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Anomia generalizada

La única manera de revertir un fenómeno natural a nuestras sociedades es mejorar la educación en el amplio margen del concepto. Queda cierta impresión de que en nuestras ciudades, los habitantes y las autoridades viven en un mundo con pocas reglas que no respetan.
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La anomia es generalmente definida como el conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación. Para entender lo anterior es necesario advertir que más que la inexistencia de leyes, estamos en presencia de la carencia de autocontrol por parte de los miembros de una comunidad, vale decir, los acuerdos manifestados para el cuidado y respeto mutuo, no parecen tener efecto.

Antofagasta parece sufrir cada vez más de este fenómeno propio de sociedades occidentales. No es claro que el territorio en particular padezca esta realidad con mayor fuerza que en el resto del país, pero los ejemplos podrían hacernos creer que sí. Desde cuestiones amplias, como la mínima participación de la ciudadanía en lo público a hechos más pedestres, como los automóviles estacionados en cualquier parte, la agresividad en el trato y la indolencia de muchas autoridades al momento de ejercer sus obligaciones.

Nadie parece hacerse responsable del otro, al no haber pudor en las acciones censurables ni sanciones en caso de cometerlas. Antes, en otras columnas de opinión, hemos dicho que muchos fenómenos aparecen primero en Antofagasta y luego en el resto del país. Acá experimentamos la inmigración sudamericana, los salarios altos, el individualismo, el auge de los populismos y los discursos anti partidos.

Es posible que esta anomia se extienda con más fuerza al resto de Chile, ante lo cual pudiera y debiera tomarse mayor atención. Debemos hacer un esfuerzo por corregir todo lo posible, considerando que esta ausencia de bordes, de vacío y de idiotez, son muy nocivas y peligrosas para todas las instituciones y el futuro de la nación.

Seguridad fronteriza en la era digital:

Miguel Ballesteros Candia , Delegado presidencial provincial de El Loa, Sergio Lagos Luciano, Pastor evangélico
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Desde hace días, ronda en mi pensamiento un concepto llamado "soledad". Recordé un artículo que leí hace unos años en el periódico El País, titulado "Se compran amigos". La razón de este recuerdo tiene relación con la lectura de un reciente artículo escrito el 19 de mayo de 2024 por la periodista Antonia Laborde en el mismo periódico, el cual tituló "Epidemia de soledad en Chile", basado en los resultados de la Encuesta Bicentenario efectuada por la Universidad Católica de Chile durante el año 2023.

Entender esta sensación de aislamiento a pesar de estar rodeado de gente puede desarrollar consecuencias profundas en una sociedad cada vez más egoísta e individualista. El ser humano no fue creado para vivir solo, apartado del todo creacional, sino que es parte de ese todo, ligado por el relacionamiento, unidad y amor. Jesús nuestro Señor, en los días de su ministerio aquí en la tierra, clamó a Dios Padre que fuéramos uno, no separados los unos de los otros, sino que fuéramos uno y uno con él.

Existen distintas clasificaciones del concepto de soledad, pero el más significativo es el de aquellos que sufren por la ausencia de Dios. Esta ausencia horada un vacío en el alma existencial cada día más profundo en el ser humano, un vacío que puede ser llenado únicamente con la presencia de Dios en el corazón. Hay un ejemplo de vida de un hombre, digno de imitar en todo, me refiero a Jesús, de quien pensaba hasta hoy, como el hombre de visión larga, más solo de la tierra, rodeado de una humanidad física sin visión.

En el Evangelio de San Juan, capítulo diez y seis, podemos aprender de los hechos y sentimientos de Jesús. Él comprendió que la hora de su ejecución se estaba cumpliendo, y que todos sus amigos de entonces, apóstoles incluidos, salvo Juan, huirían lejos del peligro que se avecinaba, abandonándole, dejándole solo, en soledad, quieto en la zozobra del momento: ¿Cómo lo hacía y lo hizo Jesús, para no caer en el torbellino indefinido de la soledad? Cuando notó que su hora había llegado, comprendió que sería abandonado por todos, quedando solo.

Pero él declara que, aunque quede solo, no estará solo, pues Dios Padre está con él. "Está llegando la hora, y ya ha llegado, en que se dispersarán cada uno por su lado y me dejarán solo. Aunque no estoy solo, pues el Padre está conmigo." (Jn 16) La vida de oración con el Padre mantuvo a Jesús en pie, en el camino a la cruz. La importancia de no caminar solos guarda especial relevancia en los tiempos en que vivimos, donde la incertidumbre y desconfianza social llevan a un individualismo sistémico. Aprendamos de Cristo, quien no se dio el lujo de caminar solo, caminó junto a Dios. No te des el lujo de caminar solo, tienes a Jesús al alcance de tu mano y de tu boca, no tengas miedo, Jesús está contigo.


el rol de la muralla digital y el SIFRON

La seguridad de nuestras fronteras constituye en una cuestión de soberanía nacional y protección ciudadana y como gobierno lo hemos entendido así desde el minuto uno desde que asumimos. Por ello, es que son diversas las estrategias que hemos implementado para combatir los delitos transnacionales, como el robo de vehículos, el tráfico de drogas y contrabando en nuestros límites fronterizos. Es así que nace el Sistema de Vigilancia Tecnológica la cual es una de las más recientes iniciativas anunciadas por el Ministerio del Interior y Carabineros, también conocida como la Muralla Digital, y esto junto con el Sistema de Fronteras (SIFRON) del Ejército de Chile, representarán un avance significativo en nuestra capacidad para salvaguardar los límites de nuestro país y combatir el crimen organizado en nuestras fronteras.

Más allá de un concepto, La Muralla Digital es un proyecto que busca instalar capacidades en la frontera de manera sistemática en la macrozona norte y que ya se encuentra en operación en diversos sectores de la región de Tarapacá, para avanzar a las regiones de Arica y Parinacota y nuestra región de Antofagasta, particularmente en toda nuestra provincia de El Loa. Este sistema utiliza tecnología de punta, incluyendo Puestos de Observación Fronteriza (POF) móviles equipados con radares y cámaras, conectados a un Puesto de Comando Móvil (PCM). Estos POF móviles tienen una alta capacidad de visualización de kilómetros lineales y de control a través de radares perimetrales, sumado a los trabajos de un avión no tripulado y equipos de reacción rápida. Este proyecto ya en marcha hará que Chile se transforme en un país que se hace cargo del control de sus fronteras con este tipo de iniciativas que contemplan una inversión de más de 2 millones de dólares solo en la región de Antofagasta y más de 10 millones de dólares en toda la macro zona norte.

Por otro lado, el Sistema de Frontera (SIFRON), apoyado por las Fuerzas Armadas, complementará a la Muralla Digital. Este proyecto se enfoca en la vigilancia tecnológica y el control de posibles ingresos al país por pasos no habilitados. La colaboración entre Carabineros y el Ejército es fundamental para el éxito de estas iniciativas, permitiendo una respuesta rápida y eficaz ante cualquier irregularidad fronteriza.

Estos proyectos no son meras promesas; son realidades en desarrollo que reflejan un compromiso serio del gobierno con el control en nuestras fronteras.

La Muralla Digital y el SIFRON son ejemplos claros de cómo la tecnología puede y debe ser utilizada para el bienestar y seguridad de la nación. A su vez será una ventaja comparativa preventiva contra el crimen organizado.

Chile está demostrando su capacidad para adaptarse a los desafíos actuales, garantizando la seguridad y prosperidad de sus ciudadanos, con un trabajo interagencial, que compromete a todos los organismos del Estado.


Caminando juntos