visión del mundo diametralmente opuesta a la tuya", indicó.

Ficción y realidad

Pese a que la película se inspira en la vida de los personajes de los que habla, no hay constancia histórica de que muchas de las situaciones que se plantean en el filme ocurrieran en realidad.

De hecho, según Thomson, la investigación se detuvo progresivamente tras la llegada del director, Matt Brown, quien buscó transformar el proyecto, basado en una obra de teatro inspirada en una novela, en algo más cinematográfico.

"Cuando Anthony Hopkins y Matthew Goode se incorporaron, estaban mucho más interesados en investigar al Freud y al Lewis creados por los guionistas que al Freud y al Lewis que existieron", agregó la productora.

No obstante, el mayor ejemplo de un evento ficticio es la charla entre Freud y Lewis, de la que no hay pruebas, como dijo a Efe el director de la Casa Museo Freud, Giuseppe Albano, al finalizar la emisión de la película en una de las salas del que fuera el domicilio del psicoanalista.

"Aun así, con base en sus textos, en sus creencias y en lo que estas grandes mentes dijeron, creo que es una muy posible relación la que se muestra en la película, incluso aunque nunca llegara a ocurrir", opinó Albano.

Aprovechando la coyuntura de la película y del centenario de la publicación del ensayo 'El yo y el ello' de Freud, el director del museo llama a la gente a visitarlo y conocer la historia del psicoanalista con mayor profundidad, así como la de su hija, Anna Freud, pionera del psicoanálisis infantil.

Además del famoso estudio, que contiene objetos de su colección de alrededor de 2.500 antigüedades, la mayoría procedentes de Egipto, se pueden recorrer las habitaciones de Anna Freud y de su padre, así como el jardín o la pequeña galería que construyeron.

Muchos de estos objetos, entre ellos el sofá o la silla ergonómica de Freud, fueron escaneados para ser recreados en la película, rodada en unos estudios de Dublín.